El sevillano llenó de “criterio” al público barcelonés con una sesión extendida de seis horas al más puro estilo “Wade”

El fenómeno del sevillano Wade nació, creció y se reprodujo de una manera tal hace aproximadamente dos años, allá por 2019. Tiempos pre-pandémicos. Dos años de un boom sin precedentes dentro de la escena musical electrónica tanto a nivel nacional como internacional, que eclipsó todas las miradas habidas y por haber. Nacía una estrella. Una estrella que no deja de ganar adeptos y, prueba de ello, es su gran presencia en eventos multitudinarios alrededor del planeta.

El pasado sábado 27 de noviembre, regresó a la Ciudad Condal para cerrar cuentas pendientes que tenía con su público: una sesión all night long inicialmente programada para el 26 de abril de 2020 y que por motivos obvios, no pudo llegar a celebrarse. Dos años y dos meses después, el hispalense volvía a Input High Fidelity Dance Club -de la mano del colectivo SWING- para celebrar como es debido una sesión tan especial e íntima.

Seis horas dan para todo un verdadero viaje musical, el cual Juan Carlos Cruz nos llevó a los allí presentes a descubrir su mundo -lleno de “criterio”.

Uno de los eventos más esperados

Empecemos desde el principio: eran las 00:00h. de la noche y el gélido ambiente nocturno a la entrada del club era más que notorio. Había mucha gente venida desde diferentes puntos de la geografía catalana y española para ver al sevillano. No faltaban los verdaderos fans con el correspondiente merchandising y su particular himno de batalla para el resto de la noche: “Wade, Wade”.

El público fue entrando escalonadamente -mostrando sus correspondientes certificados COVID- a la sala y allí dentro a los primeros intrépidos les esperaba el m¡smísimo Wade para realizar un escueto meet & greet. Llegaron las 00:15h. y Juan Carlos se quitó la chaqueta, se dirigió hacia cabina y empezó la sesión.

Foto: INPUT High Fidelity Dance Club

Las primeras dos horas de este all night long consistieron principalmente en diversos edits de tech house de temas bastante conocidos por el gran público: One de Swedish House Mafia e incluso, la sintonía del famoso videojuego Grand Theft Auto; el Wasted de Detlef. Un tech house muy pistero y muy acorde al más que correcto warm-up, consiguieron arrancar los primeros “bailoteos” de la noche.

La auténtica Passion por Wade

Llegaron las 3 de la mañana y puntual como un reloj, Wade ordenó poner el club a oscuras para hacer sonar Passion, su nuevo tema -el primero firmado por su nuevo sello, Criterio Music-. Los primeros acordes del tema dieron paso a parte del videoclip proyectado en las gigantescas pantallas del club y el público estalló de júbilo.

Foto: INPUT High Fidelity Dance Club

Móviles en alto, nadie quiso perderse cómo rompía el track. Y así fue. Unas visuales de escándalo junto a unos láseres muy cuidados hacían la combinación perfecta para disfrutar de una experiencia clubber sublime. Tres y media de la madrugada y fue turno para Mi Amor; tema con el que el artista invitó a pasar a cabina a su pareja para dedicarle la canción delante de una pista de baile llena hasta la bandera.

Una hora más tarde -a las 4:00h.- llegó el turno para No Money, otro de los temas estelares del sevillano junto a los Solardo. Juan Carlos iba mirando su reloj y tenía su set bien organizado por el ambiente que se respiraba según el tiempo de sesión que iba trascurriendo.

Se acercaba el final y era momento para dar paso a los temas más contundentes y subir de bpm’s: acid techno -y hasta incluso pinceladas de psy-trance– en estado puro durante más la media hora previa al cierre de la sala.

Foto: INPUT High Fidelity Dance Club

Finalmente, llegaron las 6 de la mañana y Juan Carlos se despidió de la Ciudad Condal entre vítores y olés de muchos de los presentes, que no paraban de reclamar “una más”. Nadie quería marchar y precisamente, este es el indicador de lo que supone el fenómeno de Wade en la industria.

En definitiva, toda una experiencia digna de vivir al menos una vez en la vida. Y me explico. El poder experimentar una sesión en un club cómo Input es algo que únicamente la gente que ha tenido la oportunidad de adentrarse en el club, sabrá de lo que estoy hablando. Las luces, las visuales, el sonido… no hay detalles que se les escape. Y si a todos estos elementos le sumamos una más que notable selección musical de más de seis horas de duración… el resultado es una sensación de disfrute muy difícil de experimentar regularmente.

Fran Torres
Apasionado de la música y en concreto, de la música electrónica. Periodista musical en ejercicio.