La escena local de música electrónica en Barcelona goza cada vez más de nuevo talento emergente, entre los que encontramos productores como Tibi Dabo, Bofirax y Pol Paraíso. Este último, recientemente nos ha deleitado con su nuevo EP ‘El Món a sobre’ donde nos habla en primera persona de la lucha interna del individuo, la ansiedad y el amor propio, además de ir acompañado de un videoclip a cargo del artista audiovisual Martí Mira (MMirart) y el artista visual y pintor barcelonés Jordi Martín (Lil Txaty), encargado de la edición y el artwork.
La música de Pol Paraíso destaca por sus sonidos centrados en el techno y sus subgéneros, donde encontramos tanto secuencias acid como melodías trance y sonidos industriales que oscilan entre los 130 y 140 BPMs. Algo que caracteriza su música es la narrativa, pues algunos de sus temas superan los 10 minutos donde, a través de la estructura, nos cuenta historias con su sonido nostálgico. Con el objetivo de aportar su granito de arena en la escena del techno en la ciudad condal, el año pasado Pol co-fundó DRAMA BCN, un sello discográfico y movimiento independiente dedicado a la organización de eventos y contenido audiovisual donde la electrónica es la protagonista -además de destacar por un ambiente alternativo influenciado por la cultura nocturna de Berlín-. Y es que aun que Barcelona actualmente es una de las destinaciones internacionales del público clubber, son necesarios proyectos como DRAMA para mantener viva la escena underground barcelonesa en sus diferentes variantes así como para apoyar a artistas de otras disciplinas como artistas gráficos y diseñadores de moda.
El álbum está compuesto por 5 temas de diferentes estilos de techno y un sonido pensado para sonar en salas donde se combinan melodías y progresividad. Mientras que ‘Nits de Barcelona’ y ‘Dimonis’ tienen esa fuerza y energía del sonido ravey, en ‘El món a sobre’, canción que da nombre al álbum deja a un lado los ritmos más oscuros para hipnotizarte con una melodía cargada de nostalgia, además de contar con un videoclip que, al igual que la estructura del tema, consta de tres grandes bloques diferenciados entre sí. Interpretado por Matías Fraile, uno de los creativos del videoclip, los diferentes movimientos y expresiones del actor refuerzan en cada tramo las diferentes emociones que la música nos transmite.
Como hemos mencionado anteriormente la obra de Pol Paraíso va acompañada de una historia y en este caso todos y cada uno de los bombos distorsionados y pads sostenidos, reflejados en la interpretación del actor, simbolizan el proceso de lucha interna contra sí mismo. Los bombos distorsionados del inicio representan el peso que cada uno de nosotros llevamos encima. A medida que el track avanza, los cambios de cadencia nos dejan interpretar diferentes tipos de lucha con los que intentamos liberarnos y, aunque parezca que la búsqueda de la liberación sea el objetivo principal del videoclip, lo que busca el personaje es adaptarse, no escapar.
Si queréis escuchar el álbum entero podéis encontrarlo en las principales plataformas digitales.