La banda de Sir Bob Cornelius Rifo muestra su formato Live para presentar el ‘My Name Is Thunder Tour’
Estamos a punto de describiros un evento bastante atípico comparado con la línea de lo que solemos presenciar. Esta vez no vamos a hablar de cómo un DJ hizo bailar a todo un club, ni de ningún festival que triunfó gracias a un cartel de infarto. Hoy toca hablar de música en vivo y en directo, y lo vamos a hacer gracias a una de las bandas electrónicas más punk de nuestra generación: The Bloody Beetroots.
El grupo capitaneado por el italiano Sir Bob Cornelius Rifo volvió a Barcelona, una de las ciudades en las que siempre ha recibido una calurosa bienvenida en cualquiera de sus bolos, para presentar su último álbum ‘The Great Electronic Swindle‘ en uno de los formatos que más le caracterizan: su Live. Un show en el que SBCR alardeó de polivalencia musical, ya que se le podía ver tanto cantando, detrás del piano o tocando la guitarra. Todo esto acompañado de otro pianista/guitarrista y un batería que juntos confeccionaron una actuación estelar.
Aquí analizamos ‘The Great Electronic Swindle‘, el álbum de The Bloody Beetroots
En esa hora y media de concierto, la banda se enfrentó a un público entregado y culto que congenió con los artistas de principio a fin, haciendo que ambas bandas se sintieran muy cómodos a la hora de soltarse la melena. En el repertorio no faltaron los temas del nuevo álbum como ‘My Name Is Thunder‘ – que aparte de dar nombre al tour es uno de los singles más aclamados del disco y por supuesto puso Razzmatazz patas arriba -, ‘Irreversible‘ u otras más antiguas como ‘Rocksteady‘, ‘The Source (Chaos & Confussion)‘ o ‘Volevo Un Gatto Nero (You Promised Me)‘ que despertaron recuerdos en los fans más veteranos.
De inicio a fin, la puesta en escena de los artistas fue un derroche de energía constante, un no parar de saltar y gritar que se vio reflejado en la reacción del público, entregado y contento por lo que estaban presenciando. Una actuación que sin duda quedará para el recuerdo durante el resto de las vidas de todo aquel que estuvo en el Razzmatazz esa noche. Nada que objetar de la experiencia, solamente fueron buenas vibras entre todos los asistentes y una sensación de satisfacción por la conexión que hubo durante todo el show. ¡A ver quién puede superar esto!
Fotografías: URIOZ_