DJs, promotores y clubbers consideran que este distintivo ayudará a proteger y asegurar la supervivencia de la cultura techno en la capital alemana.

Berlín es considerada por muchos como la capital del techno y de la cultura rave, la meca a la que todos los amantes del género se proponen peregrinar al menos una vez en la vida.

Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los locales están comenzando a preocuparse por una escena que puede verse amenazada por diversos motivos como el impacto negativo de la pandemia, el incremento del valor de los inmuebles en la ciudad o la gentrificación. Tanto es así que se estima que alrededor de 100 clubs han cerrado en la última década.

Que en Berlín la cultura techno es valorada y defendida a capa y espada no es novedad. Como ya os contamos hace unos meses, el pasado mes de mayo se aprobó que los clubs fueran consideradas instituciones culturales en lugar de lugares de ocio, equiparándose así a las salas de conciertos.

Berlín declara a los clubes como instituciones culturales

En esta ocasión se busca ir un paso más allá con una nueva campaña de la mano de Rave The Planet, una asociación sin ánimo de lucro formada por artistas, ravers y empresarios, incluyendo al promotor del festival Love Parade, Dr. Motte. Su objetivo es presionar a las autoridades alemanas para que soliciten el estatus de patrimonio cultural inmaterial concedido por la UNESCO.

Pero, ¿qué es esto de patrimonio cultural inmaterial? De acuerdo con este organismo de la ONU, el también llamado “patrimonio vivo” engloba aquellas prácticas, expresiones, saberes o técnicas transmitidos por las comunidades de generación en generación y que proporcionan un sentimiento de identidad y de continuidad. El flamenco de España o el reggae de Jamaica ya han sido declarados como tal y desde Rave The Planet están convencidos de que la cultura techno berlinesa también lo merece.  

¿Por qué tanto interés en conseguirlo? ¿Realmente ayudaría en algo? La respuesta es sí. Esta declaración es mucho más que un mero distintivo y supondría una serie de beneficios, tanto sociales como legales y fiscales. Por un lado, tiene un efecto simbólico que ayudaría a legitimar su valor y crear conciencia de que el techno ha pasado de ser un movimiento de nicho para convertirse una manifestación cultural en toda regla, que merece protección y atención tanto por parte del público como de las autoridades.

Por otro lado, esto se traduciría en más subvenciones y fondos para la apertura y el mantenimiento de los clubs, que pasarían a estar protegidos como monumentos culturales y tendrían una protección adicional en materia de leyes de planificación urbanística.

Sin duda, un reconocimiento más que merecido y una iniciativa envidiable que reclama la importancia de la música electrónica como ya nos gustaría ver en nuestro país. La seguiremos muy de cerca y esperamos que logre su objetivo. Por el momento puedes colaborar o consultar todos los detalles de la campaña haciendo click aquí.

Cris Pascual
Escucho música desde que tengo uso de razón y me lo bailo (casi) todo. En ocasiones veo BPMs.