Un disco que explora lo más profundo de nuestros recuerdos y las contradicciones más viscerales del ser humano de una manera casi imperceptible

La escuela nórdica de la electrónica nos ha dejado algunos de los actos más interesantes e innovadores de los últimos años. Entre ellos, el músico de Copenhague Trentemøller ha destacado por la evolución de su propuesta musical, introduciéndose en terrenos muy poco explorados. Si bien mantiene desde sus inicios el tono reflexivo y su maestría a la hora de crear paisajes oscuros, melancólicos y cinemáticos, ha llegado a ese punto en el que muchos ni siquiera le consideran un músico electrónico por lo difuminado de los límites en los que se mueve.

Si lo comparamos con ‘Obverse‘ (2019) su más inmediato trabajo cronológicamente, ‘Memoria‘ destaca por la diversidad de texturas, ambientes y emociones en los que nos sitúa. Su predecesor tenía por bandera un sonido muy denso, oscuro e invernal con una coherencia muy bien trabajada. En cambio, en su nuevo trabajo la paleta de escenarios se abre de forma exponencial sin perder esa cohesión ni el hilo argumental de la pieza completa.

El viaje de ‘Memoria‘ comienza con los suaves acordes de guitarra y el sonido casi de canción de cuna de ‘Veil Of White’, acompañado de la voz susurrante de la habitual colaboradora Lisbet Frietze. Una canción muy dream pop, pero carente de puntos climáticos que se sustituyen por una “monotonía” que ayuda a introducirnos en la tensión del disco. ‘No More Kissing In The Rain‘ dibuja un paisaje idílico en lo instrumental y triste en lo vocal, intuyendo lo que vendría después. ‘Darklands‘ se vale de majestuosos arpegios en creciente intensidad para desembocar en el final de esta parte del disco en ‘Glow‘, una ingeniosa pista de house melódico con mucha distorsión y densidad en las melodías.

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In The Gloaming‘ inicia una fase caótica en la que se entrelazan múltiples estilos y sensaciones. ‘The Rise‘ hace crecer una tensión e incertidumbre que se resuelven en ‘When The Sun Explodes‘ una inquietante pieza instrumental que acaba en un anticlimático riff de sintetizador y guitarra. Esta parte del disco se siente inconexa en cierto modo por lo dispar de las vibraciones que se plasman en cada canción, pero a la vez eso mantiene la plena atención del oyente y le hace sumirse en una especie de sueño confuso y difícil de recordar con exactitud.

El tercio final del disco lo encaramos con otra de esas grandes pistas influenciadas por el dream pop más idílico como es ‘All Too Soon‘, que inmediatamente vuelve a sumirnos en el misterio más inquietante en ‘A Summer’s Empty Room‘, una pieza pseudo ambient con percusiones limpias y difuminadas. Llega el clímax final, para el cual el artista danés nos prepara a la perfección con las melodías densas pero agradables de ‘Drifting Star‘. Y como el más bello amanecer surge ‘Like A Daydream‘, una envolvente y romántica balada ya completamente descargada de tensión y que es una oda a la felicidad más pura, y que cierra de manera absolutamente magistral con la delicada y acogedora ‘Linger’, cuyos ritmos lentos y sensuales acompañan una melodía mucho menos barroca que en otras canciones, pero igualmente emocionante.

Trentemøller siempre será críptico, difícil de analizar y de explicar, pero es de esos artistas cuya música es un refugio en el cuál resguardarse en los estados de ánimo más diversos de la vida de una persona. ‘Memoriaexplora los entresijos más complejos e inexplicables de la misma, de manera que el caos y la incertidumbre que vemos en ciertas fases cobran todo el sentido posible. Ambicioso, ecléctico e intrigante, este disco es una parada obligatoria de este mes de febrero.

Adri Rodriguez
Vivimos con toda la música del mundo a nuestro alcance. Mi objetivo es haceros descubrir y disfrutar con mi gran pasión.