MAUDES Festival es una de las propuestas más ambiciosas y aplaudibles de la escena madrileña post-pandemia. Este pasado fin de semana se ha celebrado la tercera edición del festival, a cada cuál más grande. 2023 debía ser el año de la confirmación del evento como uno de los grandes, y la organización ha hecho todo lo posible por ello. No sabemos bien si el evento ha cumplido las expectativas que todos teníamos puestas en él, ya que si bien ha sido muy pero que muy interesante a nivel musical y visual, sigue teniendo ciertas aspectos mejorables que también tenemos que analizar.

Autocine, estadio Metropolitano, y ahora IFEMA. MAUDES Festival probaba este verano su tercera ubicación en tres años. Y este, el de la ubicación y el recinto, es quizá el punto más criticable de lo que hemos vivido este fin de semana. Un festival (y más hoy en día) se basa en la experiencia y en los detalles, un apartado que por ejemplo en redes sociales, MAUDES cuida al máximo desde hace meses y que ponia el listón muy alto.

Y es que, al recinto quizá le faltaba un poco de alma e identidad. Y sombra Es complicado a día de hoy entender un evento en Madrid en julio sin sombra, algo que hizo que los primeros djs en salir a la palestra en ambas jornadas apenas tuvieran unas decenas de seguidores frente a ellos en la pista. Las altas temperaturas, una pista de cemento, sin césped (ni artificial ni natural) y la nula presencia de ambientación o detalles, daban como resultado un ambiente un poco desangelado. Eso sí, el funcionamiento del festival fue perfecto en el resto de puntos: Accesos, baños, barras, diferentes propuestas de restauración, zonas VIP… Todo fluyó con normalidad y acierto, tanto en la jornada del viernes como en la del sábado, siendo esta última la más exitosa en cuanto a asistencia.

MAUDES decidió (en mi opinión, acertadamente) dividir su line-up por géneros musicales: Viernes, techno (y derivados), y sábado, ritmos melódicos. Estamos por tanto ante dos públicos muy diferentes entre si, con diferentes necesidades y, por qué no decirlo, diferente poder adquisitivo. No sabemos si este hecho afectó mucho o no tanto a la asistencia de la jornada del viernes, cuyo público era más joven. Musicalmente, eso sí, ambas noches fueron muy divertidas. El viernes pudimos vibrar con casi cinco horas del mejor techno y hard-techno del panorama nacional e internacional. Regal, SNTS y 999999999 fueron los grandes protagonistas de una montaña rusa de emociones conducida por los BPM más altos.


El apartado sonoro, muy correcto bajo nuestro juicio, ponía también su granito de arena para que los oídos más exigentes del género quedaran sobradamente satisfechos. La pasión de estos sonidos tan contundentes que ahora mismo domina el panorama club en la actualidad navegaba a sus anchas por la pista, y los tres artistas mencionados anteriormente hicieron todo lo necesario, cada uno con su toque especial que les hace ser de los artistas más reclamados y populares del género, para que IFEMA respirara el ambiente clubbing más actual.

La interesante producción audiovisual de MAUDES alcanzó su máximo en la jornada del sábado, una noche claramente protagonizada por el alemán Paul Kalkbrenner, gran reclamo del festival y en cuyos hombros recaía buena parte del éxito del mismo. El veterano productor y DJ es uno de los artistas con mayor poder de convocatoria, y sin duda también el gran acierto del cartel de MAUDES Festival 2023. Que el set de Paul era especial quedó claro con el espectacular y casi inaudito juego visual de lásers reservado por y para su actuación. Una producción que involucraba todo el escenario, incluidos los ojos de la cabeza que comandaba el stage, algo que nos pilló casi por sorpresa y nos encantó. Un gran aplauso en ese aspecto a toda la organización.

Antes de ese momento, la jornada del sábado nos había dejado mucho más. Al acceder al recinto (e intuir que el ambiente iba a ser mucho más numeroso que el viernes) pudimos echarnos un primer baile con Karretero y Raúl Pacheco, dos grandes e infravalorados djs de nuestro país, que lograron rápidamente hacer entrar en calor a todo el personal. A continuación, llegaba el momento para los más románticos del festival con el live de Monolink. El virtuoso artista realizó todo un concierto cargado de emoción y melodías, un show de lo más exclusivo y un atardecer histórico que disfrutamos muchísimo.

También fue de lo más divertido el set de Chelina Manuhutu, otra de esas djs con las que nunca te aburres. El tech-house más bailongo hizo su aparición en un set diferente y que rompió la tónica habitual de la jornada del sábado, algo que se agradeció bastante. De hecho, en un primer momento nos pareció un poco extraña la ubicación del slot de Chelina (warm-up a Kalkbrenner), pero la dinámica dj, con la que nos citamos en backstage para vernos de nuevo este verano en Ibiza, supo ejercer este rol a la perfección sin perder su toque y carisma.


Y llegó el momento. Móviles en el aire y gritos por doquier para recibir a nuestro amigo Paul. Tan relajado como siempre, con pantalón de chándal y camiseta del mundial de España 82′ elegida para la ocasión, y su cajetilla de cigarros recién abierta, todo estaba en orden y preparado para que comenzara el plato fuerte del fin de semana. De todos es sabido que el bueno de Paul no varía su set casi ni un ápice, pero es como esa peli que tanto te gusta y no te cansas de verla repetida una y otra vez. Te sabes los diálogos y el final, pero lo disfrutas como si la vieras por primera vez porque tiene una magia especial. Eso es el set de Paul Kalkbrenner, donde no faltó ninguno de sus grandes éxitos como ‘Sky and Sand’ o ‘Feed Your Head’, que cantaron todos los asistentes a pleno pulmón bajo una lluvia de confeti.

Tras el éxtasis vivido con el alemán, llegaba el turno del bueno de Joris Voorn. El neerlandés sacó su faceta más agresiva pero sin perder esa esencia melódica que le caracteriza, algo que no estamos acostumbrados a ver de Joris pero que siempre es bienvenido. Esta vez no puso ‘Ringo’, que posiblemente sea el tema que más le caracteriza, pero hizo bien ya que el ritmo del set no invitaba a ello y no era plan de meterlo con calzador. En su defecto, cerró su set y el festival con su bello edit al clásico ‘With Or Without You‘ de U2, poniendo el broche de oro a una edición de Maudes que, pese a que todavía tiene margen de mejora (recordad que es un festival de tan solo tres años, y el primero celebrado de aquella manera por la pandemia), lo coloca como una de las apuestas fuertes de cada año en la temporada veraniega de Madrid.

Adrian Oller
Cofundador y redactor. Melómano, leonés y obseso de las cosas bien hechas. Imposible encasillarme en un sólo género. “Si quieres llegar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, camina en grupo”