Vuelve nuestra sección más mediterránea, más paellera y más anaranjada. ¡Vuelve la “Escena Valenciana”! Y a lo grande. Hace cosa de un año estrenamos una serie de entrevistas dedicadas a una de nuestras joyas de la corona, a la cuna de las influencias electrónicas en España durante los años 80 y 90, al destino vacacional festivalero por excelencia. Hoy la versión 2.0 de este proyecto cobra vida por todo lo alto con uno de los eventos más conocidos e importantes del país como protagonista. Nos hemos sentado con Andreu Piqueras, CEO del gran Medusa Festival.

En esta charla conoceremos los detalles que hay detrás de este macroevento que, desde 2014, congrega cada verano a decenas de miles de personas en la playa de Cullera (Valencia), movidas por sus insólitas puestas en escena y sus sublimes carteles repartidos en múltiples escenarios. Ahora, en medio de esta situación de incertidumbre, con iniciativas como Octopus todavía por estrenar y con la edición de 2021 muy en el aire, una de las principales figuras de este legendario evento responde a nuestras preguntas a través de esta primera entrevista. ¡Bienvenido/as de nuevo a nuestra aventura valenciana!


Wololo Sound – Buenas tardes, Andreu. En primer lugar, muchas gracias por atender a nuestro medio en esta entrevista exclusiva. La primera pregunta es lógica: ¿Qué tal estás? ¿Cómo de mal se ha portado este último y fatídico año contigo?

Andreu – La verdad que estamos bien. Como dicen las señoras mayores, lo primero es la salud. Nuestras familias están bien y nuestros trabajadores están bien. A nivel trabajo estamos jodidos como todo el mundo, sobre todo al ver que no se ve una fecha de vuelta y que nos han dejado bastante de lado. Entendemos que lo primero es que los hospitales no estén saturados, pero tienen que entender también que de este sector come muchísima gente. La Comunidad Valenciana se ha portado bien con nosotros, pero a nivel nacional la situación no es favorable.


WS – En el aspecto económico nos imaginamos que todo esto ha sido un palo. ¿Cuál es tu trayectoria como empresario además de tu proyecto con Medusa Festival?

Andreu – Nunca me imaginé poder llegar a montar esto, la verdad. Somos dos socios. Mi compañero viene de la parte discográfica y estaba estudiando informática, y yo vengo del sector empresarial dirigiendo el típico pub “de pueblo”. Vimos que queríamos dedicarnos a esto y empezamos a hacer eventos pequeños. En la actualidad dirigimos la promotora de Medusa Festival y de Octopus, además de varios locales y discotecas. Como cualquiera que empieza en el mundo del ocio nocturno, empezamos desde cero, con un local de a penas 100 personas de aforo.


WS – Antes de entrar en materia queríamos hacerte una pregunta sobre los inicios de tu carrera y de Medusa Festival. ¿Cómo fueron? ¿Imaginabas llegar a donde estáis ahora? ¿Habías trabajado antes en la directiva de algún evento de este tipo?

Andreu – Creo que supimos ver que era el momento de embarcarse en un proyecto como el Medusa Festival, un formato que la gente demandaba. Era una nueva manera de salir, un nuevo plan vacacional. Empezamos el festival el 15 de agosto, una fecha perfecta en la que quisimos poner todos los ingredientes para dar una experiencia única. Ubicación perfecta entre Valencia y Gandía, fecha ideal y quisimos distanciarnos del concepto festival de música “puro” en torno a un gran cartel y nada más.

En el resto de Europa se estaban vendiendo verdaderas experiencias y producciones, como por ejemplo Tomorrowland. Hacía falta un festival en España al estilo europeo y de ahí vino primeramente el éxito. El escenario del segundo año con ese toque fallero fue un salto al mundo y acorde a lo que la gente demandaba en España.

Medusa Festival – Edición 2015

WS – Vamos a hacerte preguntas más concretas, pero antes de nada queríamos preguntarte cuáles dirías que son las claves, a nivel empresarial, para que un proyecto como Medusa Festival avance año a año y sea rentable.

Andreu – La gente cree que un festival así de grande siempre es rentable y la verdad es que no es así. Estás muchos años perdiendo antes de poder ganar. Hablamos de un proyecto de millones de euros con unos primeros años muy difíciles. Nosotros, por suerte, nos hemos posicionado rápido a nivel empresarial y también pudimos subir el precio de la entrada a partir del tercer año, lo cual no siempre es posible. Cobrando 20 o 30 euros por cuatro días de festival no se puede mantener un concepto como Medusa Festival.

La línea a seguir se tiene que basar sobre todo en crear un producto de calidad y en escuchar mucho al espectador. Tienes que ir de cara, no engañar al cliente. Muchos eventos se esconden en la posibilidad de tener un año entero para borrar tus errores del año anterior y es un punto donde nosotros no quisimos entrar. Consiste en dar un producto a la escala del precio de entrada que vas a ajustar.


WS – ¿Crees, por tanto, que el pequeño promotor se tiene que mentalizar para perder dinero dos o tres años sí o sí?

Andreu – Sí, yo creo que sí. Y si no pierde no va a llegar muy lejos. Cuando pierdes es cuando aprendes pero es que además si quieres crecer hay que invertir permanentemente y entonces consiste en ir arriesgando todo el capital. Si no tienes carrera no vas a meter 40.000 personas en un festival. Los tres, cuatro o cinco primeros años son para invertir.


WS – ¿Por qué un festival de música electrónica? ¿Amor por este género o buen ojo empresarial?

Andreu – El concepto que tengo de festival siempre ha sido ligado a la electrónica. Siempre hemos intentado tener un poco de todo, pero somos profesionales de la música electrónica y queremos seguir creciendo sobre este género como hemos hecho con Octopus. Creo que faltaban festivales de música electrónica en España y ahí es donde estamos y queremos estar.


WS – Hablando de Octopus… ¿Qué mensaje le darías a los que tenían este festival marcado en rojo en el calendario después de aplazarse su primera edición?

Andreu – No sé si voy a decir una barbaridad, pero si se puede hacer un festival este verano será el Octopus. Un aforo de 10.000 o 15.000 personas creo que puede ser lo más viable este verano. Vamos a hacer un evento “rollo Medusa Festival”, con producción y escenario espectaculares y venderemos imagen a la par que música. Y la mejor música hardstyle y hardcore, por supuesto.


WS – Sin embargo, cada vez es más normal que los festivales de EDM introduzcan géneros urban (reggaeton, trap, rap…) en sus line ups. Este hecho cabrea a más de un seguidor de la electrónica, ya que se considera que le quita “pureza” al evento. Lo que seguramente muchos olvidan es que un festival es un negocio y vosotros estáis ahí para ganar dinero. ¿Qué opinas de todo esto y como explicarías esas situaciones al asistente de Medusa Festival?

Andreu – Es un tema que, la verdad, me cabrea bastante. Cuando empezamos a escuchar la palabra “reggaeton” junto a la palabra “electrónica” es verdad que de primeras a ti mismo duele un poco como seguidor de la electrónica y como promotor. Sin embargo, cuando empiezas a notar que el urban es lo más escuchado en todos los medios y que Medusa Festival es un evento de experiencia, vacacional, donde la gente no viene a un solo concierto y que suele venir con muchos amigos de lo más diverso, empiezas entonces a plantearte esta opción.

Nosotros intentamos agradar al máximo tipo de gente diferente y en Medusa Festival hay hueco para todos, vayas en pareja, en grupo, con amigos, con amigas… Mucha gente no va de festival por la música y eso es importante saberlo. Hemos hecho encuestas en la puerta donde mucha gente no conocía a tres artistas del festival.

Hacer un festival solo de electrónica y querer meter 50.000 personas es tremendamente difícil. Lo que intentamos, por tanto, es agradar al purista con artistas como Oscar Mulero o Jeff Mills, pero también podemos traer a Omar Montes para ese otro tipo de acompañante del seguidor de los primeros. Con Mulero o Mills no llenamos un stage y hasta dentro del propio género hay que diversificar también con artistas de otro corte, por ejemplo tech house. Esta diversidad no suele hacer tanto ruido que cuando nombramos la palabra “reggaeton”.

Luego tenemos a un montón de puristas de redes sociales que ni siquiera asisten al evento, algo que pasa por ejemplo mucho con el hardstyle y el techno. Si quieres hacer un evento del tamaño de Medusa Festival, tienes que estar abierto a muchos géneros y posibilidades. Siempre sin faltar a la calidad musical.


WS – Hablando de dinero, en esta queremos que te mojes un poco. ¿Cuánto cuesta y cuánto factura Medusa Festival?

Andreu – El festival estará rondando los 10.000.000 de euros, pero hay miles de factores y diferentes entramados de empresas con las que intentas rentabilizar ciertos servicios externos que lo hacen difícilmente calculable. También, al tener varias salas y festivales, hay muchos servicios que se comparten entre eventos. Los grandes festivales no son tan rentables como la gente se cree, nuestro escenario principal vale 1.000.000 de euros y es un gasto que la gente no suele tener en cuenta, por ejemplo.


WS – Nos has hablado mucho de la experiencia vacacional que significa Medusa Festival. ¿Crees que este concepto ha mezclado un poco todo lo que en realidad significa culturalmente un festival de música y esto os ha penalizado a la hora de tener ciertas ventajas en la nueva apertura de eventos?

Andreu – Como decía antes, por suerte, sí hemos tenido bastante respaldo a nivel autonómico. La Comunidad Valenciana sabe la importancia de sus festivales de música. Saben que cientos de miles de personas visitan la comunidad solo por eventos como Arenal Sound o Medusa Festival y producimos muchos ingresos en las ciudades. Al menos nos han escuchado.

Sí que es verdad que, a lo mejor, no estamos socialmente vistos como un sector cultural como puede ser un concierto de flamenco, ópera o teatro. Creo que de cara a dentro de diez o quince años cuando ya todo el mundo, también “los que mandan” hayan consumido este tipo de festivales, se nos podrá ver de otra manera. Festivales ha habido siempre pero este nuevo boom va a ayudarnos tarde o temprano.


WS – ¿Hasta dónde llega la figura del CEO? ¿Sabrías, por ejemplo, decirnos cuánto cobra un camarero o cuánto cobró un determinado artista por su último show en Medusa Festival?

Andreu – Yo llego a conocer hasta el 99% de lo que pasa en el festival. Nosotros estamos trabajando todo el año para el festival, pero la experiencia de los seis años anteriores nos permite saber lo que va a pasar cada día. Al final, cuando estás seis años viviendo para un proyecto, sabes lo que va a ocurrir. Hay momentos en los que alguna situación se te va a ir de las manos, pero ya tienes previsto como controlarlo.

Sé lo que cobra un camarero, sé lo que cobran todos los artistas… Lo sabemos todo. Nuestra posición al final en el propio festival se basa en las relaciones públicas, porque hay que aprovechar para tener más acercamiento a los artistas, a las entidades, a la televisión, etc. Pero sí que tenemos piezas distintas que sólo nos dicen si ocurre alguna cosa.

En el festi lo pasamos muy divertido, lo pasamos muy jodido, y no duermes en una semana. Pero estás a punto para todo. Antes de empezar hacemos un repaso de todo, sobre todo a nivel de seguridad, y luego hacemos otra reunión a mitad de festival por si ha habido algo diferente. Al final estás casi siete días trabajando 24 horas.


WS – Y, por ejemplo, aspectos como el marketing, la prensa, etc. ¿Lo tenéis subcontratado o es gente de tu propio equipo?

Andreu – Parte del éxito de Medusa Festival se debe al marketing que tenemos. Hay cinco personas dentro del equipo trabajando todo el año. Luego entre marketing, creativos, los community, fotógrafos y vídeo, habrá como quince personas dentro de una oficina en el mismo festival. Después tenemos al jefe de prensa, la persona que lleva influencers. La verdad que es el equipo más divertido. Los pobres están ahí durante todo el festival encerrados, excepto los cámaras, y se lo montan muy bien para no desesperarse. Y todo el equipo es propio. Porque creo que si quieres que cuenten algo de ti, quien mejor lo va a contar eres tú. Y si quieres que hablen por ti, tiene que ser alguien que esté trabajando contigo todo el año.


WS – ¿Cómo es conformar un cartel tan extenso y complejo como el del Medusa Festival? ¿Cuántas personas se encargan de esta labor?

Andreu – La parte cartel la lleva mi socio porque ha sido DJ. Después todo el equipo da ideas y valoramos, y también tenemos el equipo de contratación detrás. Al final nosotros tenemos cuatro o cinco estilos musicales diferentes y sabemos que en EDM y en techno tenemos que tener tres de los top diez del mundo, porque al final son los que te venden tickets. El resto, te va a vender al cliente purista o al seguidor, pero sobre todo venden los top diez.

Entonces, intentamos tener dos o tres cabezas de cartel por estilo y luego nos dirigimos a los puristas. Después, aunque suene muy mal la palabra, vamos a una elección “de relleno”: por afinidad al festival, al país, a la comunidad… O sabes que no vende tickets pero su estilo o su imagen en el escenario va a ser muy buena para la promo. Cuando ya llevas varios años de festival, vas variando. Si un año tenemos a Carl Cox, Fisher o Carola, el año que viene podemos intentar traer a Richie Hawtin o a Capriati.

Siempre vas pensando en dos o tres años a la vez para no traer siempre a los mismos cabezas de cartel. Después, aunque no se quiera decir, miras los seguidores de Instagram, reproducciones en YouTube, si en ese momento son virales, etc. Valoramos muchos aspectos, pero nadie tiene la fórmula perfecta, así que tienes que ir a por los cabezas de cartel, calidad/precio, y número de tickets que te puedan vender.


WS – ¿Recuerdas alguna anécdota decepcionante con algún artista? ¿Y a alguno al que aprecies más aún por una amable presencia o algún hecho en concreto en las instalaciones de Medusa Festival?

Andreu – Hay mucho artista, sobre todo en el EDM, que son chavales jóvenes guapos, que ha tenido o un buen mánager o un buen colega o han estado en el momento y el sitio ideales y les han colocado para que sean artistas; y cuando vienen al festival son bastante desagradables, subidos un poco a la fama.

Mientras que después hay otros como Guetta, de quien no tenía buen concepto por las leyendas urbanas que decían de él. Me sorprendió cuando vino, porque estaba un poco nervioso por hablar con él en inglés y me decía: “No te preocupes, que hablo español”. Comentaba que había visto vídeos del festival y que tenía curiosidad de ver un evento como Medusa Festival, similar a Tomorrowland. Me impactó bastante que hubiera visto vídeos. Después, Carl Cox es Dios. Llegó antes de la hora, el transfer no avisó y entró allí y saludó a la mujer de la limpieza, al de la barra, a todo el mundo. Y te quedas un poco diciendo: “Hostia, tu cabeza de cartel que es el que estás esperando, que pase esto y que el señor vaya por ahí besando a todo el mundo”.

Te quedas con el buen sabor de eso y con el mal sabor de algún artista de EDM. Hay un artista al que le gusta tener un gran coche esperándolo en la puerta del hotel, que sea matrícula impar y con dos años de antigüedad del año que lo traes a pinchar. No trajimos el modelo que quería, trajimos otro y decía que no subía al coche. Le dijimos que si no subía, no le pagábamos nada. Luego otro artista que tenía cuarenta minutos de concierto firmados y como no le gustaron los preparativos del backstage, a los cuarenta minutos bajó la música y se fue corriendo.

Quiero quedarme con el concepto de los buenos artistas, que es el 95%, que actúan muy bien y que quieren al público. Con artistas como Capriati, que cierran el festival y no se quieren ir, como Paco Osuna que te piden poner una canción más. Hay más buen rollismo que otra cosa. Además, el boom del EDM está bajando y estos artistas se están dando cuenta de que ya no es su momento, que ya no pueden ir de estrellas, porque si no nadie les va a contratar.

David Guetta – Medusa Festival
Carl Cox – Medusa Festival (Fotógrafo Luis Crown)

WS – En nuestra opinión, Medusa Festival tiene muchas ideas adquiridas de Tomorrowland. ¿Os fijáis mucho en este súper evento para vuestras estrategias? ¿Has estado allí?

Andreu – No os vamos a mentir, nosotros hemos visto festivales europeos exitosos y lo hemos intentado adaptar al festival español. Hemos estado en Tomorrowland varios años, la verdad es que hemos aprendido. También en Defqon.1, EDC… Hemos recorrido bastantes países y festivales.

Yo siempre digo lo que nos decía mucha gente: “Es el Tomorrowland de Hacendado”. Al final hemos copiado a festivales con tematización, festivales belgas y holandeses y lo hemos traducido al español en nuestro recinto. Ojalá pudiéramos cobrar las entradas que cobran en Tomorrowland, EDC o Defqon1, pero al final hemos cogido ideas de otros festivales más grandes y las hemos traído aquí.


WS – También es inevitable compararos (entre comillas) con Dreambeach. Lo que ahora es habitual, que estos dos festivales coincidan en el tiempo, en su día chocó muchísimo en España. ¿Cómo fue tomar aquella decisión? ¿Cuál es, si es que existe, el lado bueno de que estos dos macro eventos coincidan?

Andreu – Tenemos muy buen rollo con los Hermanos Toro. Dreambeach, no sé si me equivoco, es el primer o el segundo fin de semana de agosto. Entonces cada tres o cuatro años, no coincidían Dreambeach y Medusa. En la primera edición de Medusa, la fecha que colocamos no coincidía con Dreambeach, pero en la segunda edición cuando cuadramos los fines de semana sí que coincidíamos.

Nos sentamos con los promotores de Dreambeach a partir de la segunda edición para hablarlo y no es que haya un pique entre Medusa y Dreambeach. Creo que Dreambeach tiene un concepto más electrónico y más hacia el sur con los conciertos que trae porque lleva cantantes de hip-hop y de trap que, si los pusiéramos a la Comunidad Valenciana, no tendrían el mismo éxito que tienen allí. Entonces nos sentamos para intentar hablar el cambio de fecha, porque a partir del 15 de agosto en la Comunidad Valenciana baja mucho el turismo y en el sur no pasaba. Estuvimos dos años valorándolo, pero nos dimos cuenta de que podíamos sobrevivir los dos.

Era una putada para el cliente, porque el que es festivalero está en el mes de agosto en dos o tres festivales. Pero ya no sólo es la fecha, sino el espacio, la ciudad y los hoteles que ya estaban acostumbrados a esa fecha, por lo que era muy difícil cambiarla. Entonces al final decidimos dejarlo en la misma fecha. La polémica siempre crea un poco de curiosidad en la gente, pero nos llevamos muy bien con ellos, incluso llegamos a compartir algún artista en la edición de 2020 y por ahora nos está yendo a todos bien.


WS – ¿Te atreverías a decir cuál es la mayor virtud y el mayor defecto de Dreambeach en comparación con Medusa Festival?

Andreu – ¡Ostras! La verdad es que no he estado. Dreambeach hace muy buena producción, la electrónica del festival es brutal. Nuestro concepto de tematización y experiencia no tiene nada que ver. Diría que ellos se han ido por un punto más electrónico y nosotros por un punto más hacia otro tipo de escena o más de tematización. Llevan muchos cartelazos, se gastan muchísima pasta en unos estilos musicales que nosotros en los primeros años no podíamos pero con el tiempo lo hemos igualado, y dependiendo del tipo de electrónica que te guste, incluso lo hemos llegado a superar.

Yo creo que lo bueno de que haya dos festivales tan similares en España es que tengan que estar espabilando los dos para dar un buen producto. Porque si Medusa Festival no pone el nivel alto, van a ir a Dreambeach, y si en Dreambeach no ponen el nivel alto, los del sur vendrán a Medusa Festival. Eso es malo para los promotores porque tienen que gastarse la pasta, pero es bueno para el sector festivales porque el cliente es quien sale bien parado.


WS –  La Comunidad Valenciana se caracteriza, sin duda, por el legado que ha dejado en la escena electrónica por acontecimientos como la Ruta del Bakalao. ¿Consideras que, de alguna forma, Medusa Festival ha ayudado a continuar ese legado? ¿Cómo crees que ha evolucionado la escena desde entonces?

Andreu – Creo que a la gente le encanta escuchar sobre la Ruta del Bakalao por el morbo. Todo el mundo tiene la concepción sobre ella ahora es de drogas, desfase, tres días sin dormir… Creo que la Ruta tuvo éxito, no sólo por la forma musical, sino por el cambio social que hubo, la desinhibición, la gente comenzaba a travestirse, el vestir completamente diferente, las tribus urbanas, la música de otros países europeos entraba a España por la Comunidad Valenciana. Quiero quedarme sobre todo con esa parte de la Ruta del Bakalao.

Nosotros creo que la continuidad que hemos tenido es el apreciar la música o el DJ como se apreciaba entonces. Hay gente que lo relaciona con lo de tres días sin dormir, y nosotros queremos relacionarlo con el ámbito contrario. Gente de toda España vuelve a la Comunidad Valenciana, vuelve para escuchar a un DJ, empieza a escuchar música electrónica cuando no la escuchaba de normal. Porque al final todo el mundo dice que escucha música electrónica, pero la escucha el fin de semana cuando va a una discoteca o a un festival. Mientras que nosotros somos un impulso para que la gente pueda escucharla habitualmente o que relacionen sus vacaciones con la música electrónica.

Ojalá fuéramos los seguidores de la Ruta, sobre todo por el concepto social ya mencionado que hubo entre toda la gente joven. Pero aún así traemos a muchos artistas a nuestro escenario remember. Ese sí que puedo decir que es el mejor escenario remember de toda España porque no hay casi.


WS – Para ir finalizando, volvemos a hablar de COVID. ¿Cómo ves la situación para este 2021? ¿Descartamos Medusa Festival o podemos seguir soñando?

Andreu – No lo sé. Depende del día que me preguntes. Está jodido, pero viendo en Francia, por ejemplo, a la Ministra de Sanidad que dice que habrá festis o el 16 y 17 de julio; en Holanda que dicen que habrá el primer festival… Sí que es verdad que España no es un país europeo donde los festivales los aprecian tanto. Todo el mundo sabe el desastre que está siendo la vacunación, que era la única esperanza que teníamos.

No digo que no ni que sí al 100%. Creo que estaremos en un 70% u 80% de que no se hace, pero quiero acogerme a ese 20%. Nosotros estamos trabajando como si hubiera festival en 2021. Si hay festival será una edición no igual, sino mejor que una edición normal porque vamos con muchísimas ganas. Pero tampoco queremos engañar al público y, de todas formas, todo el mundo ve las noticias y hace un seguimiento del COVID.

Creo que va a haber un momento en el que los promotores se van a plantar para hacer ver cuando estemos medianamente bien que tenemos que saber vivir con COVID y con festivales. Siempre que se pueda, no va a estar la gente muriendo en hospitales y vamos a tener festis. Si llega el 1 o el 15 de julio y está todo basta bien, habrá Medusa. Si llega el 1 de julio y está todo jodido, no habrá Medusa.


WS – Te vamos a proponer cuatro escenarios para Medusa Festival 2021 y nos tienes que decir por cuál te decantarías:

  • Reducir el caché del line-up y hacer un único evento para menos personas
  • Dividir el aforo del festival en varios fines de semana y dividir el line-up
  • Test de antígenos para poder acceder
  • Aplazamiento a octubre/noviembre o primavera de 2022

Andreu – Yo solo veo Medusa como Medusa. Porque al final estás pagando una entrada de 100 euros para ver un producto. Es como si te digo: “compra un paquete de patatas y cuando lo abras no está el 100% del paquete”.

Entonces, no siendo un profesional de sanidad, veo un festival haciendo una prueba de antígenos, que como mucho dura 48 horas, por lo que podríamos plantear reducir el festival a dos días, pero con el mismo aforo, el mismo cartel y la misma calidad. No veo un Medusa sin ser un Medusa realmente. Todos, cuando compramos un producto, queremos ver un producto real, y no por la excusa del COVID el cliente va a ver un producto que no quiere consumir.

En cuanto al aplazamiento para unos meses después, Medusa es un concepto de playa, con acampada, de sol. Si nos vamos a octubre o noviembre, va a hacer frío o va a llover. Tenemos claro que Medusa es un concepto y que si no es ese concepto, no lo vamos a realizar. La gente tiene que vivir el producto que quiere vivir. No queremos hacer un Medusa a medias por intentar salvarlo económicamente, preferimos esperar al 2022 y sufrir lo que tengamos que sufrir para dar un producto adecuado y dar un Medusa como realmente lo conocemos.


WS – Tras tantas experiencias, idas y venidas y momentos con Medusa Festival. ¿Con qué te quedas después de todo este viaje?

Andreu – Me quedo con la sensación de ver a todo el mundo en el festival gritando, bailando, a las ocho de la mañana el sol saliendo. Ves gente llorar, abrazándose… Es un tópico, pero lo ves realmente. Cuando ya descansa el cuerpo, ves que todo el mundo se ha ido y se lo ha pasado de puta madre, que te acercas al punto del hospital y no ha habido nada grave.

Después, aunque no he sido cantante ni DJ, creo que la sensación de subirte a un escenario y ver a 30.000 personas delante de él, no hay nada en el mundo que te la pueda producir. Darte cuenta de que eres parte de esto, que junto a tu socio eres el inventor de esto te hace estar muy muy agradecido. Y los días después ver prensa y redes sociales con tanta gente contenta.

También el gran equipo de trabajo de gente joven que hemos formado para poder echar esto adelante. Luego el llegar a otros países como hemos llegado a México o como estamos negociando con Las Vegas o hacer una fiesta de discoteca en Asia. Que un proyecto que tienes en la cabeza lo hablas con un colega tuyo que acaba siendo tu socio y está rodando el mundo o te estás yendo a Taiwán a hacer una fiesta en discotecas para enseñarlo. Eso creo que hasta que no pasan unas semanas y te acuestas, no te das cuenta de que de estás montando festivalillos, estás ya en Taiwán montando fiestas o mirando recintos en Las Vegas para hacer un festival. Esas cosas, como nacen de ti, las llevas muy adentro.

Medusa Festival 2018 – Q-Dance Takeover
Constan Moreno
Todo lo que tenga bpm altos me llama la atención, pero cualquier tipo de electrónica es bienvenido.