El nombre de Gaston Zani se está consolidando en la escena de la música electrónica en los últimos meses. Donde quiera que va, triunfa, y esta vez no fue la excepción, logrando un sold out en Input días antes del evento. Se enfrentaba a un desafío crucial para cualquier DJ, construir musicalmente una noche entera desde el principio hasta el final. Al iniciar, la pista está vacía, tienes toda la noche por delante y el poder de llevar al público en un viaje a través de una gran variedad de géneros musicales, pasando por diferentes intensidades. Con 20 años de trayectoria a sus espaldas y mucha experiencia adquirida sabiendo manejar el público a su antojo, el artista nacido en Argentina nos deleitó con una noche que va a ser recordada durante años por muchos de los asistentes.
El evento de Prism abrió puertas a las 00h. Pudimos observar como muy rápidamente se llenaba la sala de sus más fieles seguidores que no querían perderse ni un minuto del set. La progresión musical fue más que evidente. Gaston nos ofreció un viaje por todo el recorrido musical de su carrera. La noche empezó con tracks propios de su anterior estilo más enfocado en un techno raw, hipnótico, con algunos toques de peak time. Escuchamos temas de artistas como Tiger Stripes, Kaiserdisco y uno de sus máximos referentes, Sam Paganini.
La cosa poco a poco se fue calentando y sobre las 2 de la mañana no cabía un alfiler en este mítico club de Barcelona. El antiguo residente de la sala Sonora en Bilbao supo leer la pista a la perfección y decidió apretar el acelerador. Los asistentes estaban totalmente sumergidos en su set y recibieron de muy buen agrado este incremento de intensidad, al empezar a navegar entre tracks del estilo actualmente más reclamado, el hard techno. Uno de los momentos más recordados de la noche fue cuando puso su colaboración con la leyenda del hardcore, Angerfirst. El track llamado ‘The Dark of the Night’ hizo estallar al público que estaba deseando escuchar ese tema una vez más en directo.
Conforme avanzaba la noche, las paredes de Input empezaron a temblar con lo que ya es un clásico dentro de sus sets, sonidos hardstyle y hardcore que crearon una atmósfera única para todos los asistentes. El momento más emotivo de la noche se vivió en el cierre cuando Gaston rompió a llorar al subirse en la mesa de cabina a agradecer a todas las personas que presenciaron su all night long, y en especial a su equipo de trabajo, con el que se fundió en un eterno abrazo después de haber conseguido un hito tan importante en su carrera. Sin duda fue una noche mágica, difícil de olvidar.
