La fiesta estandarte de la Sala Apolo sigue imparable trayendo la mejor música de club del momento

Barcelona estaba de celebración. Como cada año, los veranos en la ciudad condal tienen mucha marcha, y sus calles se llenan de conciertos y fiestas en sus barrios más icónicos. El fin de semana pasado fue el turno de las Festes de Gràcia, sin duda una de las más aclamadas de la capital catalana, pero no era el único lugar donde se iba a bailar esa noche. Al otro lado de la ciudad vuelve, como cada viernes y sábado, las sesiones de Nitsa Club, y no nos queríamos perder a los invitados que nos deparaba la velada.

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En la planta baja de la mítica Sala Apolo, llegamos justo para ver la toma de relevo en la cabina. DJ Fra había cumplido con su cometido de abrazar a todo aquel que entrara por la puerta, y cedió una pista de baile llena y caliente al que sin duda era la estrella de la noche. Eli Brown enchufó sus USB e inauguró lo que iban a ser cuatro horas de sesión –es decir, hasta el cierre–. El DJ y productor de Bristol, que sabía que su nombre ya tiene cierto caché, no tardó en poner algunas de sus producciones y usarlas como carta de presentación.

Una de las primeras fue su colaboración junto a Solardo llamada XTC, que cumpliendo con el cometido de su título, desató los primeros griteríos de su set. Seguido de otros comoMoving, su track con el “aka” underground de Calvin Harris y por supuesto su aclamado Believe, se demostró que Eli Brown preparó meticulosamente un viaje que nos iba a llevar desde el tech house más oscuro hasta desembocar en los bombos perforantes de un techno más contundente.

El maridaje de estilos que plasma en sus producciones se vió también reflejado en estas cuatro horas de música. De forma progresiva y con una selección de tracks muy cuidadosa, el británico enganchó a la Astin hasta la apertura de focos, y se ganó el respeto del público barcelonés con una ejecución tras los platos muy correcta y con una lectura de público más que efectiva. Todo ello oscilando entre dos géneros a los que muchas veces se les considera antagonistas –y más tras el “boom” del tech house–, pero si alguien sabe moverse bien en la cuerda floja, ha quedado claro que ese es Eli Brown.

Pese a que el inglés cumplió con su cometido cual flautista de Hamelín, era un pecado no presenciar lo que se estaba cociendo en la planta superior. En primer lugar, dominando tanto las CDJs como las agujas, pudimos ver Saoirse estaba al mando de Nitsa al final de su turno. Comparado de donde veníamos, nos topamos con unos BPMs superiores que se contrarrestaban con una intensidad menor. Una elegante ejecución de ritmos más minimalistas a la par que directos, con un 4-on-the-floor que marcó el compás de la noche.

Tras ella, llegó el turno de Call Super. Mantuvo la senda que encarriló su predecesora en cuanto a ritmos se refiere, pero la imprenta que dejó durante su paso por la cabina de la Sala Apolo fueron los sonidos más hipnóticos con tintes deep y efectos experimentales. Rozando lo psicodélico. Un set híbrido que destacó por su sutileza al disparar todos los tracks y que se fue animando a medida que avanzó la noche.

Y con estos tres invitados, el trabajo ya estaba más que hecho. Con nuestros propios ojos pudimos ver como Nitsa Club sigue defendiendo su título de estandarte de la electrónica en Cataluña. Con una programación más que variada tanto en géneros musicales como en invitados, es de alabar la capacidad que tiene la fiesta de la Sala Apolo para congregar a tantos amantes de la música de baile. Tanto en unas noches con fichajes más mainstream como otras con apuestas más arriesgadas, su labor de predicar el buen gusto queda certificada. Y lo mejor de todo: que no se acecha el horizonte, pues su calendario no para, y en las próximas semanas hasta noviembre ya han anunciado la llegada de algunos artistas de la talla de Alan Fitzpatrick, LF SYSTEM, Richie Hawtin o Ben Böhmer entre otros.

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