La primera edición del festival andaluz nos dejó tres días de actuaciones extraordinarias, acogiendo a un total de 107.000 personas
Comenzar bien en una primera edición no es una tarea fácil de realizar pero, podemos afirmar que el festival Cala Mijas lo ha logrado, siendo este el comienzo de la que será una bonita historia. El pasado jueves nos dirigíamos a Mijas para disfrutar de la primera edición del festival andaluz, la cual se presentaba por todo lo alto con un cartel lleno de artistas muy populares, tanto nacionales e internacional, al igual que una programación gratuita más que atractiva con su concepto La Playa. Os contamos nuestra experiencia.
Antes de adentrarnos de lleno en el apartado musical queremos comentar algunos puntos a destacar de esta primera edición. Cala Mijas ha conseguido su objetivo de crear un concepto musical que ha atraído a un público muy diverso, tanto referente a las nacionalidades como a los rangos de edad. El 27% corresponde al público internacional proveniente de un total 50 países, siendo Reino Unido, Alemania e Italia los países con mayor número de asistentes. A nivel español, las provincias con más adeptos al festival han sido Madrid, Valencia, Cataluña y Murcia, siendo la presencia local y andaluza las más notable con personas procedentes, en gran parte, de Málaga, Sevilla, Cádiz, Córdoba, Marbella o Jaén.
La ubicación conecta a la perfección con la vibra del festival, estando el terreno bien aprovechado, dándole color y vistosidad a través de la iluminación. Ocurrió lo mismo con su concepto abierto La Playa, la cual llenó de vida y buenas vibras el Torreón de la Cala de Mijas, al igual que sus calles, siendo su celebración un gran impacto económico para el lugar. Echamos en falta alguna zona de descanso ya que para sentarte a reposar las piernas tendrías que elegir entre el césped durante la espera de los conciertos, los bancos de las zonas de comida o el suelo. Los diferentes parkings que el festival habilitó funcionaron a la perfección, estando bien conectados con el recinto a través de las lanzaderas que se pusieron a disposición, de forma gratuita, para el público. Los autobuses funcionaron también correctamente, con pequeños tiempos de espera salvo alguna excepción. En resumen: chapó para la organización.
El cuanto al sonido de los escenarios no tenemos ninguna queja, estando todos a un volumen adecuado no habiendo solapes en casi ningún momento del festival, estando el horario también organizado para que esto no ocurriera. En La Caleta hubo algún pequeño fallo técnico pero nada que vaya a empañar esta primera edición. En algunos de sus DJ sets nos habría gustado ver más juego con las visuales ya que las diferentes pantallas que respaldaban el escenario daban mucho juego, cosa que sí se vio en otras actuaciones en esa misma ubicación.
Musicalmente hablando, nos encontramos ante un festival muy ecléctico que nos ha presentado una muy buena selección musical día tras día, conviviendo amantes de lo urbano, rock, pop, indie y electrónica. El jueves resultó ser el día más solicitado por el público, rozando el sold out. Una jornada en la que el máximo protagonista del festival fue el grupo británico Arctic Monkeys, el cual se encontraba cerrando su gira europea y cuya actuación no defraudó a un público totalmente entregado de principio a fin. Los británicos consiguieron que decenas de miles de personas cantaran al unísono algunos de sus temas más clásicos como ‘Do I Wanna Know?’, ‘5O5’ o ‘Why’d You Only Call Me When You Are High?’, en un ambiente amigable y eufrórico.
Nuestro foco principal fue el tono electrónico, coexistiendo artistas dispares entre sí y otros con ciertas similtitudes. De la energética puesta en escena con múltiples cambios de vestuario de Róisín Murphy y un momentazo cantando su himno ‘Sing It Back‘ de su grupo Moloko, a la mágia y conexión del directo de Bonobo, pasando al sonido inglés con ritmos rotos y vibras cluberas de Ross From Friends y Overmono, quienes nos dejaron dos lives inolvidables. A ellos también les sumamos el ecléctico techno de Josey Rebelle, la electrónica latina de Dinamarca y el house divertido y pistero del B2B entre Buganvilia y GAZZI que sustituyó la baja de Joy Orbinson.
Por último, mencionar también la alocada y extravagante puesta en escena de Marc Rebillet, que recién llegado de Francia tras una polémica en su último show “rajando” del presidente, prefirió ahorrarse otro dolor de cabeza y ceñirse a su formato habitual. El franco-estadounidense no lució tanto como se esperaba a nivel musical, con su ya mítico loopstation y un hilo conductor basado en el humor y la improvisación, pero aún así fue digno de ver cómo sus arrebatos de locura y su expresión corporal distrajeron a los miles de asistentes que lo tenían marcado en sus agendas.
El viernes no podíamos empezar el día de mejor manera. Con el sol y la arena como escenario, arrancamos los primeros bailes de la jornada en La Playa, el concepto gratuito del festival al aire libre, aprovechando el poder de la zona. Este día estuvo en su mayoría protagonizada por el enfoque musical con el estilo atrevido de 8kitoo y el trío B2BBS, destacando GAZZI en su enfoque más diurno y divertido –sobretodo en lo que a selección musical se refiere– y el directo gamberro de la banda Plasaporros. El día se completó con la cumbia psicodélica de Cosmic Wacho. Un pre-party que nos dejó claro que pasar por ahí es la mejor forma de calentar motores para el festival o incluso para disfrutar del día si no tienes entrada, destacando su buen ambiente entre el público que se acercó. Más que acertado.
La segunda jornada del festival tuvo grandes momentos para los más veteranos de la electrónica, con un line up liderado por las actuaciones de leyendas como Kraftwerk con una clase magistral de historia de la música, y The Chemical Brothers demostrando que tienen uno de los mejores shows adiovisuales del planeta –como ya comprobamos en su paso por el Sónar 2022–. Además, cabe destacar, subrayar y alabar el gran B2B entre 2ManyDJs y Tiga que nos mantuvo atados a la pista hasta el cierre reviviendo la época dorada del electro techno.
Subiendo la colina hasta La Caleta, la tarde y parte de la noche estuvo protagonizada por el house en sus diferentes vertientes. Lo pudimos disfrutar a través de los sets de Joe Goddard, miembro de Hot Chip, junto a B2BBS y GAZZI. Este último nos deleitó con su tercer set del festival apostando por un sonido más club que nos dejó tintes breaks, house y techno justo después de tomar el relevo de 8kitoo a la mesa de mezclas y Chico Blanco cantando temas como ‘TYY’, ‘Positif Siempre’ o ‘Tu Gente Nueva’. El festival se cerró pudiendo elegir entre la visión melódica de John Talabot “compitiendo” en otro de los escenarios pero ambos mostrando una buena afluencia de público.
El último día de festival ya se vio un cambio de público, pues el cartel también hizo un cambio de prioridades en cuanto a headliners se refiere. Tras tachar de nuestra lista la actuación de Nathy Peluso –la cual cabe decir nos sorprendió con creces cómo se las gasta en directo–, tocaba ponerse emotivos. James Blake tomó el control del escenario Victoria con un directo precioso que sacó el lado más sensible de muchos. Un show que tocó la fibra de muchos interpretando sus grandes éxitos ante el piano y el micrófono y qeu sin duda fue de lo destacado de la última jornada.
Con Liam Gallagher siendo el principal protagonista de la velada y cautivando a gran parte de la cuota del sábado, los adeptos a la electrónica pasamos la medianoche a ritmo de Call Super con su peculiar savoir faire a base de micro house y toques melódicos. Acto seguido volvimos al escenario Renault donde tuvimos cita con Caribou. La banda trajo a Cala Mijas más de una hora de buenas vibras en un concierto que le plantó cara a los míticos Love Of Lesbian en cuanto a afluencia de público.
En el tramo final de la noche, cerramos ese “mainstage” con una actuación digna de headliner. Estamos hablando de los suecos Röyksopp, que sorprendieron a muchos con un show audiovisual de primer nivel en la que destacaron sus extravagantes visuales y una sesión que sacó los brincos de un público que no parecía cansado pese a ser ya las 3 de la madrugada.
Poniendo punto y final a nuestra aventura por este primer Cala Mijas, presenciamos los últimos representantes electrónicos de la noche. Empezando por Nina Kraviz, que sin duda acaparó el foco de los otros escenarios congregando a aquellos que seguían con fuerzas a las 4 de la mañana. Sacamos la cabeza para ver cómo se las gastaba la DJ rusa, pero nuestro plan pasaba por quemar zapatilla por última vez con Pional poniendo la banda sonora. El productor español demostró personalidad en un set que combinó techno y house muy melódicos y eufóricos, dando un impulso a esa Caleta que se llenó para despedir al festival por todo lo alto.
Para los que llevamos años de festival en festival, no solemos poner el listón muy alto cuando se trata de la primera edición de un festival. Un macroevento tiene miles de cosas a tener en cuenta, y más cuando te enfrentas a una nueva ubicación y un nuevo público. Sin embargo, más allá de contar con este “margen de comprensión”, en absoluto se percibió ese sentimiento de descontrol en ningún momento. La experiencia del equipo creador de este Cala Mijas –responsables también del BBK, de ahí ese buen gusto en la confección de sus lineups– se hizo valer en una opera prima que acabó congregando a 107.000 personas en el recinto de Sonora Mijas.
Volviendo al cartel, cabe alabar de nuevo la elección y equilibrio de sus invitados, pues lejos de traer al mainstream que te puede vender entradas con más facilidad, consiguieron elaborar un elenco de músicos y DJs entre los cuales prima el talento y la calidad musical. Una materia prima que, sumada a la ubicación que tan bien trataron, ambientaron y equiparon, creó una atmósfera familiar, agradable y festiva. Porque la experiencia de un festival no es solamente presenciar espectáculos en directo, sino también tener las facilidades para poder estar en un mismo espacio durante horas sin obstáculos logísticos que oscurezcan tu recuerdo. Y ahí, amigos, también han triunfado.
Y con esto dicho, solamente nos queda felicitar a los creadores de este Cala Mijas y desearles toda la suerte para la recién anunciada segunda edición. ¿Quieres vivirla en primera persona? Ya puedes hacerte con tus entradas para el 31 de agosto, 1 y 2 de septiembre de 2023 haciendo click aquí.