El DJ madrileño y la fiesta de su sello KAOS volvieron a regalarnos un inicio de año lleno de baile y momentos para el recuerdo en Bassment Club

Salir el 1 de enero se ha convertido en una de las grandes tradiciones de la escena electrónica madrileña; un día en el que la ciudad ofrece múltiples opciones tanto para aquellos que prefieren evitar las típicas fiestas de Nochevieja como para los que buscan alargar unas horas más la celebración de la llegada del nuevo año. Desde su irrupción en el panorama, Laster Club ha luchado por hacerse un hueco en esta jornada, apostando desde el principio por KAOS, la marca insignia de Héctor Oaks. Una apuesta que, sin duda, ha sido todo un acierto. Tras el éxito cosechado en las dos ediciones anteriores, esta última no ha sido la excepción, y nosotros estuvimos allí para comprobarlo.


La expectación por esta nueva edición de KAOS x Laster Club era palpable desde días antes, llegando a colgar el cartel de todo vendido, y nos quedó aún más claro cuando llegamos a Bassmnt Club. Aunque por momentos el exceso de gente hizo que encontrar tu hueco o moverte por la sala fuera todo un desafío, el ambiente fue el característico de Laster: las ganas de disfrutar se respiraban en cada rincón y la energía del público no flaqueó en toda la noche. La conexión entre asistentes y artistas fue palpable, generando momentos de comunión y auténtica euforia en la pista que nos reafirmaron por qué este evento se ha convertido en una cita de referencia para muchos.

Llegamos a Galileo 26 cerca de las 9 de la noche y debemos destacar que, aunque era relativamente temprano (aún quedaban 9 horas de fiesta por delante), la sala ya estaba prácticamente a rebosar. Un punto muy a favor a mencionar en este aspecto es la reciente incorporación de taquillas en el club, las cuales ayudaron a descongestionar la habitual cola que solíamos encontrar en el ropero, haciendo el acceso mucho más ágil.

En cuanto al plano musical, había acabado el b2b entre Laia y Not A Headliner, dos grandes promesas del panorama nacional, y el set de The Lady Machine estaba en pleno apogeo. Tanto que podemos decir que, para nosotros, entró entre los momentos más destacados de la noche, con un derroche de energía impresionante, a pesar de lo temprano que era.

Tomó el relevo Alarico, uno de los artistas tan habituales del club desde su apertura que ya ha pasado a ser uno más de la familia Laster. Tras bajar un poco las revoluciones en comparación con su predecesora al inicio, el italiano fue in crescendo a medida que avanzaba su set, llevándonos por un recorrido sonoro que alternó momentos algo más introspectivos con explosiones de energía pura. Alarico volvió a demostrarnos por qué es uno de los artistas favoritos del público en nuestro país y a evidenciar que está atravesando un gran momento en su carrera, ofreciendo sonidos más maduros y sofisticados en sus últimas sesiones.

Con el ambiente ya más que caldeado gracias a los artistas anteriores, llegaba por fin el turno de Héctor Oaks, el gran protagonista de la noche. Con los relojes marcando la medianoche, el madrileño arrancaba su set a ritmo de ‘Turn The Page’ de Overmono y The Streets, uno de esos temas perfectos para abrir, aportando una épica inmediata con sus ritmos rotos y envolvente vocal, y construyendo una tensión que desembocó en un drop absolutamente eufórico que terminó por desatar la locura en la pista. Desde ese momento, Héctor nos llevó por un viaje musical de tres horas cargado de potencia, ritmo y, cómo no, sus característicos guiños a los sonidos noventeros.

Si tenemos que destacar algo del set es, de nuevo, su capacidad para jugar con la pista y mezclar estilos de forma tan ecléctica; tanto que, incluso quienes no están acostumbrados a este tipo de fiestas no pueden evitar contagiarse de su energía. A lo largo de toda la sesión, el madrileño no dudó en incluir una amplia variedad de sonidos, dejándonos varios momentos memorables, de los que te dejan con la piel de gallina.

No faltaron clásicos conocidos por todos como ‘Zombie’ de The Cranberries o ‘Yeke Yeke’ de Mory Kanté, ni su reciente colaboración con ALEXXANDRA ‘WELCOME TO NINGUNA PARTE’, masivamente celebrada y coreada por el público. También hubo hueco para temas que ya se han convertido en un sello de identidad del artista, como el remix de Yenk ‘M.O.vida Madrileña’ o su icónica mezcla del ‘Poem Without Words’ con ‘La Línea de la Vida’. Todo esto hasta desembocar en un apoteósico final a ritmo del archiconocido ‘Flying Free’. Una elección que pone de manifiesto que, aunque se haya convertido en una estrella internacional, Héctor sigue siendo, en el fondo, uno de los nuestros.

 Alexxandra y Héctor Oaks nos llevan a ninguna parte en su última colaboración

Tras un final tan potente, las próximas y últimas tres horas se presentaban como un reto para Slin y Tarkno, encargados de tomar el relevo y clausurar la noche con un B2B. Sin embargo, ambos artistas supieron dar en el clavo. Con la complicidad que les caracteriza a los platos y siguiendo su estilo habitual, los de Berlín aportaron una buena dosis de groove, ritmos rápidos y una selección de temas irresistiblemente bailables que impidieron que la fiesta decayera, como ‘No War in the Summer’ de DJ Preach, ‘Technorumba’ de Oliver Giacomotto o el emblemático ‘Street Carnival’ de Cave.

Llegamos así al final de una noche que nos dejó exhaustos pero con una sonrisa en la cara. El KAOS de Héctor Oaks, un plantel de invitados de primera y Laster Club lo habían vuelto a hacer: darnos un comienzo de año como ellos saben hacerlo. Y mientras nos preguntamos si la historia volverá a repetirse por cuarta vez en 2026, algunos ya tienen la vista puesta en lo que está por llegar. Con una programación que no da tregua, por el momento sabemos que podremos ver a Blawan, DVS1, Yanamaste y otros artistas de renombre próximamente en el club. Puedes comprar tus entradas o consultar toda la información sobre las próximas fechas en su perfil de Instagram o en su web.

Laster Club encara los primeros meses de 2025 con una programación para oídos selectos

¡Nos vemos bajo la luz roja!

Cris Pascual
Escucho música desde que tengo uso de razón y me lo bailo (casi) todo. En ocasiones veo BPMs.