La decimosexta edición del festival de música electrónica más famoso de Portugal logró un éxito rotundo con equilibrio ideal entre artistas, estilos musicales y sensaciones

Estar a la altura del legado del Neopop, que engloba la excelencia de la música electrónica durante casi dos décadas, no es tarea fácil. Cada año, los organizadores deben esforzarse por superarse a sí mismos a la hora de confeccionar el cartel y mejorar la infraestructura necesaria para garantizar una experiencia extraordinaria a los casi 35.000 asistentes a los que reciben anualmente. Entre el antiguo Forte Santiago Da Barra y la Basílica Santa Luzia de Viana do Castelo, Neopop encuentra su hogar. Desde Wololo Sound tuvimos la suerte de asistir a la edición 2023 de este renombrado festival y conseguimos vivir el maratón techno de 72 horas y compartir con vosotros la historia de lo que hace que este festival organizado localmente supere las expectativas a nivel mundial. 

A diferencia de algunos grandes festivales internacionales que imponen su presencia en lugares exóticos, Neopop mantiene su autenticidad y su visión creativa en perfecta armonía con los habitantes autóctonos. Muchas de las personas que participan en la organización y el equipo de producción del festival han sido parte esencial de la comunidad desde el principio, cuando el festival se conocía como Antipop (antes de evolucionar a Neopop en 2009). La comunidad local abrazó la organización desde el principio, desde los propietarios de restaurantes hasta los vendedores locales. De hecho, las fechas del festival coinciden con las celebraciones locales de las Festas de Nossa Senhora d’Agonia, lo que significa que los asistentes al Neopop están expuestos a la cultura portuguesa y deben atravesar el recinto ferial lleno de atracciones y vendedores ambulantes para llegar al festival. 

En el corazón de esta increíble producción están los escenarios cuidadosamente creados. El escenario principal es el gigante “Neo“, un símbolo de grandeza visual que muestra cómo el festival se esfuerza por brindar lo mejor. Su gran tamaño se fusionó perfectamente con el entorno animado. Y segundo, el escenario “Anti“, un lugar íntimo y con encanto industrial. Los sistemas de sonido resuenan con una intensidad que cala los huesos y el apartado visual lleva la marca característica del estudio colectivo creativo lisboeta Dublab. Asimismo, la cumbre de la innovación recibió a los asistentes este año en forma de Neoverse, un esfuerzo visionario y pionero que se manifiesta como una cautivadora campaña visual. 

En cuanto a los servicios e instalaciones, la disponibilidad de un punto de acceso gratuito al agua fue especialmente elogiada por los asistentes, que dieron fe de su comodidad y de su acertada ubicación. La oferta gastronómica contribuyó a elevar aún más la experiencia del festival, en particular la encomiable variedad de opciones veganas. La profesionalidad colectiva del personal del Neopop dejó una impresión positiva, desde los camareros al atento personal de primeros auxilios o el personal de seguridad. Sin embargo, entre los asistentes prevaleció un sentimiento de resignación por el aumento de los precios de las bebidas, en comparación con los precios de ediciones anteriores.

Neopop 2023
Fotografía de Pedro Francisco

Ahora nos centrarnos en su faceta por excelencia; la dimensión musical:

La jornada inaugural de la edición de este año, que comenzó el jueves 10, contó con la presencia de artistas como Honey Dijon, Mall Grab, Surgeon o LSDXOXO y también artistas más convencionales como ARTBAT, Mind Against o Pan-Pot. A pesar de nuestra ausencia ese día en particular, los asistentes al festival corroboraron que la revelación preeminente de la noche fue Partiboi69.

El cartel del viernes contó con algunos de los nombres más conocidos y excitantes de la lista de Neopop, siendo estimadas figuras del mundo del techno como Richie Hawtin, Oscar Mulero, Ben Klock, FJAAK y Hector Oaks.  Este género estuvo perfectamente comandado por los sets de Ben Klock y Richie Hawtin, quienes ofrecieron una visión y compleja de principio a fin. Como nos tienen acostumbrados, ambos veteranos artistas deleitaron al público con sus producciones propias, transiciones impecables y su cuidada selección musical.


El nacional Mulero es sin duda una figura emblemática del techno, demostrándolo una vez más en esta jornada. Nos embarcó con un profundo conocimiento musical, canalizando la energía de la pista de baile, respondiendo con selecciones expertas y envolviendo al público en un abrazo rítmico. Paralelamente, VTSS, Imogen y Dasha Rush reafirmaron la notoriedad que les ha respaldado en la escena estos últimos años. Mención especial merece Dasha Rush quien hizo uno de los mejores sets del festival, con una selección musical del techno más profundo y experimental que reflejaba su pasión por la astrofísica y sobrenaturalismo, cerrando con el amanecer como telón de fondo y un tema misterioso que samplea a un discurso del científico Hans Jenny sobre la cimática. 

Fotografía de Neia Art

Digno de mención es el corto pero dinámico b2b de las leyendas locales VIL y Cravo, que se unieron una vez más para demostrar que su sinergia va más allá del estudio de producción, con el componente groovy como protagonista. Otro talento local que hizo arder el festival con sus magistrales mezclas y su impecable selección fue Lewis Fauzi. Su set tuvo un inconfundible aire de Detroit, combinado con sonidos evocadores de Berlín, que provocaron un frenesí absoluto en el público portugués.  

El sábado, el último día del festival, fue el más frenético, ya que supuso 12 horas de baile ininterrumpido entre la apertura a las 22:00 y el cierre del icónico Rødhåd, el cual comenzó a las 09:30 horas. Uno de los aspectos más loables de Neopop es su compromiso con el talento local portugués, y en este día no fue una excepción, con las actuaciones de Backbone, Diana Oliveira, BIIA e incluso el propio fundador de Neopop: Gustavo Pereira (como Freshkitos). 

Una de las sesiones más esperadas por la mayoría de los asistentes fue la de la artista Charlotte de Witte, dando paso a una madrugada llena de DJ muy reconocidos a nivel internacional. Su presencia notable y magnética hace que reciba mucho cariño por parte del público desde que se sube al escenario. Pudimos ver cómo se sumergía en su set con gran concentración y maestría, con su particular y potente selección, en la que aparecen cantidad de elementos percusivos, sintetizadores y efectos cuidadosamente elegidos, mientras no dejaba de moverse en ningún momento, al igual que el público portugués.


Tampoco quisimos perdernos a uno de los DJ del momento; Patrick Mason. Este artista, ha venido a revolucionar el panorama electrónico de Europa; un torbellino que trae aire fresco y renovador. Como acostumbra, vimos en cabina una actitud muy comprometida y entregada a su público, algo que muchos amantes de la electrónica agradecen, ya que toda esa positividad y energía es contagiosa, lo que hace que se disfrute por partida doble. Su selección fue una combinación de tracks clásicos del house con melodías potentes propias del trance y del techno, que se mezclaban a través de destacadas transiciones, creando de esta forma un atmósfera llena de baile.

El set de Nina Kraviz, retransmitida en directo desde el escenario Neo, fue sin duda uno de los momentos estelares del festival. Desde el momento en que se puso tras los platos, la energía de Kraviz se hizo palpable, irradiando entre el público y creando una atmósfera eléctrica, con una selección de temas fue una fusión de ritmos hipnóticos y melodías etéreas. Con una transición perfecta entre géneros y tempos, tejió una narrativa a la vez imprevisible y profundamente envolvente. Como dijo Jeff Mills: “El techno es todo lo que aún no has imaginado”, y la actuación de Nina fue un claro homenaje a esta premisa. 


Hasta altas horas de la madrugada, la potente pareja ucraniana formada por Daria Kolosova y Etapp Kyle exhibió su ya habitual formato b2b en el escenario Anti con una ecléctica selección de temas que iban desde el groove a los breaks pasando por el eurodance y el psytrance, optando por algunos clásicos como ‘Never Grow old ‘ de Floorplan a.k.a. Robert Hood y ‘I Want Your Soul’ de Armand Van Helden.  

Por último, pero no por ello menos importante, la gigantesca tarea de cerrar este festival de 3 días recayó sobre los hombros de nada menos que el vikingo nativo favorito de Berlín, Mike Bierbach, más conocido como Rødhåd. Su actuación fue una lección de techno, entrelazando percusiones intrincadas con melodías evocadoras, perfecta apuesta para la mañana. Esto llevó a momentos de introspección y estallidos de euforia. Los aplausos del público rugieron con el fin del clásico ‘Force’ de Technasia.


En general, la experiencia musical de Neopop fue redonda y coherente, con una amplia selección de artistas para todos los gustos. No obstante, cabe señalar que hoy en día la cada vez menor capacidad de atención de las generaciones más jóvenes, unida al deseo de obtener beneficios en una industria altamente competitiva, ha obligado a los DJ a reducir el tiempo de sus sesiones, forzándoles a adoptar un enfoque “all killer no filler” para mantener el interés del público en lugar de crear una narrativa musical. Este fenómeno no es exclusivo del Neopop, sino que se aplica a todos los grandes festivales del mundo, lo que nos lleva a preguntarnos qué nos deparará el futuro; sólo hay una forma de averiguarlo: volver el año que viene…

Fotografía de Pedro Francisco

Carolina Blasco
Combinando mi amor por el periodismo con la energía de la música electrónica. Mis emociones fluyen al ritmo del beat :)