Ante el descomunal reto que significa producir y realizar un festival de gran formato, podemos decir que Maudes ha solventado sus dos primeras ediciones con un notable resultado. Tras una edición en 2021 un tanto extraña por las excepcionales circunstancias, y un par de eventos de transición en formato clubbing este invierno, Maudes Festival apuntaba el 10 de junio de 2022 en la agenda de los amantes de la música electrónica de la ciudad. El resultado, como decimos, creemos que consiguió el aprobado de la mayoría de asistentes. Y también el nuestro.
El Wanda Metropolitano era el recinto elegido para un evento que en su origen abarcaba todo el fin de semana pero que finalmente se resumió en una interesante velada este pasado viernes. La limitada licencia horaria del estadio del Atlético De Madrid hizo que el horario no fuera quizá, el mejor o el más interesante para un show de estas características. Esto, sumado al extremo calor de la capital en estos días que corren, hizo que la duración del mismo nos resultara bastante corta. Pero, eso sí, intensa.
Lo siguiente que llamaba poderosamente la atención era el reparto de la pista de baile, dividida en varias zonas. Por un lado, el área protagonizada por NOX Club, una no muy acogedora (visualmente) zona que solventaba la situación con un sonido bastante correcto y las actuaciones de varios artistas totalmente entregados. En cuando a la zona principal, la pista de baile se repartía entre “pista baja”, quizá demasiado corta y pequeña, la grada y el escenario. La mayoría de público se concentró en la grada, un espacio que cualquiera que haya ido a un concierto de grandes dimensiones sabe que no es el ideal para bailar y disfrutar de la música (y menos de la música techno), pero que en contraposición te regalaba una panorámica de lo más curiosa e instagrameable del stage. Cabe destacar, eso sí, la correcta y amplia seguridad del evento y del recinto, que respiró fluidez en accesos, salidas, etc…
La música underground era la gran protagonista de MAUDES Festival. Si bien el 2021 el evento optó por un corte mas melódico con artistas como Joris Voorn o Maceo Plex, este año los protagonistas eran el tech-house más bailable y el techno más contundente.
Gracias a Nox Club, que actualmente desarrolla su sesión en The Bassement Club, pudimos presenciar los sets de Chelina Manuhutu y Lee Foss. Estos dos artistas, cada vez más solicitados por el público de nuestro país, demostraron no arrugarse ante un público en ocasiones escaso en su zona, divirtiendo al personal con ritmos tribales, cargados de hits y un amplio repertorio de sus más conocidos y últimos singles.
Por su parte, en el escenario principal, pudimos bailar con las sesiones de Onyvaa, Indira Paganotto, y, claro está, Charlotte De Witte, la gran protagonista de la noche y del festival. Nos sorprendió en gran medida el alto ritmo de BPMs que demostraron todas las artistas, especialmente Onyvaa, de la que quizá esperábamos un warm-up un poco más comedido. Con los últimos rayos de sol y antes de las 22:00 ya bailábamos por encima de 134, algo que sin duda encantaría a los que iban buscando un evento corto pero intenso y potente.
Esta potencia continuó con la actuación de nuestra compatriota canaria, y una de nuestras últimas entrevistadas, Indira Paganotto. La cada vez más querida y proyectada artista hizo gala de su recién apodado estilo psy-techno con temas de su último EP y con una serie de tracks y de sonidos no tan habituales de escuchar en los main stages. Un estilo propio que parece está funcionando a la artista pero que requiere de una cierta conexión musical con el mismo. Nosotros, de momento, compramos el rumbo que Indira está dando a su carrera.
El cierre de la noche sería el broche perfecto para esta edición de Maudes. La belga Charlotte De Witte, para muchos número uno del mundo en su estilo actualmente, volvía a Madrid ocho meses después. Las dos horas de Charlotte en cabina fueron una constante sucesión de tracks de calidad y perfectamente elegidos, con un sentido bastante común y casi sin altibajos. Un sonido techno muy concreto que también empieza a ser característico, eso sí, con pequeños altibajos y ciertos momentos ligeramente monótonos, pero que no es posible que defrauden a quien sabe y conoce lo que De Witte ha conseguido durante estos años. La dj, que este año será la primera mujer de la historia en realizar el closing de Tomorrowland, dejó un buen sabor de boca y seguramente fue, la verdad, la mejor actuación de la noche. Por cierto. Tenemos que destacar la amabilidad de la artista, que llegó a la cabina más de una hora antes de su set y que se hizo fotos pacientemente con decenas de personas que rondaban la cabina. ¡Y siempre con una sonrisa en la cara!
Desde ya mismo contamos los minutos para la siguiente edición de MAUDES Festival, evento diferente y que esperamos que continúe creciendo en Madrid. ¡Brindamos por ello!