El techno madrileño vivió una de sus noches más épicas: con todas las entradas agotadas, los artistas se adueñaron del club en un all night long de puro techno
Había una vez dos jóvenes DJs que, con cajas llenas de vinilos y sobre todo muchas ganas, comenzaron a trazar un camino en la escena underground. Eran los 90, una época de revolución musical donde la cultura club en España tomaba forma en cabinas envueltas en humo y luces estroboscópicas. En aquel entonces, Cristian Varela y DJ Pepo no sabían que sus nombres se convertirían en sinónimo de excelencia, pasión y una conexión única con el público.
Tres décadas después, el techno sigue siendo su lenguaje y su misión sigue intacta: hacer disfrutar a cada persona que pisa la pista. El pasado sábado 8 de febrero, LAB theClub en la Estación de Chamartín, fue testigo de un capítulo más de estas dos leyendas vivientes. Haters, que nació en 2015 y se consolidó como una de las referencias del techno en España, celebró su aniversario con un evento que ya es parte de la historia del clubbing madrileño.

Desde que se anunció la fiesta, la expectación para que llegase ese día era bastante alta. No era solo otro evento, era EL evento: un cara a cara entre Varela y Pepo, un all night long que prometía estar marcado por un sonido impecable. Y así fue, proporcionado por los altavoces d&b audiotechnik de la sala y una iluminación que nos sumergió a los asistentes en un viaje. Cada track resonó en el pecho y en el alma de quienes abarrotaron LAB theClub.
“Cada vez que hacemos un back to back vamos mejorando muchas cosas y sobre todo vamos depurando técnica y cómo nos entendemos entre los dos, entonces para mí esto es como una especie de culmen” comentó Varela antes del evento.
Pero es que, además, no miente. Sobre todo después de tener la suerte de comprobarlo este verano durante el cierre del festival Aquasella. Y ahora, meses después, en una localización totalmente diferente, pudimos ver también desde el primer track hasta el último la sinergia que existe entre ambos: palpable, como siempre, porque se nota que ante todo son buenos amigos. Miradas de complicidad, transiciones perfectas y un entendimiento mutuo que solo los años de amistad y respeto pueden construir.
La noche avanzó en un clímax continuo. No hubo descanso, solo momentos de subidón. “Cuando veo que Pepo se emociona, yo también me emociono y se crea como una especie de bola de nieve energética que cada vez se va haciendo más grande y es una pasada, ya no es una cuestión de back to back ,uno contra otro, versus o algo así, es una sesión de disfrute. Ahora ya lo que nos gusta es disfrutar de las sesiones de nuestro público y darlo todo”, confesaba Varela en una entrevista previa. Y esa bola se hizo gigantesca en LAB, arrastrando a todos donde la música se convirtió para todos en éxtasis y euforia.
No solo fueron los DJs los que brillaron esa noche. Haters ha demostrado que la excelencia va más allá de la cabina: la puesta en escena, los visuales, la atención a cada detalle, la promoción que eleva cada evento a la categoría de una experiencia muy completa.
Cuando la última mezcla sonó (aunque todos esperamos que Pepo pusiera el mítico Player Three (A) pero eso no sucedió) junto con los gritos del público, nos dimos cuenta de que había sido una de esas noches que no se repiten. Cristian Varela y DJ Pepo no solo lo dieron todo, sino que construyeron un set que fue un viaje: momentos oscuros y densos, subidones y destellos de nostalgia de aquella época en Attica o Epsilon donde solo eran unos chavales con gran proyección que hacían vibrar cada rincón de Madrid; y esta vez le tocó a LAB theClub.
El sold out no fue casualidad. La conexión entre ambos era magnética, como dos viejos amigos que entienden el techno desde la raíz y lo llevan más allá. Hubo breaks, bombos que retumbaban en el pecho y tracks que se sintieron como un guiño a los fieles de la vieja escuela. La pista no perdió intensidad ni un segundo.
No fue solo una fiesta, fue un homenaje a la cultura clubbing, una de esas madrugadas en las que el techno se convierte en historia.