El festival luso sigue abriéndose hueco en la historia de la música de baile en Portugal con su cuidado concepto ubicado en medio de la naturaleza

Desde el año pasado Basilar Festival se ha convertido en un must en nuestros calendarios en el mes de septiembre, siendo considerado uno de los destinos a tener más en cuenta para los amantes del techno, concretamente de su rama más sólida y underground. El pasado 7 de septiembre poníamos rumbo a Barragem da Queimadela, su nueva ubicación en el norte de Portugal, para asistir a los 4 días de inmersión musical que allí se celebrarían.

Comenzaremos describiendo cómo estaba todo organizado en cuanto a ubicación, instalaciones y servicios para luego dar paso al verdadero protagonista; la música.

El cartel que había a la entrada del recinto con letras blancas en el que estaba escrito: “BASILAR” anunciaba nuestra llegada al lugar de destino, y bien pronto nos encontrábamos rodeado por un bosque de robles con varias zonas habilitadas para las distintas necesidades del festival. Todo giraba en torno a las instalaciones fijas del camping que había allí construido, con sus correspondientes duchas, baños, restaurante y cafetería. Alrededor de estas se encontraban las diferentes zonas de acampada que se habilitaron para el festival, tanto para las tiendas de campaña, como para el glamping o las caravanas. Lo bueno de estar organizado de esta manera es que todos pudimos hacer uso de unas instalaciones fijas, no provisionales, para ducharnos cómodamente o tomar algo y recuperar fuerzas.

Tras pasar la zona de camping llegamos al recinto del festival, y una vez pasado el control de seguridad, nos situamos en frente de un gran lago rodeado de robles y naturaleza, encontrando los diferentes food trucks instalados para la ocasión. En los días en los que la lluvia dio tregua, fueron muchos los que se animaron a darse un baño en el lago y otros tantos los que simplemente se quedaron en la orilla disfrutando de las vistas.


Finalmente, y a escasos metros del lago, llegamos a la pista de baile, con la barra de bebidas, de nuevo con precios populares, en un lateral y al fondo con un escenario minimalista en el que el propio entorno era el protagonista. Instalaron una estructura metálica con algún detalle decorativo, en la cual reposaba la cabina del DJ ligeramente elevada con respecto a la pista de baile y en cuyos laterales se encontraba el característico sistema de sonido Void Acoustic en color rojo, que no dejó indiferente a nadie, con un sonido potente y cálido si se escuchaba desde el lugar adecuado. La instalación de luces también estuvo muy acertada, consiguiendo crear una sensación de espacialidad similar a la que podrías tener en un club. Para nosotros, la idea de tener una única pista de baile fue algo positivo, ya que se creaba un único punto de encuentro en el que todo el público disfrutaba al unísono de la propuesta musical de cada momento, sin divisiones ni competiciones.

La música fue la protagonista, aunque la lluvia, celosa, quisiese llevarse también algo de protagonismo. Tanto el primer día como el maratón de los dos últimos días estuvieron marcados por la buena música y el baile, pero fue el segundo día el que tuvo que ser cancelado inevitablemente debido a la fuerte lluvia y a la tormenta eléctrica en la que nos vimos envueltos.

El pistoletazo de salida lo dio Esoteric, que empezó a calentar los oídos y las mentes con un techno orgánico, profundo y elegante, perfecto para un comienzo de festival. Tomó el relevo la joven promesa española de Bilbao, Judy, que vino acompañado de sus fieles amigas; sus máquinas, con las que nos presentó un live set con su sonido tan característico lleno de secuencias a medio camino entre lo digital y lo orgánico y envueltas en un esqueleto rítmico frenético y dinámico. Tras ese live set en el que la pista ya empezaba a estar caliente, llegó Leiras, el cual necesita pocas presentaciones. Vino con una meta clara: hacernos bailar con su sonido crudo y dirigido a la pista de baile. Bombos grandes y secuencias oscuras siguieron avivando el fuego de la pista de baile hasta tal punto que a mitad de su sesión se produjo la oscuridad total, un apagón eléctrico puso fin al set de Leiras, que se quedó a mitad de camino… otra vez será.


Tras solucionarse el apagón eléctrico, quien retomó los mandos fue Kerrie, que nos presentó una pincelada de su Live set con un sonido distópico-galáctico propio de ella. No pudo extenderse todo lo que le hubiese gustado ya que la duración de su Live set se vio recortada considerablemente por el apagón.  Fadi Mohem sí que pudo explayarse todo lo que quiso, haciendo sonar los Void de una manera espectacular con su techno groove clásico que nos hizo bailar ininterrumpidamente. El amanecer llegó de la mano de Ron Albrecht, que vino cargado con su maleta de vinilos con la que nos presentó una sesión en la que sonaron algunos clásicos y sonidos no tan contemporáneos, transportándonos a una era del techno en la que la música, el respeto y la comunidad eran los estandartes.


A diferencia del primer día, en el que fuimos recibidos por un agradable sol y un cielo despejado, el segundo día vino cubierto de nubes y de truenos, lo cual nos daba señales de que la segunda noche iba a estar pasada por agua, como así fue finalmente. A pesar de todo, se intentó seguir adelante pese a que no estuviesen ni el escenario ni la pista de baile preparados para la cantidad de lluvia que se anunciaba, de tal manera que Enk­ō B2B Tauer se atrevieron a iniciar la noche con una sesión pre-diluvio, con un sonido orgánico, dinámico y energético que ponía a punto la pista desde primera hora.


El segundo plato de la noche fue A Thousand Details en formato Live, que pudo exponer su concepto mental y sofisticado a la par que bailable y funcional con normalidad hasta la mitad de su set, momento en el que empezó el diluvio. Los valientes que ahí bailaban bajo la lluvia/ducha no se rindieron y animaron a Montero iniciar su sesión. El malagueño fue directo al grano con un techno groove orgánico, eléctrico y potente que convirtió la pista en un jardín de gnomos con chubasqueros bailando bajo la lluvia. La lluvia y la tormenta eléctrica fueron a más y se empezaron a crear riadas e inundaciones que ponían en riesgo el equipo y la seguridad de los asistentes por lo que se vieron obligados a cancelar la noche a mitad de sesión de Montero. Tuvimos que buscar refugio en el camping y en las instalaciones hasta que la situación se calmara, por lo que se quedaron sin poder realizarse las tan aclamadas sesiones de Adriana López, que prometía ser un plato contundente y del gran DVS1.

Después de ese segundo día pasado por agua, el público esperaba impaciente la llegada del maratón del tercer y cuarto día, para el cual, la organización del festival preparó una mejor carpa tanto como para el equipo y el dj como para el público. También instalaron una alfombra en el suelo que permitió que pudiéramos bailar de forma cómoda sin mancharnos del barro de la noche anterior.

Estaba todo listo para que empezara el maratón, así que Morsil fue la que dio comienzo al ritual con su elegancia a los platos tan característica, llevándonos de viaje a través de sonidos mentales, profundos y texturas fácilmente bailables, ideales para empezar con buen pie el maratón. Siguió su senda Amulador, otro referente del buen gusto y de la elegancia, que nos propuso un set cargado de ritmo, texturas y una sutil oscuridad. Las dos que vinieron después, Tasha B2B The Lady Machine, pusieron música de la que no te permite parar de bailar, secuencias cortas y ritmos directos y constantes hicieron de este B2B uno para el recuerdo. Acto seguido pudimos disfrutar del Live set de Head Front Panel, el cual fue breve pero muy intenso, con un sonido altamente enérgico y contundente, muy recomendable.


Después de ese intenso live llegó Temudo, al cual teníamos muchas ganas de ver. No nos defraudó con su set de puro ritmo lleno de texturas, envuelto en una pizca de oscuridad. Con el fin de su set llegó el amanecer, y con el amanecer llegó Deniro, que nos dio una lección de las infinitas posibilidades que tiene la TR-909, con un sonido fresco, alegre y por momentos muy melódico, perfecto para un amanecer. Un amanecer que pasó a ser un mediodía con la llegada de Blasha & Allat, que se suponía que pinchaban el segundo día pero debido a la lluvia pincharon finalmente tras el set de Deniro. Hicieron bailar a la gente al ritmo del techno más fresco, pasando por el house, hardgroove y demás estilos de energía elevada y alegre. Stojche B2B Mareena siguieron una línea musical parecida, poniendo la pista de baile patas arriba con ritmos frenéticos, alegres y frescos.


El siguiente invitado supo perfectamente calmar la energía poco a poco, introduciéndonos en un viaje hacia el sonido Detroit más clásico, hablamos de XDB, un experto en transportarte a un universo musical flotante en el que la melodía y los ritmos minimalistas son los protagonistas. Supo hacerle la cama perfectamente al que vino después, Trolley Route, el aka con el que Oscar Mulero muestra su lado más Detroit y minimalista. Nos dio una clase de elegancia y finura a los platos, con sonidos melódicos, profundos y limpios, fue toda una delicia para los amantes del techno haber podido disfrutar de una propuesta así de especial. Para finalizar el maratón, y siguiendo la tradición que se empezó el año pasado, Freddy K fue el encargado de poner el broche al festival con una sesión frenética llena de secuencias melódicas repetitivas y ritmos constantes, nos pusimos todos en modo automático y bailamos hasta el fin sin parar unidos por la misma música y por el amor que le tenemos a esta cultura.

Hasta el año que viene, obrigado Basilar.

Alejandro Ruiz
Viviendo a ritmo de groove, jungle, techno, house, breakbeat, trance, ambiental y mucho más. Quiero saber si hay after después de la muerte