Desde sus orígenes en Chicago hasta nuestros tiempos. Las claves del ascenso del footwork desde su raíz

Quizá una de las cosas más bonitas de la música sea descubrir el por qué de sus comienzos. El cómo a través de una idea genuina o de una lenta evolución se llegaron a formar algunos de los pilares que sostienen la música de nuestro tiempo. Seguramente estemos siendo testigo hoy mismo de la historia del futuro. Muchas veces la historia se forja de forma repentina y súbita, otras muchas ocurre sin darnos apenas cuenta, con una serie de sucesos y de buenas ideas que construyen nuevos estándares sin que los que lo viven lo perciban como algo radical.

Hoy nos adentramos en los comienzos del sonido footwork que, lejos de haber quedado en el olvido, sigue en constante evolución a día de hoy, estando presente como uno de los grandes alicientes de la electrónica de baile. Nos remontamos a finales de la década de los 80 en la ciudad de Chicago, conocida por unanimidad como la capital del sonido house. Aquella ebullición musical difería en cierto modo de la escena techno de Detroit, mucho más apegada a los suburbios y a las clases bajas. El house de Chicago estaba más relacionado con estratos superiores de la sociedad. Esto no significó, ni mucho menos, que no trascendiese a las clases más bajas, que adaptaron el género a su imagen y semejanza. Es así como surgió el ghetto-house, que tenía muchas similitudes a lo que acabó siendo el footwork.

Rítmicamente mucho más acelerado que el house original, el ghetto house cogía muchos elementos de la cultura del hip-hop, desde sampleos vocales a la predilección por las batallas de bailes, el turnabilismo y la improvisación. Algunas de dichas características se mantuvieron en la cultura footwork. Algunos de los principales cabecillas de este género fueron DJ Deeon o DJ Funk.

Musicalmente, el juke (footwork es un término acuñado para referirse al grueso de la cultura que rodea a la música) es un género que se define por unos BPM entre 155 y 165, los samples vocales repetitivos de rap o soul, unas líneas de bajo punzantes y subgraves. RP Boo fue el precursor de este cambio en las líneas de bajo, baterías y de más detalles en la producción que dieron forma a un nuevo género musical que se separaba del ghetto-house.

En los años sucesivos el juke se fue asentando en las calles de Chicago y aparecieron nombres clave que ayudaron a expandir los horizontes del género por toda Norte América. Algunos de ellos fueron Traxman, DJ Spinn o la leyenda DJ Rashad, fundador de Teklife y tristemente fallecido en abril de 2014. El footwork era cada vez más popular en los círculos populares, pero no había llegado aún a las discográficas de una manera “formal”. En el año 2010 salió el que probablemente fue el más importante de los lanzamientos del género, además de la primera compilación oficial de footwork. Se trata de ‘Bangs & Works Vol.1 (A Chicago Footwork Compilation)‘, lanzada por Planet Mu, label de Mike Paradinas.

Mike Paradinas fue uno de los artistas más reconocidos de la segunda ola del IDM, movimiento que elevó la electrónica a los círculos más snobs de la crítica. Que un nombre tan prestigioso apostase por el footwork de esta manera supuso un antes y un después en el devenir del género. A día de hoy, no hay más que fijarse en el roster de artistas de Planet Mu y los lanzamientos que se van sucediendo para entender como el juke es una de las principales influencias de este sector de la electrónica, y como el sello de Paradinas ha ayudado a que el sonido llegue a nuevos horizontes de experimentación. Entre Paradinas y otros artistas como Kode9 (Hyperdub) fueron los principales artífices de la introducción del juke en la cultura de baile del Reino Unido, hecho absolutamente crucial para su fusión con otros géneros y expansión por toda la escena electrónica.

Si hay un lanzamiento que ayuda al footwork a posicionarse como lo que es a día de hoy y supone un reconocimiento masivo de la crítica, ese es ‘Double Cup‘ (2013) de DJ Rashad, que supone la explosión del sonido Teklife como lo conocemos a día de hoy, y un “game changer” que influencia a los artistas hasta el día de hoy. En este disco, Rashad iba unos cuantos pasos más allá, tomando influencias de acid, techno, jungle… Si el juke salió de su burbuja y a día de hoy está tan presente en sesiones y producciones de artistas “ajenos” a la escena más estricta, este disco tiene mucho que ver.

Con sellos como Teklife, Planet Mu e Hyperdub a la cabeza, y con una escena underground incipiente en todo el mundo, la década de los 2010’s fue especialmente provechosa para el género. La innovación no paró de asentar estándares imaginativos en un género cada vez más rico en influencias.

Llegamos a nuestro tiempo y el término “footwork” es cada vez más complicado de definir por la cantidad de vertientes que aglutina. Tenemos por un lado la escuela británica más discotequera, que toma muchísimas influencias del jungle, el breakbeat o incluso el drum & bass. Destacan los Fixate, Sam Binga, Sherelle o Itoa, y sellos tan variopintos como The Dreamers Recordings, HooverSound o Exit Records.

Por otro lado, tenemos la vertiente experimental tan difícil de catalogar, que expande los horizontes del género alejándolo de las pistas de baile para adentrarse en terrenos más reflexivos. Aquí podemos incluir a Jlin, Ripatti, Jana Rush… Cruzando el charco, el juke más puro e inalterado se mantiene muy fiel a las bases estilísticas que iniciaron este apasionante movimiento, y EQ Why, DJ Earl, DJ Manny. Incluso podemos ubicar dentro del movimiento a esa remesa de artistas norteamericanos tan eclécticos que mezclan el footwork con el techno, el breaks, hip-hop, ghetto-tech clásico… entre los que se incluyen Kush Jones, DJ Swisha o Bastiengoat.

Con todo, la popularidad del footwork crece cada día más, ganando presencia en festivales y eventos electrónicos de grandísima factura. Y ya no solo la rama más experimental e “intelectual”, sino también la más ligada a la escena club underground. La fulgurante fama que ha ganado Sherelle en los últimos dos años con sus sets en los que el juke es pilar fundamental ha contribuido a llevar el género hasta eventos de la parte más visible de la escena. Artistas como Thys (miembro de Noisia), tienen los 160 BPM por bandera y los llevan por todo el mundo. Ni que decir tiene el crecimiento lento pero sostenido que vemos en Estados Unidos y en Reino Unido (posiblemente los dos mercados más importantes en la música)…

Probablemente la mayor incógnita sea hacia qué nuevos horizontes puede avanzar el footwork, y cómo le va a sentar al género esta exposición a la punta del iceberg de la escena electrónica. Lo que no se duda es que en los próximos años este movimiento ya asentado va a ser, aún más si cabe. uno de los pilares de la electrónica, y quién sabe de si de la música en general.

Adri Rodriguez
Vivimos con toda la música del mundo a nuestro alcance. Mi objetivo es haceros descubrir y disfrutar con mi gran pasión.