Uno de los eventos internacionales que más rápido se ha lanzado al ruedo en la fase final de la pandemia ha sido MOGA Festival. Aunque estábamos acostumbrados a oír de él por su edición marroquí, en esta ocasión la marca ha viajado a Portugal y entre el 6 y el 10 de octubre ha celebrado una prometedora cita inaugural al sur de Lisboa. Se trata de un evento boutique de sonido underground y ambiente hippy que se celebra diseminado a lo largo de la interminable Costa de Caparica, el extenso litoral que se extiende al sur de la desembocadura del Tajo.
Tras los 5 días de música, sol, mar y ecos desérticos que hemos vivido, ¿por qué creemos que valdrá la pena repetir en MOGA Festival?
Es como un Burning Man en la playa
MOGA te introduce en un universo temático inspirado en las tribus del desierto y todo el evento rezuma un aire de cruce de culturas, sabores norteafricanos y decoración basada en el mundo de las caravanas nómadas. Tiene un público muy fiel, autobautizado como #MOGAtribe, que se mete en el papel y acude a la llamada vestido para la ocasión: túnicas beduinas, maquillajes a lo Cleopatra, facepainting, trajes de cuero estilo Max Max…
En 2022 habrá 4 ocasiones de ir
Desde 2016, MOGA Festival ha tenido lugar en la ciudad marroquí de Essaouira. El coronavirus le ha impedido celebrarse en su sede original durante dos años y, aprovechando su mudanza a Portugal, la marca ha iniciado su expansión. Dentro de un mes hará su primera edición en Dajla, en pleno Sáhara Occidental, un territorio disputado por el Frente Polisario y Marruecos. A principios de 2022 también tiene previsto aterrizar en Dakar, la capital de Senegal, para completar 4 citas anuales. El año que viene, la edición portuguesa se hará en junio y, si todo va bien, regresará a Essaouira en octubre.
Un sonido underground para todos los públicos
El concepto de MOGA no está basado en los grandes headliners al uso (Richie Hawtin, Amelie Lens, Loco Dice…), sino en artistas talentosos cuyo sonido se alinea con la visión desértica y tribal del festival. En Costa de caparica ha sonado mucho House, Deep House, Tribal Hipnótico y Techno Melódico, de la mano de artistas como Behrouz, Birds Of Mind, Cc:Disco!, Daox, DJ Tennis, Gusta-vo, Matthew Dekay o Mr. Id, junto a artistas locales muy interesantes.
Apuesta por los DJs locales allá donde va
En todas sus ediciones, el cartel de MOGA se compone de un 50% de artistas internacionales y un 50% de locales. Su promotor nos explicaba personalmente que fomentar las escenas electrónicas locales forma parte de su visión. Es una buena ocasión para conocer nuevos artistas y para disfrutar genuinamente de la música bailando sin mirar a la cabina del DJ.
Aspira a tomar la estela de The BPM
MOGA aspira a crecer año a año en Portugal hasta lograr involucrar a decenas de beach clubs de la línea costera. Quizás en el futuro pueda convertirse en un evento parecido a lo que The BPM celebraba cada mes de enero en Playa del Carmen (México): una constelación formada por decenas de garitos, y cada uno albergando residencias internacionales, fiestas de sellos, showcases, eventos paralelos, etcétera.
Lisboa es siempre una buena idea
¿Sabías que Charlotte de Witte se ha trasladado recientemente a Lisboa? Igual que ella, miles de artistas, nómadas digitales, freelancers, profesionales creativos y emprendedores digitales se están mudando a la capital portuguesa, atraídos por su clima, su gastronomía, su estilo de vida… ¡Y su amable política fiscal con los expatriados! La ciudad es una delicia y está a solo 20 minutos en taxi del centro neurálgico de MOGA en la Costa de Caparica.
Promueve el desarrollo sostenible de las ciudades
Parte del éxito de MOGA en sus ediciones en Essaouira radicó en ser capaz de involucrar a toda la ciudad en un evento participativo y abierto. Artistas locales, asociaciones culturales, el pequeño comercio y los artesanos salen a la calle para alimentarse y a la vez nutrir de energía al festival. Así el evento se entremezcla con la vida local a través de una programación central propia y una agenda paralela que le da un toque distintivo.
Para hacer surf, yoga, meditación…
Como parte de su propuesta hippy y hedonista, MOGA ofrece mucho más que música y baile. En paralelo a su programa central, se organizan catas de gastronomía, sesiones de yoga, clases de surf, visitas a la zona a pie y en bicicleta, fiestas a bordo de un barco, masterclasses de inspiración, mercados de artesanía y productos locales. ¡Entretenimiento 360º!
Atrae a las tribus más dispares
El variopinto paisaje humano es quizás el atractivo más genuino de este festival. Cientos de #MOGAtribers viajan desde Francia, Marruecos o ReIno Unido (¡también desde España!) para formar un extravagante carnaval de razas, modas y estímulos sonido. La música une a hippies, perroflautas, pijos, cachas, modernitos, surfers, ravers, universitarios y sofisticados expatriados en un ambiente 100% internacional.
Bailar descalzo sobre la arena es único
En esta edición inaugural portuguesa, las sedes escogidas han sido los imponentes beach Bohemian o Irmao, construidos sobre la arena y frente al inmenso Océano Atlántico. La pista de baile era la misma playa. Además, la producción de MOGA cuida mucho la decoración de interiores y exteriores. Usando madera, corcho, mimbre, rafia, finas telas y tapices, la ambientación te transporta a una jaima del desierto, o una remota fiesta tribal bereber.
La promotora tiene una historia fascinante
El principal creador de este carnaval es Matthieu Corosine, un conocido empresario francés de la música que también organiza el macrofestival Les Plages Èlectroniques cada mes de agosto en Cannes. Sin embargo, su especialidad son los eventos boutique en localizaciones emblemáticas. Él es el visionario que hizo un festival en la localización de Star Wars, en Túnez; y también en el set de grabación de Juego de Tronos en Marruecos.
Es barato, está cerca y es diferente
Ir en avión ida y vuelta desde Madrid suele costar en torno a 150€ y el vuelo dura apenas una hora. Es asequible plantearse un fin de semana conociendo los encantos de Lisboa de día y bailando desde la puesta de sol hasta el cierre en el festival, al que se llega muy fácil en taxi o Uber. Hay una infinidad de alojamientos baratos, la comida tiene un precio razonable y un fin de semana en MOGA sienta al cuerpo como si hubieses viajado a la otra punta del mundo.
Escrito por Ibai Cereijo