Llevábamos dos días sin parar, y hoy por fin teníamos la tarde libre. En Ibiza hay muchas cosas que hacer, y muchas calas que visitar, así que el descanso, lo dejaríamos para el viaje de vuelta. En esta última noche, nos tocaba visitar la que quizás es una de las discotecas más míticas del mundo, Pacha Ibiza.

Los jueves en Pacha tienen un dueño, y desde hace mucho tiempo, el F*** me I’m Famous de David Guetta es una de las fiestas más importantes de la isla. La discoteca lleva siendo el feudo del francés desde hace mucho tiempo, y siempre es uno de los eventos más demandados por los visitantes. Nosotros no teníamos muchas esperanzas puestas en la noche, pero al final, nos llevamos la sorpresa.

Llegábamos a Pacha a eso de la una de la mañana. Nos sorprendió mucho no ver ambiente por la calle, y más en la zona donde se encuentra el club. Esto en la península hubiera tenido una zona bien amplia dedicada al botellón, aquí esto prácticamente no existe. Nada más entrar nos dimos cuenta de que Pacha es Ibiza. Aun con la última reforma hecha, la discoteca mantenía ese aspecto blanco ibicenco tradicional, con paredes que nos recordaban a cualquier casa payesa. Si tenemos que ponerle un pero a la última reforma, es que hay demasiada zona de reservados tras la nueva cabina, y eso resta un poco de pista de baile.

Al llegar, el francés Klingande ocupaba la cabina. Un house muy fresco servía para ir moviendo a la gente hacia la el centro de la pista. Nos dimos cuenta nada más echar un vistazo, que el público hoy era distinto. Más español, más “posser”, y es que allí había demasiada gente esperando a Guetta, más que prestando atención al dj que nos hacía bailar en ese momento. Llegó David Guetta a la cabina, y la gente enloqueció. El francés suele ser un dj bastante carismático, y si una cosa hemos aprendido viéndole, es que da a l público, lo que el público quiere, y eso también tiene su mérito.

David Guetta y Pacha

La primera parte de la sesión, arrancó como nos esperábamos que sucediera. Los temas más comerciales (si, incluyendo el ‘Bum Bum Tam Tam‘ y ‘Scooby Doo Pa Pa‘) y las nuevas colaboraciones de su álbum fueron el eje principal de este inicio. Pero conforme avanzaba la hora y pensábamos que no habría marcha atrás, todo cambió. ‘Drive‘, su colaboración con Black Coffe fue el detonante de todo esto. A partir de ese momento, los temas de Jack Back, se sucedían uno tras otro. Mucha gente allí no entendía muy bien ese cambio, pero nos alegramos de ver como muchos otros esbozaban una gran sonrisa. La música volvió a cambiar, y nos volvió a agradar, habíamos pasado a la etapa “Old Guetta” y esto también gusta. ‘Memories‘, ‘Sexy Bitch‘, ‘Love Is Gone’ incluso ‘The World Is Mine‘ fueron los temas que más disfrutó la gente. Guetta no quería quedarse aquí, y en un penúltimo giro musical cambió hacia el R&B, algo que nos descuadró un poco al principio, pero que en seguida vimos como fascinó al público extranjero. Estos temas americanos se entremezclaban con electrónica, y hacían de esta parte de sesión algo muy fresco que no esperábamos y que nos gustó bastante. Para acabar el set volvió a la parte más comercial, pero esta vez tirando de un big room bastante cañero, y progressive para cerrar. Guetta había demostrado en un par de horas, que seguía sabiendo mezclar, que pocos enganchan al público tanto como el, y que le ocurre como a muchos equipos de fútbol, en casa juega mejor.

Durante toda la sesión, pudimos ver que la combinación David Guetta y Pacha no es solo cosa de música. El espectáculo que allí se crea es digno del mejor cabaret. Unas veinte bailarinas, que nada tenían que ver con lo que acostumbramos a ver en las discotecas. Un show sugerente y atrevido, que iba acorde con la música que escuchábamos en cada momento.

David Guetta y Pacha

Para cerrar la noche y nuestra estancia en Ibiza por este 2018, nada mejor que JP Candela. El español supo llevar hacia su terreno, lo alto que había dejado el listón Guetta. Los temas progressive más festivaleros que le hemos ido viendo pinchar este verano, se hacían fuertes en Pacha. Fue un poco ridículo, ver como muchos de los asistentes, se marcharon tras acabara el francés, y no se quedaron a lo que fue una sesión impecable de JP Candela.

Tras el cierre, y ver como el suelo y las paredes estaban llenas de confeti, la gente que allí quedábamos no nos queríamos ir, y lo bien que nos lo habíamos pasado estos tres días, fuimos conscientes que tocaba volver a la realidad, y marchar al aeropuerto. Tocaba decirle a Ibiza, de parte de Wololo Sound, que hasta el año que viene.

 

Danni Keels
Cofundador de este rinconcito | Afortunado de no discriminar ningún género y poder apreciar la música sin etiquetas