Photography by: Transformational eye

Own Spirit Festival celebró del 3 al 8 de septiembre de 2025 su décimo aniversario en Baldellou (Huesca). Diez años después de su primera edición, el festival se ha consolidado como uno de los encuentros más importantes de la cultura Psytrance y de la música electrónica alternativa en Europa. Desde el primer día, la sensación era clara: iba a ser una edición histórica.

Ceremonia de apertura y primeros días

El festival arrancó con la ceremonia de apertura en el Dancefloor, que reunió a todos los asistentes en un momento cargado de energía. Fue la ocasión perfecta para presentar los cambios en el escenario principal: este año más largo y horizontal, no tan alto como en ediciones anteriores, lo que generó una mayor cercanía entre público y artistas. El diseño de las licras, con colores vivos que despertaron opiniones diversas, se fusionó con los impecables visuales en directo de Delta Process y VJ Vacao, quienes lograron que todo el escenario se convirtiera en un templo hipnótico y envolvente.

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El sistema de sonido, como es tradición en Own Spirit, fue impecable, con una nitidez que se mantuvo tanto en los momentos más suaves como en los más intensos. Otro detalle muy celebrado fueron los aspersores instalados en la pista, que refrescaron constantemente al público durante las horas de calor, manteniendo la energía alta sin importar el momento del día.

Este año también debutó un nuevo espacio: el escenario de Aditek Soundsystem, que trajo sonidos de Drum and bass, Jungle, Dub y Reggae, convirtiéndose en un punto de encuentro para los amantes de la música underground y reuniendo a un público fiel durante todo el festival.

El Circus y el Healing Area mantuvieron su esencia característica: el primero, con un ambiente tribal, artístico y familiar, cargado de performances, espectáculos y música ecléctica que invitaba a la celebración; el segundo, como un oasis de calma, con talleres de yoga, meditación y terapias que ofrecieron un espacio para reconectar cuerpo y mente.

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La zona de Glamping también fue mejorada, ofreciendo mayor comodidad a quienes buscaban una experiencia premium, mientras que los baños recibieron una notable actualización que se hizo evidente en la limpieza y el mantenimiento durante toda la semana. Además, se habilitó una nueva área de descanso, pensada para quienes necesitaban desconectar en un ambiente más calmado y protegido del bullicio central.

Este año, la organización introdujo cambios importantes en la distribución de accesos y zonas de descanso: tanto el parking como parte del camping se trasladaron a un área más alejada del recinto principal. Esto trajo consigo pros y contras. Por un lado, los asistentes encontraron un entorno mucho más tranquilo y silencioso, ideal para descansar tras largas jornadas de música. Por otro, el tener que caminar entre 8 y 10 minutos hasta el festival resultó algo incómodo para algunos, especialmente con el calor o el cansancio acumulado. Sin embargo, la mayoría coincidió en que el cambio permitió un mejor equilibrio entre fiesta y descanso.

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El fin de semana: el epicentro de la energía

Con la llegada del viernes, el festival alcanzó su máximo esplendor. El Dancefloor se convirtió en el auténtico epicentro de la energía, y para muchos, los mejores momentos se vivieron durante el ocaso, cuando el sol dejaba paso a la noche y el ambiente se transformaba en un ritual colectivo.

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Entre los sets más destacados brillaron Altruism, que ofreció un viaje sonoro impecable; Psygroo, que volvió a demostrar por qué es uno de los artistas más queridos del festival; y Rising Dust, que encendió la pista en uno de los momentos más intensos del fin de semana. También tuvieron gran protagonismo las artistas femeninas, que dejaron una huella imborrable en esta edición: Atzira, Psynonima Ametrina y Thatha ofrecieron sesiones llenas de fuerza y personalidad, representando con creces el talento femenino dentro de la escena.

El Temple of Frequencies siguió consolidándose como uno de los escenarios favoritos gracias a su carpa característica, donde se vivieron auténticos viajes sonoros. Destacaron las sesiones de Malki, Molly y render o frequency less , la contundencia de Raúl Mezcolanza, así como los hipnóticos directos de artistas como Fluoelf, Dia Val Div, Boundless o Atia. La sorpresa llegó el lunes con la aparición de Dekel, que ofreció un set inesperado y cargado de energía positiva, considerado por muchos uno de los momentos más mágicos de este décimo aniversario.

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Diez años de magia compartida y un aniversario para recordar

El domingo por la noche, el Dancefloor cerró con una jornada épica que reunió a miles de personas en un mismo latido colectivo. El Temple tomó el relevo hasta la mañana del lunes, manteniendo la energía elevada hasta el amanecer y despidiendo el festival con una vibra inigualable.

Finalmente, el cierre en el Circus se convirtió en un ritual inolvidable. Allí, Psygroo se encargó de bajar las pulsaciones del público con un set delicado y emocional, preparando el ambiente para la ceremonia final. Con sus bilas, Marc Pulido guió un baño de sonidos que cerró esta décima edición en un estado de calma, conexión y gratitud colectiva.

El Own Spirit Festival reafirmó su capacidad de evolucionar y crecer sin perder su esencia. Con un Dancefloor renovado y funcional, una zona de camping y glamping mejoradas, nuevos escenarios y un cartel lleno de momentos inolvidables, Own Spirit volvió a situarse como un referente cultural en Europa donde la música, el arte y la comunidad se entrelazan para generar experiencias que quedan grabadas en la memoria. Y esta décima edición, sin duda, será recordada como una de las más especiales de su historia.

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