El sábado 17 de febrero, Fabrik se vestía de gala para recibir a la primera CODE del año, la número 156 de su largo historial. Tras vivir un aniversario con tres fechas cargadas de BPMs altos por estar enfocadas al sonido industrial, rave y hard techno, se nos presentaba una ocasión como las de antaño, con nombres veteranos y asentados con el sonido clásico del techno como principal aliciente.

Las 22:00 de la noche sería la hora elegida por el equipo desplazado de Wololo Sound para entrar a este templo de la música electrónica, siendo la sala principal nuestra primera opción para disfrutar de la interesante noche que se nos venía por encima. El artista que se encontraba en cabina era Ken Ishii, quien apostó por un set muy oscuro e hipnótico, frente a una sala a medio llenar, con un uso intermitente de los efectos que le daba más presencia a los 90 minutos que tuvo el japonés.

El siguiente turno iría para el primer B2B de la noche, en este caso entre Cleric y Felicie, que subieron drásticamente los BPM, siendo junto al cierre de lo más rapido en la main en esta noche. A pesar de tener estilos diferentes, se supieron complementar a la perfección; cuando pinchaba la francesa era un techno mucho más funky, con mucha frecuencia aguda, que daba el toque de groove a la sala junto a bajos melódicos, sin apenas vocales. Por su parte, Cleric, optó por un techno más groovy, que fue transicionando en algo más oscuro y ácido, teniendo un resultado final más contundente.


El reloj marcaba la 1:00 de la noche y era el momento de uno de los hombres más esperados, Len Faki, quien no decepcionó a una main room con mucho mejor aspecto. La velocidad del set bajó en comparación con el anterior, pero eso no significó que la calidad, bajara. Hora y media de estilo old school y crudeza, sin duda uno de los sets de la noche. Bombos contundentes, sonidos distópicos, gran presencia de los graves, atmósferas oscuras y un gran uso de la Pioneer RMX-1000 por parte del veterano artista.


Len Faki terminaba cediendo la cabina a su compatriota e icono del techno old school, Dave Clarke. Desde el primer momento, el inglés desplegó su estilo único, colmado de melodías sintetizadas. Al igual que en la actuación anterior, las frecuencias graves y el kick resonaron con fuerza, otorgando una profunda atmósfera al ambiente. Además, demostró su destreza con la mesa de mezclas, creando cortes precisos y jugando con la ecualización de las frecuencias medias.

Llegaba el momento de posiblemente el mejor set de la noche para la mayoría de asistentes, era el momento del back to back entre Mark Broom y Truncate, siendo su primer B2B juntos. Al igual que el B2B entre Felicie y Cleric su estilo era muy diferente y eso se podía notar fácilmente según quién pinchase. Sin duda, Mark Broom fue el que llevo las riendas del set, que, intermitentemente, se turnaba con Truncate para que este mezclará algún que otro tema de su estilo. El hardgroove reinaba en su sala con el sonido tan típico de las producciones del artista londinense y su kick tan único, junto a una variedad de distintas percusiones que hicieron que público no pudiera parar de bailar.


La última sesión de la noche corrió a cargo del alemán Tommy Four Seven, otro de los nombres destacados del line up, quien elevó considerablemente los BPMs para ofrecer un cierre más rápido que el resto, siendo fiel al sonido que tan popular lo ha convertido. Quiso dejar su marca en Fabrik y vaya si lo logró. Con un techno hipnótico y ciertamente psicodélico en ciertos tramos del set, Tommy hizo vibrar al público con un kick distorsionado, sonidos ácidos y frecuencias agudas que se repetían constantemente en momentos clave.


Por supuesto, no fue sólo en la sala principal donde nos dejamos ver. En la Satélite pudimos disfrutar de mucho talento nacional e internacional gracias a línea tan cuidada que hubo por parte de Fabrik para elegir a DJs similares entre sí, siendo una progresión perfecta aún teniendo muchas similitudes entre ellos. Principalmente, el techno de la sala fue loopy, y con un tempo que varió entre los 136 BPMs y 142, estando muy presente los sonidos mentales, hipnóticos y crudos en cierto momento. Durante toda la noche esta sala estuvo a medio llenar, siendo un lugar perfecto para bailar tranquilamente.

Del componente crudo y con rasgos de industriales de Ancient Methods a las atmósferas hipnóticas tanto de Reeko como del dúo Exium, pasando por la crudeza del fundador de MORD Records, Bas Mooy y acabando con el portugués Lewis Fautzi, quien nos sorprendió gratamente al apostar por un set más variado y no tan lineal como nos tiene acostumbrados.


La Crystal, reicentemente renovada y ampliada, fue un espacio donde pudimos escuchar estilos más variados y contundentes, con algunos nombres muy interesantes, que tuvieron al público activo durante toda la noche. Como siempre, Cesar Almena excelente, siguiendo su línea de combinar techno con temas mas grooveros, desde canciones de hardgroove del propio Mark Broom, hasta otras de tool techno o incluso groovy techno, eso sí, mezcladas con temas de techno más oscuro y contundente. Al cofundador de CODE, le siguió Future.666 que dió una buena dosis de un funky techno, muy acelerado de BPM con ligera contundencia en el cierre, rodeado de un ambientazo que solo iría en aumento debido a que a partir de ese set las revoluciones no harían más que aumentar.


Esta corriente, que tanto gusta a las nuevas generaciones, se pudo demostrar en cuanto Nicolas Julian puso el primer track. La gente bailaba con el hard techno industrial que sonaba en ese momento y ya se palpaba la emoción de los más jóvenes. Le siguió la batuta WarinD, que pinchó algunos de los temas más populares de este estilo junto a alguno más melódico. A este le seguiría Callush y posteriormente, Xenia, que pinchó principalmente un neorave lleno de screechs. Su cierre incluyó temas de acid y de industrial con pequeños reverb para alisar el terreno a los encargados de cerrar la sala circular, los creadores y dueños de Hex Movement; Paolo Ferrara y Lorenzo Raganzini. Los creadores del denominado technometal, como no podía ser de otra manera, pusieron muchos tracks de esta corriente, junto a temas de hard techno industrial que incluían mucho kick de hardcore antes de que la canción rompiese. Esto fue la combinación perfecta para que el público más joven, que abarrotó la Crystal disfrutara al máximo del show de estos DJ.


En general vivimos una noche de extensa calidad en cabina, teniendo dos áreas dirigidas a un público más adulto y otra a las nuevas generaciones, siendo un gran acierto de Fabrik al tener de esta forma a la gente repartida de genial forma. En cuanto a asistencia, vimos que esta corriente continúa siendo underground y se nota en eventos de este calibre, lo cual permitió al público estar en Fabrik sin ningún agobio en todo momento.

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Enrique López
Apasionado de la música electrónica y de descubrir nuevos estilos que me conmuevan. No me gusta encasillarme en ningún género, pero, soy amante de todo lo que me haga bailar y me emocione.