Un año más, hemos tenido el placer de acudir al Paellas Live Festival de Alicante. Para el que no lo conozca o no sepa de que va la cosa, es uno de esos festivales universitarios, donde cada uno va con la gente de su carrera, entra su bebida, y pasa allí todo el día. O por lo menos, eso es lo que era hace unos años.
El cartel ha pasado de estar formado por artistas locales, a incluir a Djs de primera talla mundial. Esto ha tenido sus puntos a favor y sus puntos en contra. El evento ha pasado a ser algo local y de un precio reducido, a ser un festival importante que si, ha incrementado su precio, pero no será esto una queja cuando casi 20.000 asistentes abarrotaron los tres escenarios el pasado 28 de marzo.
Al festival acudimos con miedo, conocemos el público alicantino universitario, y tener un escenario de música comercial, y otro dedicado al indie y rock, siempre puede restar afluencia en el “electronic stage“, y más aún si el cabeza de cartel es un dj, de los más importantes si, pero tan específico como Angerfist.
El festival abrió sus puertas a las 11 de la mañana (aquí somos de beber prontito) y la primera actuación fue a las 11:30. La música en los escenarios de electrónica y música comercial no comenzaba hasta las 12:45. Este fue el punto negativo que creímos ver antes de acudir al evento, y con el que nos llevamos un ‘zasca’ importante. La actuación matinal de Beret, llenó literalmente el escenario central, lo que hizo que una vez acabada, la gente se repartiera por el recinto, dejando una muy buena imagen en el escenario de electrónica antes incluso de empezar a sonar la música.
El encargado de abrir este escenario fue el madrileño Jake Rello quien nos dio una lección de como pinchar a primera hora sin perder su estilo. Un detalle que nos gustó mucho fue el cambio final en su sesión, acercandose a los sonidos más techno, estilo del siguiente artista. Nhitto se encontró con la dificultad de ser el único artista underground del cartel, pero conocerse a la perfección el público alicantino desde MetroDance Club, tiene sus ventajas. No soy un experto en techno, pero si se cuando una sesión está bien llevada, y se que quién terminó de darle el color necesario a la pista, fue el.
Llegó el turno de Subshock & Evangelos, quienes ya han venido a este evento en varias ocasiones, y conocen a la perfección lo que se encontrarían. Fue una sesión muy dinámica y cargada de energía, en la que por supuesto no pudo faltar ‘2BAE‘, su último trabajo que salió a la venta por el sello de Steve Aoki. Un cambio interesante fue la entrada al escenario de Gomad! & Monster. En formato live, y ya en el escenario de electrónica (el año pasado cerraron el escenario live) repitieron el éxito de la pasada edición. Esa combinación de música electrónica con tintes rock, y con instrumentos físicos, siempre son un acierto en el público de Paellas.
Llegábamos a las 16:30, y estaba todo llenísimo. Nos encontramos bastante sorprendidos de la cantidad de gente que se encontraba en el escenario de electrónica, y sobretodo, la cantidad de gente que venía con ropa de Central, Masters Of Hardcore, y obviamente de Angerfist. No sabíamos la gente que iba a poder aguantar el ritmo del holandés, pero si nos dimos cuenta de que había atraído a más público de lo que pensábamos.
Era el turno de Sandro Avila, otro de los djs que repetía, y que no dudó para meterse a la gente en el bolsillo. Se encontró a un público entregado, y aun los puso más a tope. Demostró como es uno de los djs más en forma de nuestro país. Nos gustó mucho como en la parte final el hardstyle se apoderó del set durante un buen rato, a sabiendas de quien era el headliner del festival. Su sesión se alargó más de lo que estaba programado, y volvimos a ver a Jake Rello en la cabina. Esto fue durante unos minutos, y es que por lo visto Kursiva tuvo unos problemas para llegar, pero en seguida se puso a los mandos. El cordobés es uno de los estandartes del drum and bass español, y esto se hizo notar desde el primer minuto de su set. Además pudimos disfrutar de su último tema, ‘Ice Cold‘ que salió recientemente en el sello Eatbrain.
La siguiente actuación era una incógnita para nosotros, y es que no conocíamos a JDJ Trastero, pero en seguida nos dimos cuenta de que venía fuerte. Una amplia trayectoria en las cabinas, y sonidos hardstyle y hardcore, fueron la ante sala perfecta de lo que cerraría el festival.
Eran ya las 19:30 de la tarde, y venía el momento álgido del evento. Un festival universitario había conseguido traer al número uno del hardcore mundial, y eso podía tener dos caras. Podría ser demasiado para un público no tan especializado como en otros festivales. Pero está fue la mayor sorpresa de todo el día. Aún venía más gente desde los otros escenarios. La verdad, nunca habíamos visto tanta gente estar hasta el último minuto en el escenario de electrónica, prácticamente lleno.
Obviamente, Angerfist no defraudó a sus fieles seguidores. Hora y media del holandés dan para mucho, y pudimos disfrutar de un set de locura. Temas como ‘Creed Of Chaos‘ o ‘Hoax‘ de su último álbum, o ‘Tournaments Of Tyrants‘, el anthem de Masters Of Hardcore, retumbaron por todo el recinto ferial de Rabasa. Un set que a pesar de sus largos 90 minutos, a todos allí se nos hizo corto, nadie quería irse. El propio Angerfist reconocía después en sus redes que no se esperaba esto y lo impresionante que había sido.
Es el tercer año que acudimos como prensa a este evento, pero a título personal, un servidor no falla desde 2011. Es impresionante ver como un evento universitario así ha crecido tanto, consigue traer a estos artistas (no solo hablamos de la electrónica, gente como Bad Gyal, Beret, Boikot o Varry Brava estaban en los otros dos escenarios), con una producción de 10, y un ambiente completamente festivo. Si el objetivo es hacerse ver en toda España, sin duda este es el camino. Veremos que nos tienen preparados para 2019.