La resaca de un gran festival debería basarse en días en los que las redes sociales están repletas de vídeos, fotos y declaraciones de los protagonistas sobre sus diferentes actuaciones, vivencias o sensaciones en el mismo. Las horas después de A Summer Story 2022, la vuelta del festival de música electrónica más importante de Madrid, han sido algo diferentes. La “gestión de crisis” es algo que se estudia en todas las facultades de producción de eventos, y podemos decir que en este evento hemos tenido varios ejemplos de lo que hay y no hay que hacer. Han sido varias las adversidades que ha tenido que superar esta edición del festival, y podemos decir que la organización ha demostrado que se pueden salvar los muebles de una manera más que decente incluso en los momentos más grises que harían temblar a cualquier promotor. A Summer Story 2022 ha sido el festival de los problemas y de los contratiempos, pero también el de la vuelta de la música en directo a la Ciudad del Rock. ¡Vaya como se echaba de menos!

Son varios los puntos importantes que no podemos dejarnos en el tintero con respecto a estos dos días de música electrónica en Arganda del Rey. Y creemos que lo mejor es empezar hablando de ellos. Como bien decimos, el inesperado protagonista del fin de semana fue el viento. Tanto el jueves como el mismo sábado, los cientos de trabajadores de A Summer Story y de Fluge tuvieron que ganarse el sueldo… y de que manera. Las fuertes rachas de viento, puntuales pero increíblemente devastadoras, provocaron daños en varias estructuras del festival y sobre todo en los escenarios. Esto, claro, es un gran riesgo para la seguridad de los asistentes, y el nerviosismo estuvo presente en varios momentos del fin de semana. Una situación que fue totalmente ajena a las decenas de miles de asistentes hasta bien entrada la tarde del sábado, algo que para empezar ya denota que la organización supo “barrer” estos problemas hasta que fue inevitable darse cuenta de que algo estaba pasando.

El momento crítico llegaba el sábado en torno a las 19:30, cuando con todo ya listo para arrancar el segundo día de festival, el dichoso viento provocaba destrozos que hicieron retrasar la apertura, pero que sobre todo crearon un embudo y un atasco en los accesos realmente preocupante. La decisión de la organización de cerrar la entrada al parking hasta saber si el evento podría desarrollarse o no, es cuanto menos lógica. Difícil de entender pero lógica. Lo que sí que quedó claro es que estos accesos no están ni de cerca preparados para una circunstancia así. Se sabía que la papeleta era complicada: hora punta, día de más afluencia al festival, miles de coches y miles de personas con ganas de diversión, y todo el nerviosismo que provoca un atasco en carrera. Con todos estos ingredientes las posibilidades de que el castillo de naipes se cayera por si solo eran altas, y sin embargo A Summer Story salvó los muebles dignamente pudiendo realizar su segunda jornada con total normalidad.


En el resto de aspectos que tienen que ver con la organización, A Summer Story siempre ha sido un evento que presume de una muy correcta y dedicada atención al cliente. En 2022 sí que hemos notado algún que otro fallo de bulto más que en otras ediciones, como las descomunales colas del viernes para conseguir tokens o canjear los bono copas, un mainstage que, a pesar del viento, no prometía impresionar como los del 2018 y 2019, o el sobrecargado sonido en algunos momentos puntuales en alguna que otra actuación. Errores mínimos que chocan con todo lo que sigue funcionando a la perfección: Accesos limpios y rápidos, amplio número de camareros y de personal de seguridad, puntos de información, diferente oferta gastronómica, precios asequibles (o al menos en la media), puntos de agua potable (contamos al menos tres), numerosos baños (y también en un gran estado para lo que suelen ser este tipo de eventos), espacios amplios… ¡Y otras muchas cosas que nos dejaremos por el camino!

Como sabéis de anteriores ediciones, en el apartado musical A Summer Story se caracteriza por la predominancia de dos géneros sobre todo, el techno/tech house y el sonido más mainstream, a los que se le añaden toques de hardstyle como los cierres de Miss K8 o Brennan Heart en ambos días de festival, o los sonidos más urbanos el viernes con artistas de la talla de Recycled J, Rels B o Foyone. Vamos a adentrarnos primero a analizar las actuaciones más comerciales, en las cuales el viernes brilló por encima de todos Oliver Heldens.

Uno de los platos fuertes del viernes, centrándonos en el stage 2, fue nada más y nada menos que el madrileño DJ Nano, en su faceta más mainstream. Pese a que todos sus fans esperaban con gran inquietud una nueva edición de Oro Viejo, el set del carismático artista el día inmediatamente anterior serviría de calentamiento para lo que estaba por venir. Con una exquisita selección musical del mejor progressive house (especial mención al cover de ‘Don’t You Worry Child’), house, big room y hasta psy trance, DJ Nano congregó a miles de personas frente al escenario con la energía, emoción y entrega que nos tiene acostumbrados. Tras él, gran parte del público se quedó a disfrutar de una de las promesas de esta edición, Acraze, que no defraudó con un set en el que predominó el house más actual y en el que pudimos encontrar grandes joyas de la música electrónica, como el ‘Do it Do it’ que le catapultó a la fama.

Fuera del terreno más comercial, las opciones de techno que encontramos el viernes en el stage 3 nos dejaron también algunos sets a destacar. Tras la actuación del dúo belga Joyhauser, con su característico sonido crudo y contundente aderezado con envolventes melodías, su compatriota Farrago tomaba el relevo cerca de las 3 de la madrugada, dejándonos una de las mejores sesiones de la noche . Una selección acertadísima, con tracks contundentes pero al mismo tiempo muy bailables y con una progresión perfecta, pasando desde los sonidos más hard para acercarse por momentos a otros más psy y dejándonos un final memorable a ritmo de ‘All Night’ de Danny L Harle y ‘Out of Time’ de Krampf, un broche de oro con claras influencias del sonido trance de los 90.

Volviendo al stage 2, tras el fenómemo Acraze y un poco de retraso en los horarios, llegó Oliver al escenario secundario para deleitar a los fans del neerlandés. Anteriormente ya había actuado en el mainstage bajo HI-LO, que ya sabéis que es donde está más enfocado actualmente, y ahora le tocaba defender el sonido que le llevó al estrellato. El set de Oliver fue súper disfrutable, sabiendo mezclar sus clásicos como ‘Gecko (Overdrive)’ o sus remixes al ‘Superfresh’ de Jamiroquai o al ‘Le Freak’ de CHIC con varios de sus nuevos temas como su versión junto a Nile Rodgers al mítico ‘I Was Made For Loving You’, la versión que hizo al bellísimo ‘Another Chance’ de Roger Sanchez o su release más reciente con Tchami y Anabel Englund, ‘Low’.

Y ya no es solo, es que aparte de sus temas lanzados bajo Oliver Heldens por supuesto también quiso poner tracks de HI-LO, ya que es donde se encuentra más cómodo ahora mismo en los escenarios. Eso sí, lo enmascaró tan bien que el set fue muy agradable y le dio mucho dinamismo, ya que esos drops de HI-LO le imprimían mucha más potencia y energía a la pista, pero durante los breaks aprovechaba para introducir acapellas de súper hits que todo el mundo de artistas como Rihanna, Madonna o por ejemplo el ‘You & I’ de Galantis, creando así mashups originales que hicieron del set de Oliver Heldens uno de los mejores del primer día de festival.

Fotografía: Edu Torralba

Otra de las actuaciones más esperadas por el público de A Summer Story era la de Dimitri Vangelis & Wyman, veteranos ya de este festival. Los suecos, que vieron su set mermado en casi 20 minutos, nos ofrecieron cerca de tres cuartos de hora de puro progressive house melódico en el que trataron de encajar un gran saco de IDs que trajeron bajo el brazo para estrenar en el festival madrileño. Como ya han manifestado en anteriores ocasiones, A Summer Story es uno de sus festivales favoritos y siempre reservan sus nuevas producciones para presentarlas aquí. Pese a no poder pinchar las 26 IDs que tenían preparadas, los suecos hicieron las delicias de las miles de personas que aún se concentraban en el stage 2 para disfrutar del amanecer con las melodías más épicas de la música electrónica.

Para el cierre se nos volvía a plantear el dilema de qué escenario elegir. Pese a que Miss K8 haría las delicias de los amantes del hard en el segundo escenario y Amelie Lens abarrotaba un stage 3 hasta la bandera, no podíamos resistirnos a despedir la noche apoyando el talento nacional en el set de Andrés Campo. El oscense, que ya llenó el escenario principal de A Summer Story hace tres años a las 9 de la noche, tendría en esta ocasión el gran honor de ser quien se encargase de clausurar la jornada del viernes. Una muestra más de cómo la carrera del artista no ha hecho más que crecer en este tiempo. Y Andrés lo volvió a hacer, esta vez dándonos los buenos días a ritmo del clásico ‘It’s A Fine Day’ con el que arrancó su sesión en la que no faltó el baile, el ritmo, sus característicos guiños old school y, cómo no, su recién estrenado remix a ‘Ringui Dingui‘ de Kase.O y SFDK ya convertido en todo un éxito.

Ya en el segundo día de festival y debido al problema acaecido con las fuertes rachas de viento, la actuación de uno de los platos fuertes del festival como era Tiësto peligraba, ya que después tenía otro compromiso. Debido a un cambio de vuelos creyendo que al final no se iba a realizar el festival, la leyenda de la música electrónica pudo actuar finalmente pero no completar todo el set que en principio estaba contemplado en los horarios, algo de lo que mucha gente no se enteró o no pudo llegar a disfrutar debido a todos los problemas de tráfico que había, quedándose con las ganas de ver a Tiësto en A Summer Story.

Tras él, llegó la sensación nacional del momento. El sevillano Wade se ponía por primera vez a los mandos del mainstage de A Summer Story y su set fue un chute de energía muy necesario tras todos los problemas que habían ocurrido durante la jornada del sábado. Wade por supuesto se centró en los sonidos tech house como es habitual pero sorprendió dejando detallitos de unos drops más potentes y cercanos al mainstage techno que tanto está de moda actualmente, creando un mix perfecto durante las casi dos horas que actuó el jefe de Criterio en el festival madrileño. Allá donde va Wade es prácticamente un éxito y en A Summer Story se volvió a comprobar que no hace más que crecer como la espuma.

Una vez acabó Wade le llegaba el turno a otro de los artistas que más ganas tenía el público de disfrutar en el mainstage el sábado. El danés Morten llegaba por primera vez a A Summer Story para contagiar el sonido Future Rave que abandera junto a David Guetta y eso es lo que hizo. Un set explosivo en el que no pudieron faltar temas como ‘Kill Me Slow’, ‘Dreams’ o ‘Detroit 3AM’ y en el que también aportó esa pizca de mainstage techno incluso subiendo al escenario a Danny Avila, artista que sin lugar a dudas es el referente de este sonido a nivel nacional desde hace algunos años. Si hablamos de referentes, Third Party son en la actualidad máxima referencia en lo que a la música progressive house se refiere. Los británicos repetían formato live en Madrid y en esta ocasión hemos de decir que completaron un show realmente interesante. Toda una oda a los clásicos del género pero perfectamente acoplada con vocales y mashups de hits más actuales donde tampoco faltaron varias vibes protagonizadas por Swedish House Mafia. Un set muy pero que muy divertido y con un ritmo bien logrado, algo que en ciertos géneros del mainstream se echa de menos.

Después del que fue uno de los momentos más bonitos y emotivos del A Summer Story con el estreno tan deseado por todos de Third Party en el mainstage, llegaba el turno de Mike Williams. Uno de los nombres referencia de la ola del EDM y big room volvía a hacer acto de presencia en la Ciudad del Rock y mostró que el público festivalero todavía vibra con el sonido más mainstream. Además le añadió esos toques comerciales con edits a famosísimos temas como ‘In da Club’ de 50 Cent que levantaba al público. Cerrando con sonidos más hardstyle para dar paso a uno de los grandes nombres de la noche como era Timmy Trumpet, Mike Williams hizo un set muy sobrio y eficaz.

Al mismo tiempo que Morten y Third Party se lucían en el escenario principal de A Summer Story, los amantes del techno comenzaban a llenar el escenario 3, en el que los sonidos más contundentes de la electrónica se darían cita el sábado. Allí estaba uno de los artistas nacionales con mayor recorrido, Cristian Varela. El madrileño, cuya actuación estaba prevista que durase una hora y cuarto, finalmente pinchó durante mucho más tiempo de lo esperado, finalizando el set cerca de las 3 de la madrugada. Un detalle que quizá influyó en su set ya que, si bien es cierto que la primera parte de la sesión de Varela llevó un ritmo adecuado y una selección acertada, el tramo final nos resultó algo monótono, saliéndose de la línea inicial.

A continuación tomaba el relevo Cera Khin, sin duda una de las artistas del género que más fama ha ido ganando en los últimos tiempos. Contundencia a raudales durante el set de la tunecina en el que no faltaron algunos tracks reconocidísimos como ‘Set The Trap’ de Asquith o ‘Lethal Industry’ de Tiësto y con un cierre magnífico a ritmo de un edit del clásico ‘Every You Every Me’ de Placebo que sacó una sonrisa a todos los presentes.

Tras Cera Khin el testigo lo tomó Hector Oaks con su sonido makina y techno, pinchando a vinilos y realizando un set súper entretenido como los que suelen caracterizar al madrileño. Posterior a él llegó la gran tralla del último día de A Summer Story por parte de los 999999999 y de I Hate Models, quienes suministraron la dosis de hard techno que pedía el público en el tercer escenario del festival, el cual estaba a rebosar mostrando que este sonido está más en auge que nunca.

Pero si hay un nombre que siempre va ligado a la jornada del sábado en A Summer Story, ese es indiscutiblemente el de DJ Nano y su Oro Viejo. Su emblemática sesión, ya convertida en todo un icono y en uno de los grandes atractivos del festival para los amantes del sonido remember, volvía a la Ciudad del Rock tres años después y Nano tenía claro que tendría que ser especial. Por ello, al madrileño no le tembló el pulso a la hora de enfrentarse a una sesión de sol a sol que, si bien es cierto que no llegó a las 12 horas previstas debido a los retrasos en la apertura del festival mencionados anteriormente, fue igualmente maratoniana y marcada por la emoción. A lo largo de la velada hubo momentos para acercarse a todos los rincones del género, desde aquellos más cercanos al techno y el característico sonido de Bonzai Records con tracks como ‘The House Of House’ o ‘The First Rebirth’, a otros más tranceros marcados por las conmovedoras melodías de temas como ‘Out Of The Blue’ o ‘For An Angel‘.

Como no podía ser de otra manera, en el tramo final de la sesión y con el sol sobre nuestras cabezas, Nano puso toda la carne en el asador y tiró de los clásicos entre los clásicos de Oro Viejo como ‘The Second You Sleep‘, ‘Let The Light Shine In’ o el himno de toda una generación, ‘Flying Free’. El reloj se acercaba a las 8 cuando con las emociones a flor de piel y rodeados de confeti, el ‘Lover Why’ nos indicaba, muy a nuestro pesar, que la fiesta había terminado y nos despedíamos de A Summer Story un año más. Parece mentira que una sesión tan larga se nos haga corta, pero lo cierto es que a muchos y muchas no nos habría importado en absoluto quedarnos a vivir en ese momento.

Este closing tan especial lo repartimos en tiempo, forma y fuerzas con el del mainstage, que tenía al astro del hardstyle Brennan Heart como protagonista. El holandés, una de las figuras clave de la música hard, se acompañó en esta ocasión del vocalista Jonathan Mendelsohn para completar un show de hora y media cargado de clásicos del hardstyle y con una amplia gama de la discográfica I AM HARDSTYLE. Pero, sobre todo y por encima de todo, una hora y media de derroche de energía por parte del ya veterano artista, que supo leer este closing como lo que era, algo muy especial para un público que en muchas ocasiones había aguantado varias horas para llegar al género que buscaban en A Summer Story: el hardstyle.


Ha sido una edición complicada, probablemente la que más de A Summer Story. No ha sido el regreso soñado tras dos años de parón, pero la organización del festival ha hecho todo lo posible por regalarnos dos días de júbilo y buenos momentos, algo que han conseguido con creces. Cuando repetimos cada año en A Summer Story es sobre todo por el sentimiento que nos invade al atravesar las puertas de la Ciudad del Rock para empezar el verano y eso es algo mágico que pocos festivales más tienen. Se acabó la edición del 2022 pero ya esperamos con ganas la del próximo año, porque el verano siempre empieza en A Summer Story.

Adrian Oller
Cofundador y redactor. Melómano, leonés y obseso de las cosas bien hechas. Imposible encasillarme en un sólo género. “Si quieres llegar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, camina en grupo”