El chalé de Bigastro sorprendió con una puesta en escena sin precedentes acorde con la ocasión y un line up que marcó su larga historia como referentes nacionales
Estas vacaciones de Semana Santa hemos cambiado la túnica, el tambor y las saetas por nuestro outfit más raver, el abanico y el techno más selecto del momento. El pasado 14 de abril volvimos al espacio de confianza de los amantes de la electrónica mediterráneos, volvimos a Metro Dance Club. Bajo su concepto ‘Passion Metro’, el complejo congregó a cinco artistas internacionales y a su ovacionado elenco de residentes en una noche que marcó los corazones de todos los allí presentes.
Con su sound system renovado, cuatro salas activas divididas en dos plantas rebosantes de techno de todos los sabores y colores y un mar de sonrisas entre su dedicado público, comenzamos nuestra noche con el destructivo francés Airod. Conocido por su impecable trayectoria estrechamente ligada a la belga Amelie Lens, el productor se ha convertido en una de las piezas claves de las marcas Exhale y Lenske Records.
Ya conocíamos su versatilidad a los platos, pero una vez más Dario nos sorprendió creando la atmósfera idónea para calentar al máximo el Dance Floor con un set que vibró con influencias de todo tipo pero con la vertiente más cruda del techno como base. Tracks como ‘World Of Strobe’ nos permitieron disfrutar de la versión más cercana a las características warehouse raves del resto de Europa. Le relevaría más tarde la leyenda inglesa Ben Sims, que con su incansable y mítico estilo dio una presentación magistral bajo los neones rojos de la sala.
Amelie Lens arrasa con todo en su visita debut a Metro Dance Club
Tampoco pudimos evitar pasarnos un rato por el Living Room, el rincón preferido de los apasionados de lo melódico. Artistas como el residente Sarabia o José Rives emocionaron con su selección de temas más certera. Bajando las conocidas escaleras de la sala, unos metros más abajo estaban mano a mano Irregular Live y Luca Fabiani repartiendo groove en el stage más imponente de la noche, el Patio. El dinamismo de su sesión contrastó a la perfección con las tres imponentes cruces de luces acompañadas de hipnotizantes láseres que dieron el toque excepcional al Jueves Santo de Metro.
A partir de las cuatro, uno de los lives más esperados hizo su entrada triunfal en el ostentoso escenario. Anfisa Letyago aterrizó en el núcleo del chalé con un estilo sin igual que le ha hecho ganarse al público de medio globo. Le llovieron los silbidos, aplausos y ovaciones por todas partes a la que hace nada era una prometedora estrella y que hoy, ostenta un nombre que todos conocen.
Metro Dance Club nos hizo creer una vez más. Nos hizo sentir la esencia y el poder sobrenatural de nuestra escena y nos rodeó de artistas y de personas que disfrutan de ella como si de una religión se tratase. Con todo solo nos queda decir…¡Larga vida a Metro Dance Club! Amén.
