Considerado como uno de los padres del techno, el artista alemán regresó a Granada después de casi dos décadas a través del formato 360º con su gira T.R.A.N.C.E recordándonos por qué su leyenda sigue tan viva como su música.

Todo comenzó como empiezan las mejores historias: un grupo de amigos con mucha emoción y ganas, hasta el punto de que casi no podíamos contenernos. Durante el camino desde el centro de Granada hasta Industrial Copera íbamos repasando los clásicos de Sven Väth, viendo sus míticos vídeos en esas legendarias fiestas de Ibiza, hablando sobre lo loco que era que llevase tantos años y que no hubiese pasado de moda en ningún momento; siempre capaz de ir adaptando su estilo a las tendencias del momento pero sin perder nunca su esencia ni dejarse llevar arrastrado por la corriente.

Al llegar nos esperaba el mítico parkineo, aunque hay que decir que esta vez era mini-parkineo. Pero aún así, nos lo pasamos genial. Os podéis imaginar: muchas risas, alguna que otra cerveza y los nervios por querer entrar cuanto antes.

Una vez en la cola, ya se podía escuchar a Papá Sven reventando la sala. Y la verdad, se notaba algo distinto. Aunque Copera traiga cada semana a artistas de alto nivel, esta vez no se trataba de un evento cualquiera. Era el regreso después de 18 años de una figura mítica de la escena. Encima nada más entrar ¡boom! escuchamos este temazo ‘It’s Like That‘ de Run-DMC & Jason Nevins y para nuestra sorpresa la cabina del DJ se encontraba en medio de la pista. Sven en el centro, nosotros a su alrededor. Nadie estaba bailando a al fondo de la sala, todos estábamos rodeándole.

Nada de mirar al frente, gracias a este formato bailabas con desconocidos que, por unas horas, se volverían tus amigos. Y es que T.R.A.N.C.E no es solo el nombre de la gira, es un acrónimo con peso: Transformación, Resonancia, Ascensión, Naturaleza, Conexión y Éxtasis. Y la verdad, creo que todo eso lo vivimos, sin exagerar.

Hubo momentos en los que cerrabas los ojos y la música se notaba aún más, se te metía por todo el cuerpo. Luego veías a Sven, que se quedaba mirando, sonriéndote, ya que entendía a la perfección lo que estábamos sintiendo, mientras giraba los vinilos con gran precisión. Era imposible no rendirse ante él, sobre todo porque eran temazos tras temazos como el clásico ‘Knights Of The Jaguar‘ que para nosotros sin duda fue el momento más top de toda la noche.

Porque tiene una presencia escénica hipnótica y lo más importante, nos hacía sentir parte de algo. No hay efectos innecesarios, todo es real: el sonido, la conexión, la entrega. En sus propias palabras, “todo el mundo es VIP” en sus sesiones y así se sintió. No sabíamos nunca qué iba a pasar a continuación, ya que empezó con house para luego acabar con ritmos mucho más oscuros y potentes, casi inclasificables.

Mientras en la sala principal la intensidad era máxima, la zona del Jardín ofrecía un respiro. Allí pudimos disfrutar de los sets de Tax Adviser y Josh Vay, con una selección más cálida pero aún así potente que nos recordaba incluso a sets grooveros del Aquasella, donde algunos aprovechaban para charlar y luego había otros bailando, dándolo todo. Desde la parte de arriba se veía un claro contraste: colegas bailando, amigos que se abrazaban, otros se echaban un piti y esa sensación constante de estar en casa, mientras todos interactuan bajo tus pies. Puro Copera.

Cuando parecía que ya no podíamos pedir más, Junior (sí, el CEO de Copera, sí, el que entiende este lugar como nadie) se marcó un set final de esos que no se olvidan. Aunque eso sí mucho más enfocado al hardgroove y al techno oscuro. Profesional y técnico, con ese toque emocional, en el que no solo cerró la noche si no que hizo que tuviéramos ganas de volver al finde siguiente aunque no supiéramos ni quién pinchaba. Lo hizo con el corazón y eso se notó.


T.R.A.N.C.E 2025 no es una gira cualquiera. Y en Copera eso lo entendimos y lo sentimos perfectamente. Porque cuando la música te hace trascender, sabes que has vivido algo único. Gracias Sven, porque él no es solo un DJ. Es un guía, un maestro que nos recuerda por qué la electrónica no es solo música: es cultura, es comunidad, y es —cuando se hace como él la hace— una forma de vivir. Gracias Copera por darnos la oportunidad de vivirlo. Y gracias a todos aquellos que esa noche comprendieron lo que es la música electrónica de calidad.

Carolina Blasco
Combinando mi amor por el periodismo con la energía de la música electrónica. Mis emociones fluyen al ritmo del beat :)