El festival portugués celebró su primera edición en nuestra capital, paralelamente a la celebración de su nueva edición en su país de origen. Un Kalorama que compartía muchos de sus cabeza de cartel, pero con una amplia cantidad de takeovers nacionales. Los días 29, 30 y 31 fueron dedicados a todos estos actos que tomaron lugar en un total de tres escenarios del Recinto Ferial de IFEMA al aire libre. ¡Os contamos nuestra experiencia durante las jornadas del viernes y el sábado a los que pudimos asistir!

Viernes 30

La jornada del 30 fue una de las más esperadas del festival, contando con muchos artistas de renombre con una larga trayectoria en la escena. El día inició con la actuación de Tristán cuyo sonido tan cercano y crudo nos llegó a primera hora de la tarde, cuando apenas el festival contaba con asistentes aún y, a pesar de esto, fue capaz de penetrar en los early birds. Su pop melancólico resonó con una sensibilidad típica en él, compartiendo características con otros artistas como Rusowsky o Ralphie Choo.

Al acabar, Judeline tomó su relevo en este mismo escenario, cubriendo una baja del festival de la artista de electropop experimental, Fever Ray. La artista gaditana estuvo a la altura, incluyendo en su repertorio pistas como mangata o INRI, además de romper el hielo con sonidos más latinos, dando pie a un ambiente más movido. Por supuesto, su tema más emblemático CANIJO no podía faltar y fue con este con el que finalizó su actuación. La tardé siguió su rumbo con más actuaciones como los granadinos de indie-pop Colectivo da Silva, Gossip o el post-punk de Yard Act.

El cambio de horarios de Yves Tumor acompañó a un ambiente más involucrado, iniciando el horario nocturno con el sonido experimental del estadounidense. Su performance, de cierta forma, nos recordó que su música va de la mano con la cultura y arte contemporáneos, rompiendo con estereotipos y abogando por la creación más fluida y fluctuante. El público que se había reunido para ver al artista se unió al canto de temas como Kerosene! o Romanticist, todo ello hasta que, de pronto, una fuerte tormenta de verano irrumpió, cancelando el final de su actuación, al igual que la actuación de Raye, prevista para el escenario principal del festival.

Las condiciones meteorológicas de esa noche hicieron que muchos de los asistentes fueran obligados a volver a casa, por desgracia, a pesar de que los cabezas de cartel aún estaban por llegar. Aun así, tras aproximadamente una hora, la actividad del festival se reanudó y las personas que pudieron encontrar cobijo, pudieron quedarse para el cierre del Kalorama.

En el escenario ‘tres’ contamos con takeovers nacionales como La Luz, llevado a cabo por GAZZI y Aleksandir, seguido del takeover de Antídoto Club con Yosef, Diego Armando y Maxvll a mando. El set del linarense, GAZZI, acompañado por nada menos que el originario de Estambul, Aleksandir, supuso un ideal warm-up de la tarde-noche, atrayendo poco a poco a su carpa a los asistentes interesados en los sonidos rotos y el ambient. El takeover de Antídoto Club, por otro lado, realmente atrapó a una gran cantidad de su público, sin apenas hueco en la carpa, acelerando el ritmo al sonido dance, el UK garage o el bass con temas como All My Ladies o TechTrance.

El cielo se despejó con un perfecto timing para ver al dúo británico Overmono, pilotado por Tom y Ed Russell, que presentó el gran proyecto de su carrera, el álbum ‘Good Lies‘, llevando consigo mismo un show visual igual de envolvente que su música. En su artwork no pudo faltar la representación de dóbermans como símbolo no tan solo de su disco, sino por su apariencia estereotípicamente agresiva y su trasfondo vulnerable y sensible, tal como ellos mismos quieren presentarse, afirmado en previas entrevistas.

Tras ser la banda prodigio de la infancia de muchos durante más de 3 décadas, The Prodigy volvió a la capital, con una de las mejores actuaciones de todo el festival. La expectación del público estaba justificada, dada la ausencia del vocalista principal, Keith, y aunque se pudo notar de cierta forma en su live, no dejó de ser una reminiscencia y nostalgia para muchos. Los saltos y los gritos al sonido de ‘Omen’, ‘Firestarter’ o ‘Smack My Bitch Up’, entre un amplio repertorio, junto a visuales y juego de luces que acompañaban a la experiencia musical, hicieron del final de la velada un auténtico chute de energía.

Fotografía por sergioalbert_

Sábado 31

La jornada del sábado fue, de lejos, la más multitudinaria, con una expectación del público por actos del calibre de Massive Attack, Sam Smith, Jungle o Peggy Gou. Con un total de 41.500 personas en los 3 días de festival, Kalorama pareció remontar números respecto su día inicial.

La tarde inició con lives de artistas como la rapera Huda, cuya sensibilidad y experiencia de vida quedaron reflejados en sus versos. Tras ella, contamos con un toque punk por los neoyorquinos Monobloc y el UK jazz por parte de Ezra Collective. Olivia Dean nos dejó boquiabiertos con su neo soul a través de un timbre de voz preciosamente cuidado, dejando al público con una innegable sensación de paz con temas como ‘Dive‘ y ‘The Hardest Part‘.

Los takeovers nacionales del día del sábado fueron llevados a cabo por MAREO, junto a Akazie, LaFrancesssa y 8kitoo, durante horario de la tarde y CAЯBS, del mando de Ketiov, Fernanda Arrau, Glenda Galore & Performers. Siendo un colectivo clave en la escena musical emergente granadina, MAREO se centró en la fusión de géneros y la experimentación, promoviendo nuevos talentos locales y creando un espacio inclusivo donde se mezclaron estilos como el breakbeat, el house y la música electrónica en su totalidad.

El directo de Massive Attack revivió una real nostalgia para sus asistentes, que no fue difícil conseguir tras ser uno de los grandes iconos del trip-hop desde finales de los ochenta. Destacó, no tan solo por ser el acto más visitado del festival en su totalidad, sino también por su carácter social y reivindicativo, reflejado en los visuales y los vídeos que emitían en la pantalla principal a lo largo de las dos horas de directo. No emocionarse o no llorar mientras sonaba la emblemática ‘Teardrop‘ era imposible, tal como su título indica.


Fotografía por sergioalbert_

Con rumbo al escenario ‘dos’ y tras la finalización del directo de Massive Attack, el neo-soul, funk y groove llegó de la mano de Jungle, que consiguieron crear un ambiente festivo, bailando al ritmo de temas como ‘Back on 74‘, o ‘Keep Moving‘, al igual que envolviéndonos con sonidos más suaves y armoniosos tal como ‘I’ve Been In Love‘.

Innegablemente, muchos de los asistentes esperaban ansiosamente la llegada de Sam Smith, que presentó un directo potente con un carisma y una fuerza palpante. Clásicos como ‘I’m Not The Only One‘ o ‘Stay With Me‘ emocionaron a todo el público, tras ser hits mundiales con un alcance de billones de oyentes en las plataformas oficiales. Peggy Gou fue encargada de dar el acto final del Kalorama, logrando captar a la audiencia con sus vibrantes ritmos y una mezcla ecléctica de música electrónica, ideal para un ambiente festivo. El set de la DJ surcoreana fue excelentemente recibido, suponiendo un cierre ideal.

Kalorama contó, además, con un compromiso social a través de BALORE, proporcionando varios puntos de atención como el Punto Violeta para la prevención y denuncia de situaciones de acoso y violencia sexista, el Punto Arcoíris para Información, sensibilización y visibilización del colectivo LGTB+, y el Punto Verde para la reducción de la huella de carbono, entre otros. Tras tres días de festival y un total de 34 actuaciones, la primera edición de Kalorama en Madrid quiso dar precedencia para más oportunidades de repetición para el futuro.

Fotografía por @sharonlopez
Ann Emilova
Dreamy vocals, melodías oscuras y un toque nostálgico me hacen fluir al ritmo del sonido experimental. Interesada en el arte en todas sus formas.