Thunderdome vuelve a casa. Tras su pasada edición en Bélgica, el mítico evento vuelve a su recinto de los últimos años, Jaarbeurs, y lo hace con toda su fuerza. Seis escenarios y algunos sets especiales que nos morimos por ver. El 13 de diciembre tenemos cita en Utrecht con una de las mecas del hardcore.


Había expectación por Thunderdome este año. Tras la edición de 2024, en la que se trasladaron a Bélgica y dividieron el festival en dos días con un solo escenario, el público esperaba ansioso las noticias para este año. Y se tomaron su tiempo para desvelarlas. Tanto, que el evento estaba totalmente sold out antes siquiera de anunciar cartel (aunque aquí te puedes apuntar a la waiting list para conseguir tu entrada).

Y eso es lo primero que vamos destacar de esta edición de 2025, la comunicación. Con una estética muy cuidada y una selección de imágenes peculiar, como las imágenes de anime para anunciar el escenario de terror, la organización fue soltando información a cuentagotas. Escenario a escenario, el line up se iba desvelando poco a poco, lo que por supuesto contribuyó al hype general. Pero no solo eso.


En uno de los primeros videos subidos por la marca (enlazado aquí arriba) se utilizaron imágenes de carácter político, como imágenes de mandatarios, manifestaciones, guerra y demás. Esto, claro, fue muy comentado ya que, a pesar de no tener un mensaje político concreto, muchos fans son de la opinión de que música y política deben ir separados. Podríamos hablar del fuerte posicionamiento con posturas de izquierdas de algunas marcas como Mokum Records, pero eso es otro tema. En general, política y música no se mezclan en Holanda.

Pero, y esto es opinión personal, el objetivo de Thunderdome con todo esto no es generar debate ni posicionarse políticamente, sino establecerse como una suerte de contracultura, de rebeldía. El hardcore vuelve a ser underground, antisistema, un hobbie de locos y dementes. ¿Con que fin? Da para charla, pero en un contexto de cambio de género hegemónico en la escena, posicionarte como una marca rebelde y que rompe las reglas, es inteligente. El uso evidente de imaginería gabber para establecerte como uno de los impulsores de esta nueva corriente es algo que todos, en mayor o menor medida están haciendo. Nadie quería ser gabber hace cinco años y ahora hasta Fantasm se marca un hakken. O puede que esto solo sean pajas mentales y, en el fondo, no sea más que una comunicación brillante para generar impacto. Elige tu camino.


Pero si, ya que hablamos de cambio de género hegemónico en la escena (baja el uptempo, sube el early), hablemos del himno. Lo primero, santo temazo. De los mejores himnos de Thunderdome en los últimos años sin duda. Pero también, una prueba más de que el auge del early es una realidad. Que dos leyendas como Nosferatu y Tha Playah hayan optado por este sonido para su himno es bastante representativo. Y tan bien ejecutado además, porque esos leads del segundo drop suenan tanto a early hardcore como suenan a Nosferatu. Kicks clásicos, un ritmo más elevado de lo habitual en los himnos, donde tenemos breaks orquestales o vocales eternos, y te queda un tema que funciona tanto como canción como para anthem de una de las Thunderdome con mas hype de la historia reciente.


Y con todo este jaleo se nos había olvidado hablar de lo más importante, el cartel. Aquí hay que decir que no hay grandes sorpresas. Si hubiéramos hecho un bingo con los nombres más probables, habríamos cantado línea. Aparte de varios especiales interesantes, lo más destacable en cuanto a novedades lo tenemos en el terror. Hellcreator estrenándose en Thunderdome, Terrorina, T-Go… nombres frescos que se unen a los veteranos que todos esperamos para configurar un stage muy interesante.

Como también es interesante el mainstage. Con menos uptempo que en pasadas ediciones, tendremos sets peculiares, como 3 horas de Catscan y Promo para abrir, Furyan con ‘Mysteries of Creation’, a bajos bpms y rollo industrial y más experimental, y los autores del himno, Nosferatu y Tha Playah, con su ‘Combined Forces’. Además de nombres frescos, como Hysta o Chaos Project presentando ‘New Age of Rave’. Un mainstage muy diverso que ejemplifica la voluntad de Thunderdome de abrirse a los nuevos géneros y sonidos que piden paso.


Para los de los clásicos, el stage Thundergods y el del millennium. Sin muchas sorpresas pero con un par de sets interesantes. En Thundergods estaremos viendo como Bass D y Predator combinan sus estilos, a priori diferentes, en un VS. También, a Painbringer con un especial de ‘New Early’, y es que el nivel de algunas producciones de los últimos años no tienen nada que envidiar a las de los 90. En el millennium, imperdible el Art of Fighters VS Unexist ‘New Millennium’ en el que, al igual que Painbringer, nos traen producciones modernas con inspiración antigua. ¿Es este el futuro cercano del hardcore? Lo veremos. Por lo demás, sets clásicos y algunos para cafeteros en este stage, como Tieum o The Masochist.


Y nos queda el uptempo y el industrial. Shoutout a Thunderdome por mantener los stages de terror e industrial, lo primero. Sets muy interesantes aquí, como Manu le Malin con un ‘Journey Special’, Ophidian con ‘Blackbox’, su último álbum/ep, o N-Vital con ‘The Industrial Rave’. En el uptempo, todo lo esperable. Un poco de bouncy, un poco de early uptempo, caras nuevas como el Kili VS. Roosterz y nombres ya establecidos como Partyraiser, Cryogenic.


Y así luce la que puede ser una de las Thunderdome con más hype de los últimos años. Por la vuelta a Jaarbeurs, por la comunicación tan brillante que han hecho y por el momento musical en el que estamos. Por primera vez en años vuelve la experimentación a nuestros sets. Los djs se atreven, buscan sonidos diferentes y hay mas variedad en las sesiones. La cultura gabber está en su punto álgido y todo el mundo quiere formar parte de ello. Si no te subiste aun al barco vas un poco tarde, pero dale, aun hay hueco.

Jesus Agui
Aqui hablando de Hardcore. Sobre todo Early y Millennium, pero toda la música electrónica es bella. Vivo en Amsterdam, la mejor ciudad del mundo. Echo de menos el cocido madrileño.