Los festivales sostenibles toman cada vez más medidas para luchar contra la contaminación que generan dichos eventos
Cada vez que un festival de grandes dimensiones tiene lugar en un espacio abierto, son muchas las quejas que recibe la organización por parte de los vecinos de la zona. Por difícil que pueda ser remediarlo, los festivales y sus asistentes generan una cantidad de contaminación que puede llegar a impactar gravemente sobre el entorno. Sin embargo, las organizaciones se esfuerzan cada año más en imponer medidas que ayuden a reducir dicho impacto. En este artículo, hablaremos sobre la contaminación que generan estos eventos musicales, cómo se lucha contra ello y algunos de los mayores festivales sostenibles.
La contaminación generada durante estos eventos
Ya no sólo hablamos de basura, pero es un punto clave por el cual empezar. La gran parte de culpa de esto, no la tienen las organizaciones, sino los propios asistentes. Vasos, colillas, comida, accesorios… si miras al suelo durante un festival, puedes encontrarte toda clase de basura, por no mencionar el exterior de los recintos donde se suele hacer “botellón”, y donde por lo general nadie recoge sus botellas y bolsas antes de irse.
Otro gran problema es la contaminación tanto acústica, por los altos niveles a los que se encuentra la música, como lumínica, generada principalmente por las pantallas y los focos de luz. Pocos festivales se libran de la queja de los vecinos por el ruido generado durante la celebración del evento. Y no sólo las personas cercanas se ven afectadas por ello, sino también la fauna de los alrededores, incrementándose esto último por los desplazamientos masivos de gente en un corto periodo de tiempo.
Las medidas tomadas por los festivales
Afortunadamente, cada año son más las propuestas y medidas tomadas por los festivales para combatir la generación de esta clase de residuos. El ejemplo más común es la de obligar a sus asistentes a emplear vasos reutilizables free plastic, de manera que, en caso de desecharlo, deberás pagar por uno nuevo además de la bebida; además, en muchas ocasiones las barras están hechas de materiales biodegradables. Muchos festivales reparten tapones gratuitos para proteger los oídos de sus asistentes contra la contaminación acústica. También es muy común que los food trucks empleen cubiertos de madera y sirva la comida sobre cartón.
Algunos también han optado por la instalación de baños compostables. Cuando se tira de la cadena en los baños portátiles, se libera una sustancia química para ahorrar en agua y limpiar el residuo. Con esta clase de servicios, dicha sustancia química es transformada posteriormente en abono.
Algunos festivales sostenibles a destacar
Rampage Open Air
Son muchos los que a día de hoy pueden coronarse como festivales sostenibles. El año pasado se asistimos a la primera edición de Rampage Open Air, y su política de reciclaje era más que admirable. Nada más acceder al festival, se repartía a los asistentes un “eco-token” que debían entregar cada vez que pedían una consumición. La misma se vendía en formato de lata, de manera que después debería devolverse en la barra para recuperar la moneda; en caso de no recuperarla (por no haber devuelto la lata), 1€ extra se cargarían por cada consumición pedida sin la misma.
También, entregando una lata de redbull en una de las atracciones podías montar gratis, y un puesto patrocinado por Coca Cola intercambiaba bolsas de basura llenas por tokens para comida, bebida e incluso merchandise de la compañía.
Burning Man
Partimos de la base de que en Burning Man, siendo una “ciudad” tan inmensa la que se crea, sus asistentes se desplazan mayoritariamente en bici, estando prohibido desplazarse en otra clase de vehículos dentro del recinto. De hecho, Burning Man es el festival con política Leave No Trace más grande en el mundo, estando en el top de festivales sostenibles. No existe un servicio de limpieza post-evento. Son los propios asistentes los que deben recoger todos los residuos que generen en un corto periodo de tiempo: las tiendas, botellas, cenizas, madera usada, colillas, comida… incluso las bicicletas que han quedado abandonadas.
Existe además un equipo de voluntarios que educa y ayuda a los asistentes en problemas más complejos como derrames de aguas residuales. Si el equipo encuentra un problema, te avisan y te dan un tiempo para arreglarlo. Puedes solicitar su ayuda, pero si no lo arreglas, puedes llegar a buscarte un problema. Tienen incluso un mapa para indicar cómo debe ser el proceso de recogida dependiendo de las necesidades de cada zona. En verde, el impacto es muy bajo, por lo que la linea de recogida avanza a un ritmo normal y se recoge muy pocos residuos; en amarillo, se debe bajar el ritmo y recoger todo lo que se encuentre; y en rojo, el equipo debe pararse para hacer una limpieza a fondo.
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Secret Solstice
Ya hemos hablado de este festival en artículos anteriores, puesto que posee el ticket más caro del mundo de los festivales con un precio de un millón de dolares. Pero esta no es su única peculiaridad. El Secret Solstice, al ocurrir en (como su nombre indica) el solsticio de verano, aprovecha el día con más luz de todo el año como un empujón extra, puesto que ya de por sí utiliza la energía sustentable generada por el gobierno islandés.
DGTL
El festival que lleva 5 años ya en nuestro país, ha estado luchando por convertirse en uno de los festivales sostenibles más destacados del mundo. Durante sus años en Barcelona, han tomado medidas como el reciclaje de orina, esculturas hechas a partir del material recogido durante eventos de limpieza de playa organizados por el propio festival, eliminar la carne del menú para ayudar a reducir las emisiones de CO2 generadas por la industria cárnica o utilizar energía 100% proveniente de la red eléctrica de la ciudad (cuando la mayoría de festivales al aire libre utilizan generadores, convirtiéndose así en pioneros de la iniciativa).
Además, el DGTL lleva a cabo diversas actividades lúdicas enfocadas a promover la concienciación entre sus asistentes. EL DGTL Barcelona recibió en 2017 el galardón por ser el festival más sostenible de España en los BIME Premios Fest.
