Domino Records edita el nuevo material del genio británico, que vuelve a dar un giro a su carrera artística

Si hay un artista al que no se puede achacar una falta de evolución en su carrera, ese es Jon Hopkins. A lo largo de los últimos veinte años nos ha cautivado de todas las maneras posibles. Desde unos inicios mágicos en el downtempo más emocional, pasando por una reinvención al techno melódico mucho más recargado y enérgico, parecía el momento idóneo para dar un salto así, y a la vez el peor momento posible. En un momento en el que Hopkins es uno de los artistas más reconocidos del mundo electrónico, hacer un “salto al vacío” así nunca es fácil. Aunque el ambient esté en un gran momento de forma, al estar metido en una escena distinta podía parecer extraño para algunos.

Y lo cierto es que, tanto en ‘Inmunity‘ como en ‘Singularity‘, sus dos discos más reconocidos, así como en sus anteriores trabajos, el artista ha mostrado un gusto especial por este género. Especialmente en su aclamado último LP, en el que las melodías eran más densas, orgánicas y complejas que nunca, y había indicios de que en un futuro podría acabar gestando un proyecto así. El desencadenante principal de este disco es un viaje a Ecuador realizado por Hopkins en 2018, que el artista catalogó como “life changing”, y que ha querido plasmar en este disco dando forma a la conexión con la naturaleza y consigo mismo que alcanzó durante dicho viaje.

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Atrás quedaron los complejos ritmos y progresiones eternas que generaban emociones fuertes y pasionales. ‘Music For Psychedelic Therapy‘ es madurez, sosiego y detalle al milímetro. Hopkins abandona en la medida de lo posible los sonidos sintéticos para buscar lo orgánico y lo familiar. Lo cálido y lo confortable. La trilogía de ‘Tayos Caves‘ consigue de manera sublime, transportar al oyente hacia las idénticas sensaciones en el viaje por dichas cuevas. El primer acto es la entrada, el segundo el recorrido y el en el último la salida. Los sonidos de cascadas en el primer acto, la atmósfera íntima y lúgubre en el segundo y la progresión infinita en el clímax final nos hace parecer que entramos al paraíso.

Alcanzamos un valle por el que discurren ‘Love Flows Over Us In Prismatic Ways‘ y ‘Deep In The Glowing Heart‘. Y Hopkins nos vuelve a hacer subir por una de sus ardientes progresiones. Con muchos menos elementos y alardes técnicos consigue lo mismo: emocionarnos. Y llegamos. ‘Arriving‘. Con unas tenues voces que nos susurran y unos suaves arreglos a una melodía celestial nos lleva al clímax de los clímax. Y llega el silencio. Y después ‘Sit Around The Fire‘ a modo de conclusión. A su manera, este disco es redondo. No brilla tanto como sus antecesores, al menos de primeras. Pero no pretende brillar, y sin embargo lo hace, también a su manera.

Adri Rodriguez
Vivimos con toda la música del mundo a nuestro alcance. Mi objetivo es haceros descubrir y disfrutar con mi gran pasión.