Amsterdam Dance Event es muchas cosas, pero sobre todo es una vorágine casi caótica de eventos y propuestas. Para los amantes del clubbing es sin duda un evento imprescindible, pues en ADE podrás encontrar de todo y perderte en una de las ciudades culturalmente más atractivas del mundo de evento a evento durante cinco o seis días casi sin parar. Hablaremos en diferentes crónicas de lo que ha sido ADE 2024 (tanto a nivel festival como a nivel networking), pero en esta primera nos tenemos que parar en uno de los festivales de gran formato más importantes que acogía esta edición de ADE: la versión warehouse del conocido festival Dockyard.

La marca holandesa está de aniversario y no cabe duda que el sábado de la semana del ADE es un buen día para celebrarlo. Para ello Dockyard nos proponía un festival dividido en dos recintos, prácticamente dos festivales paralelos. Nosotros pudimos asistir a la gran apuesta de la marca, el celebrado en formato warehouse en una antigua fábrica de armas de la Segunda Guerra Mundial. El espacio, el recinto y el vibe sin duda es lo primero que nos llamó la atención. Un ambiente muy europeo, un lugar casi recóndito y el habitual cielo gris de Amsterdam lograron crear un aura perfecta para un festival de estas características, que fue de la mano de la tónica musical propuesta.


DOCKYARD Warehouse se dividía en cuatro stage y una amplia zona común donde podíamos encontrar variadas zonas de restauración y otros servicios como los lockers, un must ahora mismo en todos los clubes y festivales de Holanda. La organización, impoluta, consiguió que todo funcionara perfectamente rodado y el aforo, para nada exagerado, era ideal para disfrutar al cien por cien del festival. Su horario diurno, algo también muy habitual en Centroeuropa, hizo que apenas a las 14:00h numeroso público ya empezara a llegar al recinto, situado al noroeste de Ámsterdam.

Las marcas HE.SHE.THEY, afincada en Londres, y Upperground, fundada por ARTBAT, tenían gran peso en esta parte del festival, protagonizando las dos áreas más grandes del mismo. Laboratory y Warehouse eran los otros dos espacios. La tónica general del recinto quedaba plasmada a la perfección en este último. Naves industriales abandonadas, vigas oxidadas y cemento, mucho cemento, daban lugar a un increíble espacio de baile. Esta estética distópica se unía a una interesante y variada apuesta musical en los cuatro stages.

La propia organización lo tenía claro, esta edición de Dockyard Warehouse se centraba en las tendencias musicales dominantes en la escena electrónica actual, así como en presentar otras apuestas que dominarán en la electrónica del mañana. Después de vivirlo en primera persona podemos confirmar que su programación fue un acierto. Nos encontrabámos ante una propuesta en la que estaba presentes artistas actuales tan populares como Indira Paganotto, SNTS, Cera Khin, KAS:ST, ARTBAT así como nombres menos populares a nivel global pero con gran repercusión en sus escenas, como The Lady Machine, Phara, Stranger, Effy o Grace Dahl.


Aunque se encontraba en la periferia de Amsterdam, a diferencia de la gran mayoria de eventos que se encontraban en la programación de Amsterdam Dance Event, presentaba diferentes formas de llegar a la localización. La organización proporcionó autobuses desde dos ubicaciones, estación de Sloterdijk y estación de Zaandam, por un precio de 10 y 5€ respectivamente, el mismo billete te servía para la vuelta. Ir en bicleta también fue una de las formas más comunes por parte del público para asistir al festival, pudiendo coger un ferry que les hacía cruzar a una zona a tan sólo 5 minutos de este.

Como comentamos antes, musicalmente hablando Dockyard Warehouse Festival es una opción para aquellas personas que estén adentradas en la electrónica de baile, ya sea con un tono más mainstream o corrientes más cercanas al tono underground, siendo el escenario Laboratory quien más acogía estas últimas. Este escenario nos dejo dos destacados B2Bs, The Lady Machine junto a Fadi Mohem y Stranger junto a Phara, siendo de valorar por parte del festival el poder disfrutar de uniones no tan comunes. Esto acontenció al destacado cierre del holandés Colin Benders, como siempre con el formato live modular que tanto le caracteriza y que le ha hecho ser reconocido como uno de los acts más interesantes de la escena techno.


En cuanto a los otros escenarios, SNTS volvió a demostrar en el main stage porque es de los mejores en la corriente hard techno actual, pero en la de verdad, no en las que muchos y muchas encajan a ciertas apuestas de hard dance. Indira Paganotto fue otra de las artistas más destacadas del festival, confirmando su gran poderío en Europa y el gusto del público por los sonidos psy trance y contundentes.

En cuanto al Warehouse, destacar la gran acogida por parte del festival a DJ Gigola, Partiboi69 y LB aka Labat, confirmando lo tendencia que es este tipo de electrónica rápida y desenfadada, en la que se apuesta por la inclusión de diferentes géneros. Como era de esperar, Upperground también copó buena parte de la atención del público allí presente, con una de las propuestas audiovisuales más potentes de todo el festival (en la que los visuales se generaban en directo, además de un juego de iluminación de primer nivel) y con especial protagonismo de KAS:ST, Kölsch y ARTBAT, con el gran recibimiento del sonido melódico por parte del público holandés.


La producción del evento era un contraste claro entre lo minimalista en el caso de Laboratory y lo tecnológico-futurista en Upperground. El contraste entre áreas era manifiesto y palpable si bien la oferta global maridaba a la perfección y permitía adaptar la tónica musical a las apetencias de cada persona en cada momento de la fiesta, extremo que se veía reforzado por la presencia de artistas de primer nivel en todos los stages especialmente en las últimas horas de la tarde.


A nivel organizativo, cabe destacar la gran agilidad que demostraban tanto barras como aseos, la limpieza en general del recinto y la rapidez y facilidad para desplazarte entre stages y zonas de descanso y restauración. Dockyard ha demostrado ser una opción diferente a las propuestas más típicas de ADE, y ha resultado todo un acierto encajar un festival de gran formato en las jornadas finales del evento de electrónica más importante a nivel mundial.

En cuanto a lo musical, la gran variedad que presentaba el line up fue todo un acierto ya que en una escena que cada vez se concentra más en géneros y artistas con apuestas musicales muy concretas, hecho especialmente agravado en ADE, la posibilidad de disfrutar de diversos géneros en un mismo recinto y con propuestas tan diferentes entre sí se convierte en una opción muy interesante tanto para clubbers a los que les atraen diferentes propuestas musicales como para grupos en los que no hay un denominador común.

¡Hasta el año que viene!

Adrian Oller
Cofundador y redactor. Melómano, leonés y obseso de las cosas bien hechas. Imposible encasillarme en un sólo género. “Si quieres llegar rápido, camina solo. Si quieres llegar lejos, camina en grupo”