El pasado sábado se daba lugar una cita muy especial y también esperada para los amantes de la música techno del Principado de Asturias. A orillas del Cantábrico, en la ciudad costera de Gijón, el Club Lanna albergaba a una leyenda viva del techno mundial, Oscar Mulero, quec nos ofreció una sesión en formato de All Night Long, que coparía aproximadamente 6 horas de duración. Wololo Sound estuvo allí, por primera vez en la sala asturiana, y por segunda vez en la ciudad tras IN DOOR 2019.

Asturias y Gijón tienen un gran saber estar a la hora de escuchar música techno, con una escena que, sin alardes, está por encima que la de otras comunidades mucho más grande. Además, el público asturianu, fiel como pocos, es un seguro de éxito para las promotoras.

El set comenzó algo tímido, Óscar Mulero apareció en solitario por el escenario, acompañado de algún aplauso y comenzó a sonar en un tono casi místico, sus clásicos sonidos, oscuros, suaves, de puro trance, previos a escuchar ni siquiera un solo bombo. El artista español estaba dando el pistoletazo de salida a lo que iba a ser una master class absoluta sobre qué hacer con tres technics y una Xone 96. No se salió ni un instante de su estilo, ni de su manera oscura de ver el techno y eso al público que estaba presente en la fiesta le encantó. La gente llenaba poco a poco la sala y Mulero iba de la misma manera subiendo la intensidad de su set y la dureza de los temas.

Tras dos horas de gran mezcla musical, y un pequeño y marcado bajón en el ritmo en este tipo de sets tan largos, Mulero volvió a subir la intensidad. Fue a partir de aquí, cuando el artista proseguiría mezclando sus temas más originales y antiguos y la gente más veterana lo vivió de una manera más especial. Son muchos años bailando y sintiendo la fuerza de este artista.

Óscar continuó de una manera muy elegante y perfecta, diría yo, de seguir mezclando y poniendo los temas idóneos para llegar al final de su set. Dureza, oscuridad, baile, subidones, pasión, fue lo que se sintió en todo momento de un Mulero que se le veía totalmente concentrado en la faena.

Cuando llegó el final, el público devolvió toda la energía al artista que se había vaciado musicalmente. Aunque Oscar Mulero es un todoterreno y no tenía síntoma alguno de estar exhausto, la experiencia es un grado y pinchar seis horas seguidas para esta leyenda es para muchos de nosotros como coger el coche para ir a trabajar.

Un set de los que mandan los cánones. Totalmente espectacular y maravilloso vivir la calidad con la que Oscar Mulero pincha esos vinilos tan buscados y seleccionados para hacer que la gente vibre y se deje su energía en la pista bailando ‘all night long’.

Jose A. Fernández García