Un cielo con muchas nubes y alta probabilidad de mojarnos. ¿Cuál es el mejor plan? Por supuesto, irse de festival. Y qué mejor excusa que la de celebrar el 15to aniversario de un evento que apoya la música independiente como es el Embassa’t, en la ciudad de Sabadell, en lo que acabaría siendo un fin de semana para el recuerdo.

Delirium Music Festival 2023: Noticias, cartel y entradas

Viernes 19

Entramos al Parc de Catalunya el viernes con malas previsiones en lo que a temporal se refería. Un cielo espeso y gris tapaba un recinto que ya empezaba a tener algún que otro charco. Por suerte, fuimos preparados para soportar viento y marea, y las primeras gotas no nos asustaron. Es por eso que, con ganas de descubrir qué nos deparaba Embassa’t en su edición de 2023, entramos hipnotizados hacia donde suena la música cual flautista de Hamelín, topándonos con los primeros bombos de la jornada.

Los chicos del colectivo catalán Abundance se encargaron de inaugurar el Club a base de ritmos house y tribales con algún que otro ritmo roto. Su recién estrenado formato B2B + Live se convirtió en una buena forma de dar la bienvenida al escenario que se cubrió a última hora con una carpa y que se convirtió en uno de los espacios más íntimos y a la vez con más “rollo” –sobre todo para los amantes de la electrónica– del festival. Esa intimidad que rezumaba cuando entramos, siendo apenas una decena de personas las que bailamos simultáneamente, se multiplicaron exponencialmente gracias a lo que iba a ser a priori un enemigo de los artistas: la lluvia. Al ser el único espacio de baile cubierto, con el primer chaparrón de la jornada sirvió de refugio para muchos de los asistentes que no querían mojarse. Es por eso que, aprovechando un pequeño retraso en los slots del line up, el trío catalán pudieron disfrutar durante unos minutos de una pista a rebosar que quiso entrar en calor con las últimas selecciones musicales de su set antes de ceder el testigo a una cara conocida.

Antes de entrar en detalle con el siguiente encargado de enchufar su USB, cabe hacer también mención a Julieta, la que fue la primera actuación en vivo que disfrutamos en el escenario Yeearphone, que nos descubrió una puesta en escena de una verdadera estrella del pop tanto por actitud como por su repertorio, que incluía canciones que más de uno se traía aprendidas de casa además de otras con ritmos más electrónicos que hicieron bailar tanto a los fans como a los que la acabábamos de conocer. Y tras el final de su show, con las 21:00 tocadas, se vino la gran avalancha de gente inundando el Club.

El siguiente DJ, como decíamos, es alguien que hemos visto más que a muchos de nuestros familiares últimamente –y no nos quejamos–. Estamos hablando de GAZZI, que tan pronto le cedieron el poder de los altavoces, decidió poner un punto y a parte con su peculiar savoir faire. Aportando algo de aire con una intro ambiental para crear una atmósfera distinta, el andaluz demostró personalidad en su selección musical. Arrancando con sonidos orgánicos y etéreos encarrilados por beats de house y esas percusiones “Burialescas” que tanto le caracterizan, el productor se trabajó una progresión que enganchó a todo aquel que entro al Club. Tanto, que cuando quisimos volver tras intentar poner remedio a uno de los solapes más dolorosos del festival, nos quedamos bailando fuera algunos de sus inconfundibles edits pues ya no cabía ni un alfiler.

Paralelamente a esa sesión, tocó estrenar el tercer y último escenario: el Principal. En él encontramos probablemente la actuación que, personalmente, más hype me había generado. Directos desde Nueva York, la enérgica puesta en escena de !!! (Chk Chk Chk) nos regaló un concierto memorable. Con un Nic Offer poseído por el Mick Jagger que todos llevamos dentro, el cantante fue el centro de atención durante la hora y pico de rock y electrónica que nos ofreció la banda. Su energía fue tal que el escenario se le quedó pequeño, y en un par de ocasiones decidió sumarse a una muchedumbre llena de paraguas y chubasqueros para cantar y bailar sobre el barro del Parc de Catalunya en los instantes con más precipitaciones del fin de semana.

Con la adrenalina por las nubes, era turno de ver qué nos deparaban La Élite. Este dúo formado por el DJ y productor nacional Nil Roig (más conocido como Yung Prado) y David Brugués revolucionó al público trayendo al Yeearphone el aroma punk. Caos, rirsas, gritos, pogos y reivindicaciones de todo tipo –algunas más serias que otras–, el dúo consiguió confraternizar con la gente a base de una labia natural –acentuada con alguna que otra cerveza seguramente– y de canciones que incitan a desatarse. Y vaya que si lo consiguieron…

De vuelta al mainstage, nos esperaba otra de esas actuaciones con un talante ecléctico. La Plazuela supo traer la esencia de la feria del pueblo a los grandes escenarios con un sonido que homenajea a sus raíces andaluzas pero fácil de traducir para cualquiera que no haya pisado su tierra. El salero y sentimiento que transmiten con su música dejaron “engloriaos” a todos los que se juntaron para verlos en acción. Un concierto que acabó con su gran éxito electrónico ‘Tangos De Copera‘, que hizo menear el esqueleto a la mayor aglomeración de la primera jornada de Embassa’t 2023.

Apurando el reloj, pudimos presenciar por los pelos los últimos compases de Nahoomie en el Club, que se encargó de apretar el acelerador en comparación a su predecesor en cabina. Una sesión que allanó el terreno a el último artista de la jornada. Ahora vestido de DJ, Yung Prado tiró la casa por la ventana combinando producciones propias –como su recientemente estrenado Me Escondo Por El Club– con algunos crowd pleasers melancólicos como el Can’t Get You Out Of My Head de Kylie Minogue o sin duda un himno nacional como es el Bailando de Paradisio. Momentazo que nos dejó con un buen sabor de boca en el trayecto de vuelta a casa antes de recargar pilas para el sábado.

Sábado 20

Ya con una previsión meteorológica un tanto más optimista pese a que tuvimos que sacar el paraguas nada más entrar, el sábado fue un nuevo día, también en lo musical. Repitiendo el modus operandi, entramos al Club para calentar motores al ritmo de Karne Kulture. Representadas por Mena G y Nad1a, su selección musical basada inspirada en el UK Garage, el house y los ritmos rotos fueron acogiendo a los más tempraneros. Una intensidad que contrastó con las actuaciones que sucedías simultáneamente en los otros escenarios del festival como eran las de Pol Batlle junto Rita Payés y Jimena Amarillo, ambas con un perfil más sensible y emocional con sus respectivas interpretaciones.

Volviendo a la electrónica, los protagonistas de esta segunda jornada estaban en el escenario Principal, uno detrás de otro. El primero nos dejó boquiabiertos, con un timing perfecto que coincidió con la puesta del Sol y que fundió la magia del paisaje con la de la puesta en escena de sus protagonistas. Estamos hablando, cómo no, de HVOB, el dúo austríaco que sumó un tercer miembro para sumar a su magnífico live. Un concierto que nos llevó en volandas durante más de una hora en lo que fue una progresión de dulces melodías que envolvieron la angelical voz de Anna Müller intercaladas por contundentes percusiones que nos sacudían en caso de acomodarnos. Todo ello adornado por un espectáculo de luces de primer nivel. Para quitarse el sombrero. Sin duda el show más completo del festival.

Y aunque no fuera precisamente “completo” el atributo que mejor les define, toca hablar de la istriónica Mainline Magic Orchestra. Los que ya los conocéis o estáis familiarizados con esta formación, sabéis que cuesta encontrar las palabras para poder contar lo que estos cuatro músicos hacen sobre la tarima. Creo que la mejor forma de describirlo sería decir que son una combinación de la sangre fría ante el sinsentido, combinada con el instinto animal del cantante, que le trae a pegar a su guitarra como si sus manos fueran martillos, o bien coger el micro mientras se posa de forma raramente seductora en el límite del escenario tratando de hacer el amor a un altavoz o enseñando desde todos los ángulos posibles su trasero. Un directo extrañamente divertido que no nos permitió bajar la guardia en ningún momento, combinando la desfachatez de su lenguaje no verbal con un tracklist de música original plagado de rompepistas adictivos, en gran parte encarrilados por un 4-on-the-floor, como su último éxito Tranchera.

Con ese constante “what the fuck” que nos dejó la formación catalana, decidimos pasar nuestros últimos instantes en el Embassa’t 2023 en el que ya habíamos visto que era nuestro hábitat natural: el Club. La primera de las dos últimas sesiones corrió a cargo de uno de nuestros mayores descubrimientos del cartel. Pépe demostró no solo ser indomable en lo que a selección se refiere, combinando géneros y BPMs para todos los gustos, sino también alardeando de una técnica superior a los CDJs. Trazó un camino que dejó un rastro de rompepistas contundentes y muchos ritmos percusivos que, pese a ir in crescendo sin parar, acabó empatizando con sus sucesores y puso el freno de mano en el tramo final. Típico DJ que merece la pena no solo escucharlo sino también verlo en acción tan cerca como puedas.

Con las llaves del festival en su bolsillo, los últimos bailes nos los pegamos con un B2B a cargo de Lucient y Baldman. La química entre ambos DJs se vió plasmada en su comodidad a los platos, que a su vez se tradujo en una pista de baile que quemó zapatilla en una sesión enfocada a hacernos gastar hasta la última pizca de energía para caer redondos nada más llegar a la cama –eso si por desgracia no habías planeado un after de antemano–. Un conglomerado de tracks que contribuyeron a describir lo que vivimos en el Club como “ecléctico ante todo”, siguiendo en la línea de combinar bombos a negras con ritmos rotos y alguna que otra producción nacional que despertó el griterío de los más entendidos.

Ya con el lazo puesto en esta decimoquinta edición del festival, podemos afirmar que Embassa’t es un festival que apuesta por el talento. Todas las actuaciones que tuvimos el placer de ver brillan por méritos propios, y el gozo de tener tanta buena música congregada en un mismo lugar es motivo de alegría para cualquier melómano. Una experiencia que, con la mente abierta, te lleva a descubrir nuevos artistas en un espacio que promueve que estén dispuestos a darte la versión más sincera de ellos mismos. Todo ello envuelto bajo la magia de la lluvia, que aunque para muchos puede ser un obstáculo para pasárselo bien al aire libre, para nosotros que fuimos bien equipados y sin miedo a ensuciar nuestros zapatos nos pareció la guinda del pastel para contribuir a la magia del evento.

Además de lo musical, el recinto estaba bien equipado tanto para los que querían beber y comer, con diversos foodtrucks y barras para abastecer al público, como para los que prefieren descansar entre conciertos, zonas de chill out y sillas repartidas por el parque. Eso sí: más allá de cuidar a los asistentes, esperamos que esta edición pasada por agua también sirva a la organización para tener en cuenta el cuidado de los trabajadores, los cuales tuvieron que hacer su trabajo sin apenas techo que les refugiara de la lluvia. Como se suele decir: unos héroes sin capa.

Embassa’t 2023, muchas gracias por los momentos, por la buena música y por hacer la tarea de descubrirnos a artistas que merecen ser escuchados. ¡Nos vemos en 2024!