El club de Chamberí celebra cuatro años con una cita antológica junto al maestro francés: cuatro horas de set, ovaciones del público y un viaje musical excepcional que quizá no volvamos a vivir en la capital
Hace cuatro años nacía The Bassement, un proyecto por aquel entonces nuevo y ambicioso que llegaba para dar un soplo de aire fresco a la zona más céntrica de Madrid, con un formato que hoy, desgraciadamente, no abunda: techo bajo, cabina cercana al público, gran sonido… En definitiva, un club muy club; de los de toda la vida. Un espacio íntimo, auténtico, sin postureo ni excesos.
Desde entonces, el club de Chamberí ha evolucionado sin parar. Cuatro temporadas en las que se nota el mimo, la atención al detalle y una apuesta constante por mejorar la experiencia del público por encima de cualquier otra cosa. Su programación, cada vez más cuidada, demuestra que construir marca y fidelidad en el clubbing actual pasa por poner al clubber en el centro.
Y así fue como BASSMNT decidió celebrar su cuarto aniversario: con una de esas noches que se graban en la memoria. Laurent Garnier regresaba a la capital más de un año después de su última visita. Lo hacía en el tramo final de su carrera, tras anunciar que le queda muy poco para retirarse y que sus últimas actuaciones serían en espacios íntimos, escogidos cuidadosamente según su visión actual. Todo eso hizo que lo del viernes se sintiera especial, incluso histórico. Hacía mucho tiempo que el DJ y productor francés, de 59 años, no actuaba en Madrid en formato club, y no es descabellado pensar que esta haya sido su última vez.
La cita comenzó con un impecable warm-up a cargo de Simon Garcia, un artista cuya música ya ha recibido apoyo de Garnier y que dejó a la pista en el punto perfecto para lo que venía. El gran protagonista de la noche apareció en cabina a las 2:00 y no la abandonó hasta las 6:00, firmando un set que superó con creces las tres horas previstas en el horario oficial. Una hora extra que hablaba por sí sola: el francés estaba disfrutando, y mucho. La conexión con el público fue total. BASSMNT estaba abarrotado desde el inicio, y la pista no dejó de bailar ni un solo momento, consciente de que estaba viviendo algo único e irrepetible.
El público, por cierto, era maduro, con una edad media más alta de lo habitual para este tipo de fiestas y horarios. En mis charlas con distintas personas pude conocer a gente de la misma generación que el propio Garnier, llegada desde diferentes rincones de España, y que viaja habitualmente por todo el mundo para seguir al DJ y productor parisino. Ojalá más jóvenes como yo hubiesen valorado su presencia en Madrid y se hubiesen animado a descubrir a esta leyenda viva de la electrónica; estoy seguro de que no se habrían arrepentido.

En cuanto a la producción y el sonido, BASSMNT volvió a demostrar por qué se ha ganado el respeto de tantos. Su reciente reforma ha potenciado aún más la experiencia, y la noche del viernes sirvió como prueba definitiva. Laurent Garnier brilló con un set que, como es habitual en él, trascendió géneros y navegó entre house y techno con ese groove y esa narrativa tan suya, capaz de mantener al público en vilo durante horas. Una selección musical simplemente exquisita, con piezas como ‘Mental Help’ de Gonçalo, ‘Carrousel’ de DCLVIII OFC, o su propio clásico ‘Wake Up’. Fue todo un viaje en el que Garnier hizo lo que quiso con nosotros: nos hizo bailar, nos emocionó, nos dejó boquiabiertos… Todo ello con su estilo serio y concentrado desde la cabina, manteniendo esa excelencia que nos hace llamarlo «leyenda» a día de hoy.
Y no es de extrañar que la pista respondiera con total entrega. Ovacionó al artista en varios momentos de la noche, especialmente con ‘Even Rome Wasn’t Built in a Day’ y tras el épico cierre, con ‘Knights of the Jaguar’. Fue una de esas fechas en las que la música habló por sí sola. Garnier no necesitó palabras ni gestos grandilocuentes para conquistar la sala: bastó su elegancia, su experiencia y una sensibilidad musical perfecta. Más que una sesión, fue una auténtica lección de clubbing y una demostración de por qué sigue siendo una figura irrepetible dentro de la historia de la música electrónica.
Solo podemos dar las gracias: a Laurent Garnier, por regalarle su música y su maestría una vez más a la ciudad de Madrid, y a BASSMNT, por ofrecerle el escenario perfecto. Y recuerden, esto no acaba aquí: la segunda parte de este aniversario tendrá lugar el sábado 25 de octubre con otra de las leyendas de la música electrónica, Carl Cox, cuyo evento ya está sold out a más de dos semanas de su celebración. Nuestra enhorabuena a BASSMNT por estos cuatro años de historia, dedicación y pasión por la música y el clubbing; ojalá vengan muchos más.
