El alemán se puso en el bolsillo al público de la Sala Apolo en su regreso a Barcelona

La capital catalana no se puede quejar de los fines de semana que le están tocando vivir. Concretamente, la Sala Apolo se ha convertido en un punto de congregación para los amantes de la música de baile gracias al regreso de Nitsa que, de forma incansable, está triunfando con creces en su takeover en el mítico club. Este último viernes contaron con su enésimo invitado de lujo, el gran Boys Noize, que pese a ser sinónimo de éxito cada vez que pisa la ciudad condal, superó con creces las expectativas.

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Subimos las escaleras para llegar a la inconfundible sala principal, ya abarrotada y con un ritmo muy acelerado. Tirando de un arsenal contundente de hard techno, Yozy, la DJ encargada de compartir cabina con el protagonista de la noche, ya hipnotizó a todos aquellos que iban llenando el recinto. La alta velocidad con la que acabó dejó al público encantado por poder quemar zapatilla desde el primer minuto, pero con la duda de ver cómo sería la cesión del testigo con Alex Ridha, pues le esperaban dos horas de show por delante. Por suerte, estamos ante un artista con muchas horas de cabina en sus espaldas, y por supuesto tomó las riendas de la situación y la encaró con su peculiar savoir faire.

Tras pedir un aplauso para su acompañante de cabina, Boys Noize jugó con el contraste de BPMs arrancando con uno de los temas más lentos y contundentes de su último álbum ‘-/+ (Polarity). Estamos hablando de Girl Crush, junto a Rico Nasty, el cual descubrimos que tiene otra dimensión de potencia en lo que a directo se refiere. El público estalló en una locura colectiva con ese primer drop, y por si creíamos que nos podíamos acomodar, el alemán subió rápido de velocidad con una de sus armas –ya no tan– secretas como es el Doschitai de Locked Club.

A partir de ahí, fue un no parar de rompepistas que hicieron temblar los fundamentos de la Sala Apolo. Durante los primeros instantes de su set, dejó ver su faceta más electro, hasta el punto de hacer sonar su colaboración con Skrillex Turn Off The Lights. De ahí, elegantemente, fue progresando hacia una línea más oscura con toques industriales, intercalando canciones de su LP como ‘Detune‘, ‘Sperm‘ o el recientemente estrenado remix de Solomun a ‘Affection, que desataron un extra de griterío entre los más fanáticos del bávaro.

Con el público en la palma de su mano, el tramo final de su sesión consistió en bombos contundentes y ritmos de un techno más al uso, desembocando progresivamente en los 140 BPM para acabar con uno de los momentos de la noche. Porque aunque todos sabemos por qué géneros se mueve, en más de una ocasión se ha visto como Boys Noize es amante de la música disco, y así lo demostró cerrando con el himno You Make Me Feel (Mighty Real). Sinceramente, ahí se despertó mi esperanza de verle pinchar algunas de sus últimas producciones que van en esa línea, pero rápidamente vimos como empezó a despejar la mesa para devolverle el control a Yozy, que rápido volvió a implementar su línea musical en la sala para, ahora sí, gastar hasta el último aliento de los asistentes.

El set de Alex fue algo especial. Por suerte, hemos podido ver cómo se las gasta el alemán en diferentes momentos, ambientes y lugares, pero hasta él sabe que la conexión que tiene con Barcelona es especial. Cuando Boys Noize pisa la ciudad condal es motivo de celebración, y es que su polivalencia y intensidad tras los platos es algo que el público catalán aprecia mucho, pues cada vez que aparece sorprende. Una y otra vez. Es por eso por lo que, después la resaca emocional de verlo de nuevo en directo tras recuperar la “aparente nueva normalidad”, ya tenemos ganas de volverlo a ver. Y más en una atmósfera como la de Nitsa, fiesta que se consolida como una de las principales referencias de electrónica, ya no solo a nivel catalán sinó también nacional, con su infalible fórmula: artistazos + lugar icónico + público entregado. Chapeau, Nitsa Club. Chapeau.