Circus Nation ha vuelto a hacerlo y es que, el pasado 4 de octubre, reafirmó su posición como festival de referencia en el sur de España, destacando por una organización que refleja auténtica pasión por la música y un profundo compromiso con su público. Con más de 12 horas ininterrumpidas de música y cinco escenarios con un variado elenco de artistas internacionales y nacionales, el festival ofreció una experiencia inmersiva donde cada espacio tenía su propio estilo. Desde los ritmos más contundentes del techno hasta los ritmos rotos, Circus Nation volvió a demostrar por qué se ha convertido en un punto de encuentro esencial para la cultura electrónica en España.

SOLO VINILO

Comenzamos hablando de lo que sucedió en el escenario Solo Vinilo, donde se rindió homenaje al sonido más retro y al inconfundible valor del vinilo. La sala principal nos esperaba con una variedad de DJs con un denominador común: su amplía experiencia y veteranía a los platos. Y es que la velada en este stage comenzaba con uno de los platos fuertes, DJ Pepo, por segundo año consecutivo. A las ocho de la tarde, la carpa ya estaba completamente llena, y así permaneció durante toda la noche, con el público desbordado incluso por los laterales. Un set donde reinó el hardgroove y pinceladas de techno más duro. Además de poder disfrutar de varios tracks de Gonzalo M, también sonaron clásicos de la talla de ‘The House Of House’ de Cherrymoon Trax. Dos horas en las que sin pausas ni concesiones, el techno se impuso en su versión más contundente, hipnótica y pura detrás de los vinilos. 

Llegada la medianoche, Horacio Cruz entraba en cabina. Portando la experiencia de un veterano, demostró una vez más su dominio del vinilo, construyendo una sesión sólida y llena de matices que no dejó indiferente a ningún asistente. Tomó el relevo Marko Nastic, el DJ que ha sido referente del techno tribal durante más de dos décadas, marcó una sesión que fue una clase magistral de groove, temas propios legendarios y mezclas atrevidas a tres platos. 


Dos horas más tarde, acudió a cabina Marcel Fengler. Citado como uno de los mejores DJ de techno, nos transmitió como el género es tanto una pasión incondicional como una parte esencial de su identidad a partes iguales. Y es que, a través de su selección de vinilos y la forma en que enlazaba cada mezcla, dejó claro que es un artista capaz de moverse entre estilos sin limitarse a un sonido lineal ni predecible. Para poner el broche de oro en este escenario, tuvimos a Cristian Varela. Veterano de cabinas por todo el mundo, el artista dio guerra sin tregua en la carpa mediante referencias al techno más puro del viejo continente y vinilos poco comunes.

CIRCUS TECHNO

El escenario de Circus Techno se erigió como el epicentro de los sonidos más oscuros y envolventes de la noche. El ritmo implacable marcó el pulso de la noche. En primer lugar, pudimos deleitarnos con Colin Benders, el cual dio una clase magistral de sintetizadores modulares. Ver a este DJ en directo es algo que se debe hacer al menos una vez en la vida, y es que, visualizar la energía que desborda y ver cómo logra contagiarla a su público, hizo que fuese un auténtico espectáculo.

Tras un set sobresaliente del holandés, entraba en escena Setaoc Mass. El artista venía dispuesto a no defraudar y así fue. Nos hizo bailar con su reconocible sonido elegante y ultra refinado, fruto de técnicas perfeccionadas durante 15 años de dedicación. Navegamos entre ambient y experimental techno además de electro, lo cual lo convirtió en un set muy distintivo. 


Llegadas las dos de la mañana, venía la actuación estrella de la noche en este escenario, 3 horas de Oscar Mulero. Desde el primer instante, el artista tenía a toda la sala rendida a sus pies, y aquello no había hecho más que empezar. Con una introducción cuidadosamente construida, de apenas unos minutos, logró terminar de hipnotizar a todos los asistentes allí presentes. Nos cautivó con un techno profundo, una elección de temas exquisita y una técnica y ecualización perfecta dando como resultado una sesión muy bien recibida.

Por último, tocaba el turno de un B2B entre Adriana Lopez y Dasha Rush que sería inolvidable. Una sesión de dark techno en la que demostraron la compatibilidad que tienen ambas artistas. Cada mezcla y cada corte tenía un propósito: mantener al público en un estado de trance constante. Mantuvieron un diálogo fluido entre dos reinas del techno que se entienden sin palabras, comunicándose a través del ritmo.

BASS RAVE

Uno de los escenarios que no podía faltar y que estaba compuesto de un amplio abanico internacional con nada menos que el mejor drum & bass venido de UK, además del propio talento nacional. Dando el pistoletazo de salida con The Prototypes, donde Nick se encargó de idear un set de sonido comercial y bastante alegre, lleno de viejas bombas del drum and bass para causar el disfrute en la pista de baile. Una hora y media más tarde le seguía Venjent, una de las actuaciones más esperadas en este stage.

Bien conocido por sus directos tan peculiares, Venjent confirmó en directo por qué su nombre resuena con fuerza en la escena electrónica. Un set tan intenso como impredecible, con transiciones llenas de pura adrenalina mientras que Venjent nos brindaba también parte de performance. Dentro de esta, destaca la continua interacción con el público mediante su micrófono y en la que en varias ocasiones llegó a bajar de cabina para cantar con todos los asistentes. 

Y es que, esto solo acababa de empezar. Era el turno de Kanine, donde el DJ londinense nos regaló un set lleno de la versatilidad que le caracteriza, con un sonido bass personal que si eres oyente del DJ sabes reconocerlo al momento, elaborando una sesión con tracks que iban desde su mítico ‘Want you’ hasta uno de sus últimos lanzamientos, ‘Ascension’. Para cerrar con el elenco de artistas de bass internacionales, quedaba AC13, brindando un set con notorio carácter sobre el escenario. El set del DJ británico navegó con destreza entre el drum and bass más pistero y el jump up más agresivo, construyendo una sesión bastante dinámica. Sus dobles drops, ejecutados con precisión y creatividad, arrancaban una euforia constante entre el público.

Pasando ahora al panorama nacional, encontramos a Pablood Anco y Kursiva. El frenesí que fueron sus sesiones por separado las dos horas anteriores, fue solo el comienzo del huracán que desataron cuando llegó la hora del B2B. A partir de aquí, solo quedaba una cosa: la destrucción. Un B2B destacado por el neurofunk, la impecable compenetración entre ambos artistas y su entusiasmo tras los platos que se transmitía y contagiaba de inmediato al público. Cuando llegó el último tema con The Prodigy como protagonista, era evidente lo que iba a pasar, ravers pidiendo al unísono otra canción. 

DOMO

La marca DOMO, una de las más sólidas del panorama actual en lo que respecta a los ritmos más duros, volvió a tener su espacio en el festival por tercer año consecutivo. Además, cabe destacar las impresionantes visuales que acompañaron este escenario, un elemento que elevó aún más la experiencia del público. Empezamos con Candy Cox, fiel exponente del hard techno y el schranz, se mantuvo fiel a su esencia y desde el primer momento plasmó la intensidad a la que tiene acostumbrado a su público durante décadas de experiencia.

Más tarde, Franck, se adueñó de la cabina con un set en el que gobernó el hard bounce durante hora y media. El público lo recibió con gran entusiasmo, llenando por completo el escenario para disfrutar de un estilo que sigue ganando fuerza entre los asistentes. Bailamos con ritmos y kicks percusivos del bounce, con una sesión marcada por transiciones milimétricas. 

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Este escenario seguía protagonizado por la dureza, pasando por él horas después Klofama y Carv por separado con sonido hard e industrial techno en su máximo esplendor. Cabe destacar que Carv incluyó gran variedad de temas más melódicos que aportaron una pincelada de dinamismo al set sin dejar a un lado la belicosidad rítmica.

A las tres y media, entraban en cabina 999999999. Si hay algo que bien da un carácter distintivo y destacable a los sets del dúo italiano, son la integración de sonidos ácidos. Indudablemente, no faltaron a lo largo de toda la sesión, viéndose también fusionados en distintos temas míticos como por ejemplo ‘Up To No Good’ del artista D-Jastic. Desde el primer momento, demostraron su habilidad para leer la pista y con ello, disfrutamos de contundentes ritmos a los que estamos acostumbrados por parte de los DJs. 


Llegaba el cierre, y no podía ser de otra manera que a manos de un artista del momento en la escena: Hades. El artista, tras su último éxito en el evento DOMO, volvió más cañero aún. Durante dos horas, hizo retumbar todo el escenario con drops que tenían una clara agresividad y con ello, altos BPMs. Con un bombo que no tendría tregua hasta el último track, donde desató la locura combinando uptempo y terror para dar una despedida notoria.

909 GATE

Un escenario que no podía faltar en un festival andaluz de tal envergadura con el breakbeat como protagonista. Y es que, abriendo con Lady Packa, la noche solo podía ir a más, presagiando una jornada cargada de ritmos rotos y pura esencia andaluza. Reconocida como la primera mujer DJ de Andalucía, debutó en Circus Nation con un set que rindió homenaje al breakbeat más clásico y retro transportando al  público a los orígenes más crudos del género. Fiel a su estilo y fiel al vinilo junto a su impecable técnica y carisma, reafirmó que la vieja escuela sigue más viva que nunca. Más tarde, Krafty Kuts tomó los mandos. El DJ inglés, reconocido como el Rey del breakbeat y galardonado en diversas ocasiones, demostró una vez más inquebrantable habilidad para entregar una y otra vez los beats más finos, eclécticos e inspiradores. 

Continuábamos con Koma & Bones, el dúo pionero del sonido Nu-Skool que con sus producciones revolucionaron la escena de los ritmos rotos en todo el mundo. Se encargaron de controlar las emociones del público a la perfección, intercalando entre sonidos actuales y contundentes, con ese sonido nu-skool que hemos citado anteriormente que le caracteriza. Aún quedaba noche y ahora entraba en escena DJ Kultür. Un artista pionero de la escena breakbeat, con largos años de experiencia a sus espaldas, hizo temblar la pista con sonidos retro que no daban opción a dejar de bailar. Más tarde, tuvimos por un lado a Norbak y por otro lado a The Brainkiller, ambos con sesiones de alto voltaje y contundencia. Nos brindaron mucha música con estilo neurobreaks que caía como una bomba en la pista, caracterizada por mezclas con mucha técnica y criterio acompañado del breakbeat más duro del panorama.


Para finalizar, no podía ser de otra manera que con el set especial de la noche: Rasco. El papá del género estaba de celebración por su 50 cumpleaños. Nos regaló una sesión en la que viajamos por más de tres décadas de carrera del artista, recorriendo los sonidos que marcaron generaciones enteras. Las dos horas de cierre de 909 GATE se convirtieron en un homenaje colectivo, acompañado de mezclas individuales y colectivas por invitados sorpresa que prometió como Elle Skull, DJ Nachh y SANS. Rasco demostró que su pasión por el breakbeat sigue intacta. 

Sin duda, un evento que cada año coge más fuerza en la ciudad, gracias a su apuesta por artistas y géneros variados, nuevos escenarios y una producción cuidada hasta el último detalle con un sonido sobresaliente. El festival logra combinar los estilos predominantes de Andalucía, uniendo a asistentes de distintas provincias y creando un ambiente único en Granada.