Los responsables de las salas barcelonesas admiten que hay fondos buitre interesados en comprarlas

La pandemia ha cambiado todo lo que conocíamos hasta el momento para someternos a una “nueva normalidad”. Uno de los sectores más afectados y comentados de los últimos días ha sido el del ocio nocturno y espectáculos, que pese a garantizar una buena organización en su trabajo para ejercer, se han encontrado con un gobierno tajante con las restricciones. Sin actividad de ningún tipo, muchas de las salas de conciertos y discotecas ya están bajando las persianas de forma definitiva.

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Los últimos candidatos a cerrar sus locales son dos de los nombres más míticos de la ciudad condal: las salas Apolo y Razzmatazz. Tras una entrevista concedida a la emisora de radio catalana RAC1 donde también aparecen declaraciones del director de la sala Luz de Gas, sus respectivos responsables admiten que si en medio año no pueden retomar su actividad, probablemente no podrán soportar el endeudamiento. Incluso en el caso de Apolo, el dirigente de la sala admite que ya han recibido ofertas de fondos buitre para aprovecharse del pésimo estado económico del negocio.

«NOS HEMOS ENTERADO DE QUE HAY SALAS QUE LAS QUIEREN COMPRAR A BAJO PRECIO Y LOS FONDOS BUITRE PUEDEN ESPERAR UNO O DOS AÑOS: TRAERÁN INGLESES Y ALCOHOL BARATO Y PASARÁN DEL TEJIDO CULTURAL DE BARCELONA»

– FEDE SARDÀ, DIRECTOR DE LUZ DE GAS

En sus declaraciones se ve la gravedad de la situación, ya que ambas instituciones son emblemas de Barcelona que han trascendido a más de una generación. Seis meses para abrir las puertas, o se verán obligados a mantenerlas cerradas para siempre.