Hemos vuelto a cubrir el festival por excelencia en el País Vasco, sumando a nuestro historial otra experiencia positiva y con nuevos descubrimientos musicales

Podríamos decir que subir al monte en Bilbao en el mes de julio es ya una tradición a la que nos queremos apuntar todos los años. Este pasado fin de semana hemos sido testigos de una nueva edición de Bilbao BBK Live, en la que ha habido de todo. Desde las resonadas críticas iniciales por una parte importante del público, poco contento con los nombres del cartel, hasta el descubrimiento de artistas que habitualmente se tienden a pasar por alto y rebosan talento.

Sí, sobre el papel, el cartel de este año podía parecer más flojo que el de otros. Pero lo cierto es que tan solo hacía falta estar en el lugar adecuado para darse cuenta de que la oferta musical era buena. A veces, toca desmontar un poco el plan que traes hecho desde casa e inventar sobre la marcha para dar con la clave. Así fue nuestra experiencia:

Cartel Bilbao BBK Live en Nagusia, el escenario principal del festival (Foto: Aliron Studio)

The Prodigy, líderes indiscutibles del primer día

Nuestro jueves empezó en la apertura del escenario Basoa, bailando bajo los árboles a ritmo de Neska. Su selección musical fue perfecta para ir entrando en calor, moviéndose desde el techno hasta los ritmos rotos, con sonidos abstractos en ocasiones. Muy fina y con mucho estilo en su mezcla para firmar un set totalmente disfrutable.

Nuestra siguiente parada fue en el Lasai para ver por enésima vez, y no nos cansamos, a GAZZI. Esta vez, bajo su alias Tenguerengue, con el que saca su faceta más ecléctica y es capaz de manejar una línea que toca diferentes estilos musicales. Su actuación comenzó con un house orgánico y ritmos urbanos, pasando por algo de electrohop con el mítico ‘The Way I Are’ de Timbaland, hip hop y rap con ‘Mr. Morale’ de Kendrick Lamar y acabando con un tempo más alto en producciones de polyrhythm.

De vuelta en el Basoa y con la caída de la noche, tocaba una ración de house disfrutón de la mano de la peruana radicada en Berlín, Sofia Kourtesis. Mucha influencia de los sonidos afro que tan de moda están este año, aunque una sesión un tanto lineal en algunas ocasiones. Antes de ir a por los platos fuertes de la noche, hicimos una parada que no teníamos planeada por el escenario Beefeater para ver el live de MEZERG. Todo un descubrimiento que mezcla perfectamente y con mucho carisma electrónica, funk, techno, algo de jazz e incluye un french touch para representar a su país de origen.

The Prodigy (Live) cerrando el escenario Nagusia el jueves (Foto: Gorka @blame.photography)

Y llegó la hora de The Prodigy en el escenario principal. El legendario e icónico dúo formado por Maxim Reality y Liam Howlett firmó la actuación más enérgica y desenfrenada de la noche desde que empezaron a sonar ‘Breathe’ y ‘Omen’. Fue todo un recorrido por los temas más reseñables de su amplia trayectoria, con los míticos ‘Voodo People’, ‘No Good’ y ‘Smack My Bitch Up’, por supuesto. Pogos en todo momento en el público y toda una demostración de por qué son una de las formaciones más importantes de la música electrónica y la cultura raver.

Una vez desatada la locura, el bueno de Folamour trajo un poco más de calma y música de baile a la pista del escenario San Miguel porque ya hacía falta un respiro. Cerramos esta primera noche con el francés y su nuevo show A/V. Un seguro de vida por lo que respecta al apartado musical, con la interpretación de su álbum ‘Manifesto’. House de calidad con claras influencias del jazz, el funk y la música disco. Aunque a nivel audiovisual quizás prometía más, a priori, de lo que realmente fue in situ.

Folamour A/V actuando en el escenario San Miguel (Foto: David Recio)

La revelación de Djrum y la cúspide con Overmono

El viernes, segundo día de Bilbao BBK Live 2024, comenzaba a contracorriente, con la lluvia haciendo de las suyas desde primera hora de la mañana y convirtiendo Kobetamendi en un barrizal. Un problema que no se pueda solucionar echando pilones de paja al suelo. Aún así, la experiencia de bailar sobre el barro es algo con lo que hay que contar en este festival y es parte de su esencia.

Djrum fue el primer encargado de la noche en hacernos volar en su viaje musical. Tenía por delante tres horas para pilotar el Basoa a su antojo y lo hizo con una progresión que apenas tardó en coger un muy buen ritmo. Desde el techno hasta llegar a moverse por estilos como el jungle o el breakbeat. Y una vez pisó el acelerador, no hubo quien le parase. Toda una masterclass de saber leer la pista y de tener siempre el vinilo perfecto en su selección musical al leer la pista.

En el Beefeater esperaba el concierto de Ralphie Choo, uno de los jóvenes talentos nacionales que más están dando que hablar en este último año. Con su característico pop electrónico de influencias urbanas, el artista manchego y su banda nos hicieron disfrutar de algunas de sus canciones más populares, con invitados especiales como Barry B y rusowsky acompañándole en el escenario para interpretarlas. Además, pudimos escuchar música nueva y vivir un cierre de lo más enérgico con ‘VALENTINO’.

Overmono haciendo su DJ set en el escenario San Miguel (Foto: Gorka @blame.photography)

Como bien sabéis, este festival es un hogar para las leyendas, así que era inevitable volver a pasar por el escenario principal para disfrutar de Underworld. No es ningún secreto que la mayoría de los allí presentes queríamos escuchar su mítico ‘Born Slippy’, pero esta actuación es una de las que no te puedes perder desde el principio para ver su recorrido por estilos como el electro-pop, una electronica con tintes psicodélicos e incluso algo de techno antes de dar paso a su himno por excelencia, con el que cerraron el set.

Y para terminar el día, soltaron a los perros. Todavía quedaba una de las actuaciones que teníamos marcadas en rojo para esta edición del festival. En el escenario San Miguel esperaba el dúo Overmono, con toda la artillería de su álbum ‘Good Lies’ desatada, así como otras producciones como ‘stayinit’ con Fred again.. y Lil Yachty, ‘Freedom 2’ o ‘Bby’. UK garage y ritmos rotos a raudales en una hora de set que se hizo demasiado corta y nos dejó con ganas de escuchar y bailarles más tiempo.

El live show de Kiasmos en el escenario San Miguel (Foto: David Recio)

El cierre tradicional del Basoa y live shows destacados

Nuestra programación para el sábado era un poco más acotada después de tantas horas de baile en los días previos, pero el line up del festival aún nos tenía guardadas algunas joyas. El live show de Kiasmos fue nuestra primera elección para empezar la noche. Con su nuevo álbum ‘II’ recién estrenado, la dupla islandesa trajo a Bilbao sus características melodías de cierta orientación minimal, tocadas por ambos miembros cara a cara con el teclado, y que siempre acompañan a ritmos y sonidos electrónicos.

Iba a ser una noche de ritmos más tranquilos que las previas, por lo que hicimos una última visita de rigor al Lasai, donde JASSS sacó su lado electrónico más experimental y a unos BPMs más bajos de lo que pudimos ver hace un par de años en el Basoa. Fue una sesión con una alta predominancia de las melodías para crear el ambiente más íntimo e inmersivo que se busca en esta área del festival y, sin duda, todo un acierto volver a elegir a la artista nacional en nuestra hoja de ruta.

Floating Points con su live de sonidos modulares, en el escenario San Miguel (Foto: David Recio)

De vuelta a los lives, tocaba disfrutar de la propuesta de Floating Points. Mucho más clubbero de lo habitual, con mucha música nueva de su inminente álbum. Los sonidos house modulares fueron los protagonistas que guiaron el recorrido musical del artista británico, con tracks con mucho groove como ‘Birth4000’. El show fue tomando un ritmo muy progresivo e hilado de manera muy fina, entrando en ritmos UK garage hasta llegar a cerrar con algo de drum and bass. Mucho ojo con ese nuevo álbum que verá la luz en septiembre.

Y para cerrar el festival, no podíamos elegir otro escenario que el Basoa con la ya habitual sesión de John Talabot. Un artista que se ha convertido en un auténtico icono de este festival y con el que miles de personas ponen fin a sus horas de baile cada año. Es el momento en el que la pista de baile está más llena que nunca y donde el techno se adueña de todo Kobetamendi durante tres horas, hasta volver a ver la luz por completo a las 7 de la mañana.

El público de Bilbao BBK Live 2024, visto desde el escenario principal (Foto: Aliron Studio)

Otros detalles y mejoras sobre Bilbao BBK Live 2024

Si bien echábamos en falta algunos nombres top de la escena mainstream en el cartel de este año, la parte electrónica estaba perfectamente cubierta, con propuestas interesantes que ver en todo momento. No podemos pasar por alto a grupos como Parkineos o Nerve Agent que nos habría gustado ver, pero que por solapes u horario fue imposible. Veremos qué rumbo toma la programación del próximo año.

Por otra parte, Bilbao BBK Live ha apostado un año más por la filosofía sostenible y es algo que ha querido transmitir mucho más allá de las redes sociales. Sin ir más lejos, la primera pista la teníamos en la propia entrada del festival y algunos de los escenarios, decorados con madera reutilizada y materiales orgánicos naturales, como por ejemplo la lana de las ovejas de Karrantza.

Como ya es habitual, el festival ha congregado a más de 115.000 asistentes acumulados a lo largo de estos tres días. Bilbao es un destino turístico muy atractivo para amantes de la música de diferentes rincones del mundo y hemos bailado junto a personas de 75 nacionalidades diferentes. No cabe duda de que la esencia sigue siendo la misma de siempre, tanto por estilos musicales como por el ambiente que se respira desde dentro.

Como aspecto a mejorar, creo que todos hemos echado en falta una mayor disponibilidad e higiene en los baños. El último día del festival ya se notaba que no era suficiente con los servicios que había y se formaron más charcos de barro que con la propia lluvia que cayó el viernes por la mañana. Obviando este aspecto, podemos considerar que Bilbao BBK Live 2024 ha resistido ante las críticas iniciales y volveremos el año que viene.

Gorka Hernández
Soy el Asier Villalibre de este percal, pero no tengo ni idea de tocar la trompeta; solo sé un poco de música electrónica.