El pasado fin de semana tuvimos una cita en primera persona para vivir una de las propuestas más innovadoras de la escena nacional del sur de nuestro país: Sophie Festival. Lo que empezó como una apuesta diferente por parte de sus organizadores, que era reunir lo más destacado de la electrónica europea, hoy se transforma en un nuevo epicentro cultural, acercándose a convertirse en un referente que combina música, diseño e innovación. Sin dudas, que el evento buscó darle a su ciudad de origen el impulso definitivo hacia la escena internacional y así fue que comprobamos que este evento ya no solo se disfruta, sino que se siente.

Desde el primer momento en que entramos a Ogus Park, supimos que estábamos ante una experiencia distinta. La ubicación, completamente inmersiva y rodeada de naturaleza en medio de las montañas, junto a una arquitectura única diseñada por ellos mismos, que daba un aire casi cinematográfico, estaba completamente a la altura de una programación musical cuidadosamente curada. La combinación de arte visual, una pantalla gigante y un sonido impecable se consolida como el sello distintivo del festival, que más que un evento musical, se siente como una instalación artística en constante movimiento.

Marino Canal @ Sophie Festival

VIERNES 18: ENCABEZADO POR NINA KRAVIZ, MACEO PLEX, ÂME

El formato Weekender de Sophie Festival se articuló en torno a dos escenarios: el Main Stage y el Garden Stage. Ambos contaban con carteles de altísimo nivel, pensados para todos los gustos dentro de la música electrónica. Sin embargo, fue en el Garden Stage, ubicado bajo un hermoso “Tipi”, donde el público más underground encontró su refugio ideal. Este espacio acogió sesiones únicas y profundamente cuidadas. Uno de los nombres más celebrados del viernes fue Alci, una referencia imprescindible para quienes amamos el vinilo y el minimal house más puro. Su set fue una auténtica lección de técnica, selección y elegancia. No hizo falta nada más.

El Garden también fue escenario de actuaciones memorables como la de Onur Özer, un verdadero alquimista de los platos, conocido por su selección enérgica y psicodélica, que llevó al público por un viaje mental sin concesiones. Otro de nuestros favoritos, sin lugar a dudas, fue Quest, que ofreció una sesión coherente, sofisticada y rítmicamente impecable. Su capacidad para mantener el groove constante, sin caer en lugares comunes, fue una de las joyas de este stage. El cierre lo firmó Roman, con una sesión sobria, hipnótica y profundamente efectiva. Un broche perfecto para un escenario que respiró underground y criterio en todo momento.

Alci @ Garden Stage

Luego de ir y venir de un stage a otro, para no perdernos de ningún detalle ni sonido de los artistas, el turno fue del Main Stage, que contaba con una pantalla increible e ideal para el cartel que acontencia durante la tarde del viernes. Marino Canal, fue el encargado de abrir la pista, con una sesión que estuvo plagada de texturas profundas, grooves y melodías sutiles, que no buscaban la explosión, sino una progresión lenta, cuidada y elegante. Supo leer el momento exacto en que el recinto comenzaba a llenarse. Para los oídos más atentos, fue una sesión que ofrecía tanto espacio para bailar como para contemplar, para dejarse llevar por el paisaje sonoro sin necesidad de prisas ni picos de tensión artificiales. Simplemente, música bien construida.

El atardecer sirvió como antesala perfecta para el live de Âme, uno de los momentos más esperados del día. Con su característico estilo entre lo melódico, lo progresivo y lo profundo. Las armonías hipnóticas, las líneas de sintetizador envolventes y la pulsación constante construyeron una narrativa que tocó tanto al corazón como a los pies. La noche avanzó con Maceo Plex, que aportó un cambio claro de ritmo y energía. Su set fue una combinación de techno melódico, electro oscuro y toques industriales, con una producción muy pulida y una construcción que buscaba el clímax constante. Fiel a su estilo, supo cómo mantener la pista y llevar al público a un terreno más contundente, más mental y físico, jugando con atmósferas densas y drops de gran impacto. Fue un set muy bien pensado pensado para este festival.

Maceo Plex @ Sophie Festival

El cierre de la noche estuvo a cargo de una Nina Kraviz en su versión más ecléctica e impredecible. Su selección fue agresiva, juguetona, profunda, incluso provocadora por momentos, cruzando géneros con una actitud punk que la caracteriza desde hace años. Del techno más crudo al acid, llevando al público por una montaña rusa sonora. Para nosotros, fue un cierre vibrante, emocional y totalmente liberador en el que no paramos de bailar.

Nina Kraviz @ Sophie Festival

Este trío de actuaciones finales ofreció una lectura amplia de lo que puede ser la electrónica en gran formato: desde la introspección sofisticada de Âme, pasando por la arquitectura sonora de Maceo Plex, hasta el caos controlado de Nina Kraviz. Una forma potente y variada de cerrar el primer día de festival.

SÁBADO 19: PRECISIÓN, ELEGANCIA Y CULTO AL VINILO CON GIORGIO MAULINI, SONJA MOONEAR Y EL ESPERADO B2B DE RICARDO VILLALOBOS X RARESH

El sábado en el Main Stage del Sophie Festival fue una jornada dedicada a los amantes del groove profundo, el minimal más refinado y la cultura del vinilo como arte y filosofía de mezcla, la alegría era total. Desde el primer disco de Giorgio Maulini hasta los últimos beats del legendario cierre a cargo de Villalobos y Raresh, se vivió una experiencia musical fluida, cerebral y profundamente hipnótica.

El encargado de encender la pista fue Giorgio Maulini, uno de los nombres que mejor representa a la generación del minimal house con alma latina, calidez jazzy y una técnica envidiable. Su set de apertura fue elegante, con un groove constante que crecía de forma orgánica, envolviendo poco a poco a un público que empezaba a llenar Ogus Park con una energía calmada pero expectante. Con vinilos cuidadosamente seleccionados y una mezcla fluida, Giorgio construyó una apertura perfecta respetando el tempo natural del día. Su propuesta marcó el tono del sábado, sofisticado, detallista y 100% orientado al disfrute del sonido, especialmente para los que somos amantes del vinilo.

La tarde siguió con la siempre impecable Sonja Moonear, una figura clave de la escuela suiza. Su set fue una auténtica demostración de control de la pista, del ritmo, del espacio. Con una mezcla precisa, estructuras abstractas y una selección sin fisuras, Sonja fue empujando la energía lentamente, manteniendo la pista en estado de trance, sin nunca saturarla. Una artista que recomendamos no perderse, jamás.

Y llegó el momento más esperado del fin de semana para los “Ricardistas”: Ricardo Villalobos b2b Raresh, dos titanes del vinilo, la improvisación y el groove impredecible. Durante varias horas, se adueñaron del escenario con una sesión que fue menos un set y más un diálogo musical espontáneo entre dos mentes conectadas por el ritmo. Desde loops hipnóticos y percusiones quebradas hasta momentos de microhouse profundo, cambios de dirección desconcertantes y pasajes casi lisérgicos, el b2b fue tan libre como técnico. Raresh aportó su característico groove refinado, mientras que Villalobos se movía entre la locura genial y el swing imposible que solo él sabe manejar. El resultado fue una sesión que desafiaba las normas, rompía la linealidad y obligaba a bailar desde lo sensorial más que desde la lógica. Para muchos, este fue el momento culminante del festival, no solo por los nombres que figuraban en cartel, sino por la sensación de estar presenciando algo irrepetible: un set sin red, sin guión, pero a su vez con mucha conexión.

Main Stage @ Sophie Festival

La segunda jornada de Sophie Festival fue una celebración total del arte de mezclar, donde cada artista aportó su propio lenguaje al relato sonoro del fin de semana. El Main Stage respiró elegancia y riesgo a partes iguales, en una secuencia perfectamente curada que se movió entre el deep house más cálido, el minimal técnico y la improvisación.

El Garden Stage, por su parte, ofreció un contrapunto perfecto: color, eclecticismo y una energía más libre, protagonizada por sets cargados de identidad y carisma, como los de Luca Lozano y Dekmantel Soundsystem. Lo que se vivió el sábado fue más que una noche de música: fue un manifiesto colectivo a favor de la electrónica bien cuidada, el respeto por el arte del DJing y la construcción de experiencias que van mucho más allá del baile. Sophie Festival volvió a demostrar que el corazón del clubbing sigue latiendo en lo esencial: el sonido, el entorno, y la comunidad.

Sophie Festival

Para finalizar, como experiencia personal, puedo decir que la producción fue espectacular, desde los detalles visuales hasta la disposición de los escenarios, todo estaba pensado para sumergirte en un universo distinto, donde cada rincón del predio contaba una historia y cada sonido parecía estar colocado en el lugar exacto. Vuelvo a remarcar que lo que mas llamó nuestra atención, fue la pantalla del Main Stage, que lograba que la experiencia fuese íntima y colectiva al mismo tiempo.

El predio estaba equipado con barras, propuesta gastronómica y, lo más importante, amplias zonas de sombra para descansar, un detalle clave frente al intenso calor malagueño. En todo momento se respiraba orden, comodidad y atención al detalle. Puedo decir, que es un festival sobresaliente, de principio a fin. Si algo nos dejó claro esta edición es que el futuro de los festivales no está solo en el cartel, sino en la experiencia que construyen.

Como medio, nos sentimos privilegiados de haber estado presentes, y queremos agradecer profundamente a todo su equipo de profesionales por el impresionante trato que recibimos. Sophie Festival no es simplemente un evento, es un lugar donde la música electrónica se redescubre en su forma más pura, más artística y más humana. Desde Wololo Sound, no podemos hacer otra cosa que aplaudir esta propuesta y la impecable organización, la experiencia fue redonda también en lo logístico. Para ir cerrando, fue un fin de semana increíble, Sophie Festival lo entendió todo, ¡Nos vemos pronto en las próximas ediciones!