Después de tres años, una pandemia y muchas cosas de por medio, el fin de semana pasado el techno volvió a sonar en El Prau más famoso de la escena y Arriondas volvió a convertirse en la Meca a la que peregrinaron los amantes del género desde todos los puntos del país. Y sí, hablamos de una auténtica peregrinación, ya que nos encontramos con la edición más multitudinaria del festival asturiano hasta la fecha. Según datos de la organización más de 60.000 asistentes en total (20.000 más que en la última edición) se dieron cita en el Valle de la Música. Y entre esos miles de asistentes, nosotros no podíamos perdernos la que ya se ha convertido en una de las grandes citas del verano. ¡Te contamos cómo vivimos el regreso de Aquasella y su gran fiesta de cumpleaños!

Fuente: Aquasella

Desde que llegamos a Arriondas el jueves a media mañana, supimos que veríamos muchos cambios en esta edición. El primero y el más evidente a la vista de todos fue encontrarnos con una gran noria presidiendo el recinto, uniéndose así a la moda de tantos otros macrofestivales. De igual forma, un mayor aforo requiere un mayor espacio, por lo que otra de las novedades fue la inclusión de un tercer escenario, la nueva Carpa La Real, que acogería los takeovers de Nox y Blackworks, dos marcas claves de la escena afincadas en la capital. Una idea novedosa e interesante pero que quizá falló en su planteamiento ya que, especialmente en la jornada del sábado, la carpa se quedo muy corta para acoger la gran demanda de público, resultando agobiante en algunos momentos. Muchos asistentes se lamentaron de que no fuera una carpa más grande o, directamente, un escenario abierto.

Si bien la medida de añadir un nuevo escenario respondía al aumento de aforo, es cierto que echamos en falta que otro tipo de instalaciones se viesen incrementadas, especialmente los baños que, tanto en la zona de descanso como en el festival, resultaron muy escasos. Una única zona de baños en todo el recinto (al margen de las zonas VIP) en lugar de una zona de baños por escenario incomoda y empeora la experiencia (a nadie le gusta perderse parte de un set por tener que irse a otro punto del recinto para ir al baño). Además, al final de la jornada del viernes éstos se cerraron durante las últimas 3 horas del festival sin dar ninguna explicación y no dejando otra solución a las mujeres que salir a la zona de descanso o, como fue el caso de muchas, “improvisar” baños en ciertos rincones del recinto, con la falta de higiene que esto conlleva.

No fue el caso de las zonas de barras, las cuales, en cambio, sí estaban bien repartidas por todo el recinto, sin llegar a estar excesivamente congestionadas en ningún momento. En este sentido, Aquasella es de los pocos festivales que continúa trabajando a la vieja usanza con un sistema tradicional de tickets frente al cashless que ya vemos en la mayoría de festivales; una ventaja para algunos, un punto en contra para otros. Un detalle no muy importante pero que sí echamos en falta en esta ocasión fue el hecho de que no hubiese vasos personalizados del festival. Esto es algo que, sobre todo, aquellos con afán más coleccionista siempre agradecen, y más tratándose de una cita tan reseñable como el 25 aniversario del evento.


Encontramos novedades también con respecto a la Welcome Party, la cual, lejos de ser aquella pequeña fiesta de bienvenida que tenía lugar en el escenario de la zona de día, este año ha pasado a celebrarse en el recinto del festival, dejándonos una jornada inaugural de alto nivel. Si bien es cierto que ésta estaba prevista para el escenario Open Air J&B, la organización anunció la misma tarde del jueves que finalmente se trasladaría al escenario El Bosque, en el que también vimos cambios, con una nueva decoración en los árboles, que se transformaron en una especia de criaturas mágicas, aumentando el encanto del escenario más especial del recinto. En cualquier caso, la decisión de tratar la fiesta de bienvenida como un día más del festival fue, a nuestro parecer, todo un acierto.

Fuente: Aquasella

Esta primera velada, marcada por la variedad musical, cumplió perfectamente con su objetivo: caldear el ambiente para lo que vendría después y dejarnos con muchas ganas de más. De ella destacamos los sets del líder de Toolroom Records Mark Knight, quien nos hizo bailar sin parar a ritmo del mejor house, de Anfisa Letyago, quien demostró por qué es una de las artistas del momento con un set marcado por una acertadísima selección musical y una energía arrolladora, y el de Cristian Varela, quien se encargó de subir revoluciones aportando los sonidos más contundentes del jueves y recordándonos por qué es una de las figuras clave de la electrónica nacional.


El viernes, ya con los tres escenarios funcionando desde las 7 de la tarde, comenzó oficialmente la gran fiesta de cumpleaños de Aquasella. Y lo hizo, todo hay que decirlo, con cierto sabor agridulce ya que arrancamos la jornada con dos malas noticias de última hora: las bajas de Jeff Mills, leyenda del género donde las haya y uno de los grandes atractivos de este 25 aniversario, y Reinier Zonneveld, quien sería el encargado de cerrar el escenario Open Air. Dos bajas, sin duda alguna, muy difíciles de suplir pero que la organización hizo un esfuerzo por salvar como pudo, incorporando al nacional Kessel (mitad de Exium y una de las piezas claves de Pole Group) en el slot del primero y dejando la clausura del escenario principal a una alternativa que nos despertó gran curiosidad: el primer b2b entre Helena Hauff y Hector Oaks. No obstante, nada de esto aminoró las ganas de los allí presentes, quienes seguían dispuestos a pegarse una gran fiesta.

Nosotros no podíamos esperar a conocer la nueva Carpa La Real, por lo que iniciamos nuestra ruta en el escenario que iba a ofrecer durante toda la jornada del viernes un respiro frente los sonidos más contundentes y agresivos que se sucedían fuera de sus fronteras. A lo largo de la noche, en ella pudimos ver parte de los sets del napolitano Riva Starr; del ya icónico en Aquasella, Richi Risco o de una de nuestras artistas con mayor proyección internacional, la malagueña Miane. Todo ello bajo la bandera de la marca madrileña Nox.


El Bosque volvió a ser otra parada obligatoria. En él pudimos disfrutar del conocido por muchos como ‘Baron del Techno’, Dave Clarke y el live de los italianos 999999999, quienes siguiendo la línea a la que nos tienen acostumbrados, calentaron la pista con los sonidos más acid del techno para lo que vendría después. Y lo que vino después no era otra cosa que el mismísimo Oscar Mulero, quien por mucho que repita en El Prau siempre estará marcado en rojo en nuestras agendas. Tras un arranque un tanto lento hasta entrar en materia y algunos fallos de sonido iniciales, una vez que el avión del madrileño despegó volvió a convertirse en lo que es siempre, un recital del más puro techno que se nos hizo demasiado corto y que acabó colocándose entre las mejores actuaciones del fin de semana.


Aun maravillados con lo que acabábamos de vivir, tocaba trasladar nuestro campamento base al escenario Open Air. Allí, tras el set de Marco Faraone llegaba una de las actuaciones más esperadas por muchos. Con un llenazo como pocas veces hemos visto, Amelie Lens desplegaba su arsenal en el escenario principal del festival asturiano con una sesión correcta aunque, todo sea dicho, no de las mejores que hemos visto a la belga. No obstante, Amelie nos dejó algunos momentos que quedarán en la memoria de todos como aquel en el que toda la pista coreó ‘Toro’, el tema de El Columpio Asesino sorprendentemente convertido en uno de los hits del año dentro de la escena. A las 7 de la mañana y ya con la luz traspasando las montañas tomó el relevo Farrago, quien bajo la atenta mirada de su ahora mujer optó por subir revoluciones al máximo hasta llegar a los sonidos más hard.

Fuente: Aquasella

Se acercaba el momento del cierre y, con nuestro corazón absolutamente dividido, optamos por una solución 50%-50%. Para el primer tramo nos decantamos por el Open Air, donde Hector Oaks y la alemana Helena Hauff desenfundaban sus vinilos en un b2b que prometía mucho pero que, a nuestro parecer, acabó perdiendo fuelle, resultando en algunos momentos un tanto caótico con algún que otro error técnico y con una línea poco clara. Quien estuvo totalmente a la altura fue la sueca SPFDJ que, pese a la ausencia de VTSS, casi puso literalmente El Bosque patas arriba con un cierre al más puro estilo rave que nos dejó exhaustos y plenamente satisfechos.

Fuente: Aquasella

Tras reponer fuerzas y cargar pilas para la maratoniana jornada que se nos venía por delante, el sábado volvimos a comenzar la noche en la Carpa La Real, que acabaría por momentos convirtiéndose en el escenario principal dada la grandísima afluencia de público que se congregó bajo ella. ¿Los culpables? Una de las marcas más populares del momento como es Blackworks y una auténtica programación de infarto.

Pese a ser apenas las 11 de la noche, la carpa ya estaba prácticamente hasta la bandera y tras el cierre de Xenia con otro de los temas del verano como es el clásico ‘Running Up That Hill’, Daria Kolosova y Etapp Kyle se ponían a los mandos de la cabina. La pareja ucraniana se ha convertido en uno de los principales reclamos del circuito, tanto juntos como en solitario, por lo que poder disfrutar de ambos en formato b2b fue un autentico placer y uno de los sets más destacados del fin de semana, sabiendo conectar con la audiencia desde el primer momento. Mención especial también a destacar en este takeover de Blackworks en Aquasella, los sets de Klangkuenstler y Cera Khin, marcados por la contundencia y una energía apabullante a los que la pista respondió sin dejar de bailar y sudando la gota gorda.

Fuente: Aquasella

En cuanto al escenario Open Air, en él vivimos también momentos memorables, como el set en solitario Helena Hauff, quien jugó majestuosamente con los breaks, el del arrollador SNTS o el debut en El Prau de la italiana Adiel, quien a pesar de sustituir a Len Faki supo meterse en el bolsillo a los allí presentes. Pero si alguien se coronó como el rey del Open Air y, probablemente, de este 25 aniversario de Aquasella, ese es sin duda Ben Sims. Siendo ya domingo por la mañana, el británico volvió a dejar claro que juega en otra liga, con esa maestría a los platos y sonido groove que le caracterizan. Un set que desprendía calidad a raudales y que muchos consideraron digno merecedor de haber clausurado el festival.


Pese a que la mayor parte de nuestro tiempo transcurrió el sábado entre la Carpa y el Open Air, no pudimos dejar pasar la oportunidad de dejarnos caer de vez en cuando por El Bosque, donde se daban cita los sonidos más frescos de la jornada. Allí nos dejamos contagiar del buen rollo de artistas como Honey Dijon y Patrick Topping y también vivimos una de las grandes sorpresas del festival: el viaje de Wade, uno de los principales estandartes del tech house, hacia el techno más contundente e industrial para cerrar el festival, dejando a todos con la boca abierta. ¿Será esta incursión del sevillano en las profundidades techno la primera de muchas?

Fuente: Aquasella

Poniendo el broche de oro a este 25 aniversario de Aquasella también estaban otros dos nombres representando la vieja y la nueva escuela. El primero, como no podía ser de otra manera, DJ Pepo, símbolo del festival año tras año, quien en esta ocasión se despidió con un set especial con horario extendido ante una carpa abarrotadísima. El segundo de ellos, Hector Oaks, quien repetía un día más en el escenario Open Air con su aka Cadency. Pese a haber vivido unos momentos de tensión, llegando a cortar el sonido durante varios minutos por razones que no pudimos confirmar, el madrileño retomó la sesión, dejándonos un cierre que muchos tachan de inolvidable y otros de algo descafeinado, en el que no faltaron algunos de los clásicos que suelen sonar en sus sesiones como ‘The End’ de The Doors, ‘Arpegia’ de The Mackenzie o su famosa mezcla del ‘Poem Without Words’ con la vocal de ‘La Línea De La Vida’, la banda sonora con la que tocaba despedirse hasta el año que viene de Aquasella.

Y es que, a pesar de las ganas de muchos, la fiesta terminó ahí. La organización anunció que por motivos logísticos la after party oficial quedaba suspendida ante un ambiente un tanto enturbiado, con muchas preguntas y especulaciones sobre si aquella decisión estaba relacionada con la muerte confirmada de un ovetense de 41 años tras sufrir una parada cardiorrespiratoria en el recinto, pero sin ninguna respuesta firme sobre lo sucedido a día de hoy.


En definitiva, Aquasella ha crecido, ¡y de qué manera! Y el crecimiento del festival asturiano, no es más que el reflejo del cómo el género ha ido evolucionando y ganando adeptos en nuestro país a lo largo de estos años. Admitámoslo, nos guste o no, el techno ya es de todo menos un género underground y estos días hemos podido comprobarlo. Aquasella se ha hecho mayor, pasando de rave a festival de masas. Los más nostálgicos lamentan la pérdida de esencia y rezan eso de “esto ya no es lo que era”, mientras que las nuevas generaciones vuelven encantadas a sus casas, como quien descubre por unos días el paraíso. Sea como sea, de lo que no hay duda es que la historia de Aquasella es la historia de la escena electrónica en nuestro país y un lugar al que todos deberíamos peregrinar, al menos, una vez en la vida.

¡A por otros 25 años más!

Fuente: Aquasella

Cris Pascual
Escucho música desde que tengo uso de razón y me lo bailo (casi) todo. En ocasiones veo BPMs.