El festival andaluz nos dejó claro sus puntos fuertes, una ubicación maravillosa y un gran registro musical, pero nos faltó dos apartados importantes, más baile por parte del público y una mejora del sonido

Hace una semana estábamos poniendo rumbo a la maravillosa ciudad andaluza de Granada para disfrutar de un fin de semana repleto de música electrónica de vanguardia. Por primera vez Wololo Sound pisaba y bailaba en la Ermita de los Tres Juanes de Atarfe para vivir de primera mano RIT/MO Festival. Una vez concluido podemos poner en contexto nuestra experiencia y contaros como lo pasamos y que nos pareció bien y mal de este proyecto. Vamos a ello.

Antes de nada, te dejamos aquí el Instagram de RIT/MO Festival por si quieres saber más sobre él

Empecemos hablando de como llegar al evento. El festival puso a disposición de su público autobuses con cada trayecto a 5 euros, desde Neptuno, uno de los puntos claves de Granada en cuanto al tema transportes, desde las 16:00 a las 20:00. Tardabas unos 20 minutos en llegar, disfrutando de un trayecto cómodo y de las vistas al llegar a la ubicación del evento. Si decidías ir en Uber, dependiendo de donde te encontrases podrías encontrar precios entre 5-12 euros o 15-25 euros si ibas en VAN. Consejo, a la vuelta si no vas a Granada lo más recomendable es reservar el trayecto porque si no tendrías que esperar bastante, el bus se podía pagar en el acto, tanto con tarjeta como en efectivo.


Ya en el festival pudimos afirmar que la ubicación es un punto ideal y que pese al calor que hizo en el fin de semana corría brisa y se estaba genial. Dos escenarios, el main stage, que recibía el nombre de MORDISCO Stage, y el segundo, más reducido, LATIDO Stage. El primero se encontraba debajo de una gran pared de roca, en la que, de noche, se proyectaban diferentes imágenes que daban un juego de luces espectacular. El sistema de luces nos pareció sobresaliente, cohesionando perfecto con el entorno y dejando momentos de perfecta conexión la musica. Al tratarse de un stage amplio el sonido se perdía bastante por el fondo de este, siendo este un punto a mejorar por parte de la organización.

El segundo stage tenía encanto ya que estaba más recogido y hacía que el público tuviera que estar más concentrado a la hora de bailar, pero tenía un punto negativo a tener muy en cuenta. La pista de baile era pura tierra y con el movimiento de la gente se creaba una polvareda que dificultaba el respirar en ciertos momentos. De primero de festival el regar antes el terreno para que esto no ocurriese. Al ser más recogido el sonido se notaba más potente, pero en varios momentos del festival hubo fallos, incluyendo un completo apagón durante el set de Kia. En cuanto a la iluminación, volvemos a darle la enhorabuena al festival, con un juego de luces en la parte superior de la cabina de lo más interesante.

Sobre los precios del festival tenemos que comentar que encontramos precios populares, refrescos a 3,50, pintas de tinto de verano y cerveza a 5,50, mojitos a 7 y combinados a 9 euros. En el recinto había diferentes food trucks en los que podías comer por un precio entre 5 y 12 euros.


En cuanto a lo que más nos importa, la música, tenemos que destacar que es un festival con una propuesta musical de lo más interesante, con la mayoría de los sets con una duración de 2 horas. Es un festival para dejarse sorprender y conocer a nuevos artistas, llevándose en este apartado un 10, excepto por alguna incongruencia que comentaremos más adelante. Nos encontramos un público que generaba buen rollo y que era respetuoso, con una media de edad entre 35-40 años, pero que mostraba un problema crucial; era muy estático. Había momentos en el que la música que sonaba era increíble y este se mantenía con un movimiento casi nulo, y en ciertos momentos, al no tener una gran potencia de sonido, se escuchaba mucho a la gente conversar.

Como hemos comentado en este último párrafo, nos hemos vuelto a casa tras haber escuchando muy buenos sets. A destacar Oma Totem, con una tónica electro que se entremezclaba con tintes house, una apuesta perfecta para vivir el atardecer del primer día, con temas del calibre de ‘Continuum’ de Nicola Cruz. Kia demostró porque es una de las selectoras a tener más en cuenta de la escena actual. Un set que tuvo de todo y que mostró la depurada técnica y el amplio rango musical de la australiana, que mezcló sonidos orgánicos con house, techno y breaks. De 10. Durante su sesión, como comentamos antes, hubo un completo apagón que mantuvo sin música el LATIDO Stage durante 10 minutos

Tras el set de la australiana nuestro corazón estuvo dividido entre Maara y Marcos Shuttle, aunque apostamos por disfrutar de la primera. La artista canadiense fue pura diversión y alegría, apostando desde trance, club latín, guaracha o house, con una selección en la que disfrutamos de temas como ‘On’ de Jump Source o ‘E4’ de Oliver Handsome.

Maara durante su set en RIT/MO

El cierre del primer día fue a cargo de Young Marco y podemos afirmar que no fue un buen bookeo por parte del festival. Un set pasteloso y popero con mezclas fáciles y transiciones muy cortas no mantuvieron el espíritu de baile en ningún momento. Musicalmente fue divertido, pero no se trataba de una apuesta correcta para un festival con esta propuesta musical.


El segundo día fue un derroche musical de escándalo, el MORDISCO Stage fue calentado por los ritmos houseros y minimalistas de Jorge Escribano y Daniel Kelsan, ambos muy aplaudidos por el público allí presente.

De 20:00 a 02:00 pudimos disfrutar de algunos de los mejores sets del festival. Desde la perfecta transición del house al techno de Lola Haro, con temas como ‘Valentina’ de Gladkazuka o ‘Live In Manchester (Part One)’ de N-Joi, la perfecta selección ecléctica de Lena Willikens, habitual de Dekmantel, al puro movimiento de la francesa Bambii, con un tono techno con influencias houseras y dub, que se mereció, en nuestra opinión, un slot más tardío. Sedef Adasï fue una oda al house y ejemplificó porque merece ser residente de Panorama Bar, con temas como ‘Future’ de DiSKOP, ‘Say This’ de Paul Lock o ‘At Night’ de The Hacker.

El cierre del LATIDO Stage fue a cargo de Legowelt, con el único live del festival. Vaya derroche de calidad, que mantuvo a buena parte del público en continuo movimiento con una actuación sucia, pero completamente limpia al mismo tiempo. Demostró porque es uno de los acts en formato live más envidiables de la actualidad, con transiciones perfectamente compenetradas con ese aura clásica que le caracteriza, a través de estilos como electro, synth pop, minimal o disco. Chapó.

Legowelt realizando su live en RIT/MO Festival 2025

Para acabar teníamos el plato fuerte de esta edición, la unión de la asturiana JASSS y el catalán John Talabot en un B2B de 3 horas. Un set que han podido disfrutar durante el ADE 2023 en Radion o en NITSA llegaba por primera vez a Andalucía y la expectación les pudo a muchos. Dos artistas con un rango musical diferente, pero que si al entremezclarse se ejecutaba bien podría dar resultado a una gran experiencia musical.

En nuestra opinión vimos un set especial y original, aunque teniendo en cuenta que en algunos tramos no estaban totalmente cohesionados, pero esto dio pie a mezclas no antes vistas. Eclecticismo por bandera, con estilos como deconstructed club, techno, house o electro, con un tramo final con trance y una carga melódica potente. Un set que consideramos que es digno de disfrutar. Sonaron temas como ‘Dry Punch’ de Fergus Sweetland, ‘Yokozuna’ de COEN o el remix de Quietman al ‘The Awakening’ de Pop.

Así acabó la cuarta edición de RIT/MO Festival, que demostró que Granda tiene un diamante en bruto, que si se trabaja con constancia y cuidado puede llegar a convertirse en uno de los festivales referentes para oídos selectos.

John Talabot junto a JASSS cerrando el MORDISCO Stage
Alejandro Ruiz
Viviendo a ritmo de groove, jungle, techno, house, breakbeat, trance, ambient y mucho más.