Con Maceo Plex y Joris Voorn como artistas estrella, el festival madrileño nos regaló este pasado fin de semana pese a las dificultades por el coronavirus, una gran dosis de techno muy agradecida en los tiempos que corren
Hace unos días hablábamos de la cierta vuelta a la normalidad (con comillas) que vivimos en The Domingueros en Madrid. Siguiendo la estela, y también arrastrando parte de los problemas que tuvo este show, este fin de semana teníamos marcado en rojo uno de los primeros eventos de gran formato que se anunciaron para este verano en la capital. MAUDES Festival era una propuesta tan interesante como arriesgada, y estamos seguros de que la organización hubiera cambiado muchas cosas si las condiciones sociales actuales hubiera sido diferentes. Wololo Sound asistió tanto viernes como sábado al autocine RACE para vivir en primera persona este evento, que pese a sus sombras y trabas consiguió un notable espectáculo.
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Para ponernos en situación, MAUDES nos proponía un evento que se desarrollaría hasta las 2:00 am y que contaba con dos nombres estrella: Maceo Plex el viernes y Joris Voorn el sábado. El recinto estaba repartido en reservados, teniendo la zona VIP por un lado y la zona “general” por otro. La organización de MAUDES tuvo el tino de atender correctamente ciertos aspectos que estamos hartos de criticar en este tipo de eventos. Por ejemplo, los accesos, rápidos y fluidos ambos días, la presencia de personal por doquier en barras y baños, destacando la práctica inexistencia de colas en todos sus puntos. El “papelón” quedo sin embargo para el personal de seguridad, encargados principales de mantener en vigor todo lo relacionado con las mascarillas, obligatorias si te levantabas de tu silla. Una labor tan encomiable como complicada a ciertas horas de la madrugada.
La jornada del viernes tenía como plato principal un 3h set de Maceo Plex, a la que sumaría una hora más de b2b con Raxon. La sesión del artista fue cuanto menos irregular. Si bien Maceo es un DJ totalmente asentado y cuya calidad es indiscutible, creo que no consiguió en ningún momento hacerse con las circunstancias. Mezclas de una calidad discutible y “bajones” repentinos del volumen debido a la presencia de la policía a las afueras del recinto fueron constantes, sobre todo en la primera parte de la sesión de un dj que se notaba que era el primero que no estaba cómodo con el obligado formato del evento y que incluso se ausentó en un momento dado de la cabina durante varios minutos por causas que aún desconocemos. Tampoco tenemos constancia de las razones que llevaron a las barras a no servir durante varios tramos de la noche escudándose en una posible intervención policial. Todos estos hechos y otros quizá algo menos importantes como la ausencia de cualquier punto de comida abierto cuando apenas eran las 00:30, hicieron que esta primera jornada fuera un poco descafeinada y extraña.
La organización hizo sus deberes, o simplemente tuvo más suerte, en la jornada del sábado. Ante un público ligeramente más numeroso y sin incidencias como las anteriormente mencionadas, la jornada se desarrolló con normalidad. El sonido esta vez sí estuvo a la altura (sin la mejor de las calidades pero al menos con un volumen aceptable) y los artistas hicieron lo mejor que saben. Tanto Gonçalo como Raúl Pacheco (con un muy destacable closing conjunto) como por supuesto los invitados Andrea Oliva y Joris Voorn, realizaron un set perfectamente trabajado y adaptado a la situación. En el caso de Andrea, el artista puso la nota de color con una sesión tech-house más que notable y un ritmo muy bien conseguido. Por su lado, nuestro querido Joris completó dos horas de sesión donde sonaron muchos de sus clásicos y otro innumerable número de IDs en una sesión muy compensada y divertida.
El devenir de MAUDES a partir de ahora es un misterio (¿y el de quién no?), pero sinceramente esperamos que su andadura en la capital solo haya hecho más que empezar. Con una primera edición completada con éxito pese a todas las dificultades, ahora es momento de felicitarse por el trabajo bien hecho y de escuchar el feedback del público, el cual hacía hincapié en el excesivo precio de las consumiciones y de las dificultades logísticas por culpa del coronavirus, esto último algo que esperemos ya no exista el próximo año. Su tono, su estilo y sus intenciones son realmente buenas y tan solo las circunstancias y el choque de las mismas con el ansia de baile de los asistentes enturbió este primera edición. ¡Esperamos volver a encontrarnos pronto!
